Ciclocomputador Bryton Rider 310
Hasta no hace demasiado, el mercado de los ciclocomputadores GPS de altas prestaciones era algo parecido a un monopolio, una situación que poco a poco ha ido cambiando con la llegada de nuevos actores. Como suele ocurrir en estos casos, ha provocado una rebaja en los precios y mejoras en las prestaciones que se plasman en interesantísimas opciones como este Bryton Rider que ha pasado por nuestras manos. La firma taiwanesa, distribuida en nuestro país por Merida, nos trae un dispositivo que por su sencillez y tamaño podríamos calificar de gama básica. Sin embargo, no hay más que ahondar entre sus funciones para darnos cuenta de nuestro error, ya que en su pequeña carcasa esconde prácticamente todas las funciones que podamos necesitar en el ciclismo de carretera. El receptor GPS de alta sensibilidad capta la señal de forma casi instantánea cuando lo conectamos. Desde ahí, la navegación por los menús es sencilla mediante los tres botones en su parte inferior: atrás, aceptar y seleccionar opciones que durante el entrenamiento se utilizan para detener la grabación; iniciar la sesión y marcar vueltas; y el tercero para cambiar entre sus tres páginas de datos completamente personalizables y con hasta 8 campos por pantalla. Entre la información a mostrar en ellos podemos elegir las habituales relacionadas con distancia, altitud, velocidad, frecuencia cardiaca o potencia con todas las variantes asociadas, es decir, media, máxima e incluso las cada vez más habituales métricas de rendimiento que se emplean en el entrenamiento por vatios. El altímetro barométrico ha mostrado un comportamiento estable, preciso y coherente durante nuestro test y su batería recargable mediante puerto microUSB declara una duración de hasta 36 horas. Casi es más fácil mencionar lo que no tiene, que sí podemos encontrar en su compañero de gama 530, como funciones de navegación. Cuenta con conectividad ANT+ para asociarse a sensores de frecuencia cardiaca, velocidad/cadencia y medidores de potencia, así como conexión Bluetooth para emparejarlo a nuestro móvil y descargar los datos a través de su App que, además, permite la sincronización de las distintas actividades con Strava. Nos ha gustado que al conectarlo al ordenador podamos acceder a su contenido para manipular directamente los archivos .fit en los que se almacenan los entrenamientos. Como único punto criticable mencionar que su exigua pantalla, de apenas 1,8’’, si bien es nítida, puede hacer difícil la visualización de los datos si tenemos muchos campos configurados. Es el precio a pagar por un ciclocomputador de poco más de 50 g y que apenas nos robará espacio en el manillar. En el kit que hemos probado se incluía una cinta de pulsómetro y un soporte con gomas para el manillar de uso necesario, ya que su anclaje no resulta totalmente compatible con el estándar de Garmin -el diámetro es similar, pero no queda bien fijado en los soportes de esta marca y compatibles-. Si lo preferimos, Bryton dispone entre sus accesorios de una fijación adelantada. Realmente, nos ha sorprendido encontrarnos con un dispositivo tan completo y de uso tan sencillo a un precio, en comparación con el de sus rivales, realmente atractivo y que, estamos seguros, conseguirá acercar la tecnología GPS a aquellos que, irreductibles, todavía se resisten a abandonar el imán en la rueda y el sensor en la horquilla.