David venció a Goliat
Cuando Gonzalo Najar saltó a 15 kilómetros de la meta en el Alto Colorado -casi en los confines de la Argentina con Chile-, aún sin haber comenzado la última ascensión, medio pelotón se lo tomó a guasa. Otro desconocido buscando su minuto de gloria televisivo, más ahora con una exquisita retransmisión en directo. Pero no. Todo formaba parte de una estrategia que acabó por orquestarse a la perfección. Un ataque lejano y un triunfo simple y llano, por fuerzas. Así ganó Gonzalo Najar en la cima del Colorado la etapa reina que, con las tremendas diferencias que marcó, le sirvió para llevarse la Vuelta a San Juan pasando por encima de los Majka, Pantano y Sepúlveda. Batiendo a Movistar, Bahrain-Merida, Bora y Lotto. David frente a Goliat. "Nos confiamos mucho con Majka y compañía", lamentaba Óscar Sevilla. Él, 41 años y 20 como profesional, fue segundo tanto en la etapa reina como en la general que peleó hasta el último metro. 1’58’’ le metió el argentino. "Subió muy rápido, no sé cómo". Sevilla confiesa que "no conocía a ese corredor y quizás nos confiamos demasiado. Atacó muy pronto y como hacía mucho viento pensamos que le pillaríamos". Nada de eso. "Es que tenía 30 segundos de ventaja y de repente, 1’50’’. No nos relajamos porque tiró el Bora y después nosotros. Ha ganado por
fuerzas, sobrado. He soltado a todos los demás pero fue imposible cogerle". Un día después intentó junto a su Medellín y el UAE Team Emirates provocar abanicos para pillar desprevenido al líder, pero SEP San Juan arropó a Najar a la perfección. Corrieron como un World Tour para batirles a lo grande. "No tengo rabia, el ciclismo es así. Me hubiera gustado ganar, pero he dado todo y ese muchacho también se lo merece", decía Sevilla, con su marcado acento colombiano. Ese 'muchacho' él no lo conocía. Pero Najar a él sí. "Me aficioné al ciclismo viendo por la tele las carreras de profesionales. Miraba a Sevilla, era mi ídolo". Ahora corre con él y le ha batido. Otro que podía ser su hijo es Filippo Ganna. "Es un orgullo y un privilegio seguir corriendo y ver pasar generaciones". El italiano de 21 años fue la sorpresa agradable de la carrera, verle escalar y acabar séptimo en el Colorado, vestir de líder y luchar hasta el final por la carrera. Una prueba que se quedó demasiado pronto sin sus dos grandes figuras. Vincenzo Nibali no pudo tomar la salida por un virus que le dejó vacío. El siciliano bajó de su habitación a comer horas antes de la primera etapa y al salir del ascensor sufrió un fuerte mareo. Le sobrevinieron arcadas que se convirtieron en vómitos. La fiebre le obligó a guardar cama. Otros compañeros, como Iván García Cortina, pudieron sortearlo aunque sufriendo en las primeras etapas. La otra estrella que abandonó antes de tiempo fue Fernando Gaviria. El colombiano se cayó en la cuarta etapa y 'sólo' pudo ganar una etapa, la primera, para saciar su inagotable hambre de triunfos. De esa que ya comienza a alimentarse Giacomo Nizzolo. Tras un año aciago por una lesión de rodilla y de pegar al palo en todos los sprints, el italiano del TrekSegafredo, quien la sigue, la consigue, alzó los brazos en la última etapa con un grito lleno de rabia justificado por una victoria por todo lo alto. Igual que la de Gonzalo Najar en la Vuelta a San Juan.