Todo un futuro por delante

Le costó conciliar el sueño a Manuel Peñalver después de su primer día como ciclista profesional. No era para menos. El alicantino de 19 años fue décimo en la primera etapa de la Vuelta a San Juan que ganó Fernando Gaviria, uno de sus ídolos. Y además subió al podio. Muchas emociones. Antes de salir de casa con la maleta a cuestas se había prometido hacerse una foto con Gaviria. "Cuando estábamos esperando al control nos pusimos a hablar y parecía mi vecino o un amigo de toda la vida. Me sorprendió, no pensé que se relacionaría tan fácil con desconocidos. Fue muy bonito. Cuando le dije que no podía irse sin una foto conmigo empezó el cachondeo. Comentó que al final me la tendría que pedir a mí". Una agitación que le tuvo en vela y le costó salir en la segunda etapa "con las piernas un poco hinchadas" a causa de la falta de descanso. Empezó la ronda como la terminó, con un top10: décimo en la primera etapa y sexto en la última. "Ha sido un gran debut, no me lo esperaba", admitía el joven del Trevigiani. Peñalver, el chico que sueña ser como Óscar Freire, se llevó una gran lección de San Juan. "Esta carrera me ha enseñado a sufrir cada día y a aprender a regularme. Me ha sorprendido la forma de correr en profesionales. Los primeros 45 minutos se va a fuego hasta que se hace la fuga. Luego un equipo coge la responsabilidad y se rueda a ritmo hasta los últimos cincuenta kilómetros. Es muy diferente a la categoría amateur, donde no había respiro".