CLÁSICA DE ALMERÍA
El veloz Caleb Ewan (Mitchelton-Scott) cumplió el pronóstico.
En la línea de salida frente al Auditorio Maestro Padilla de Almería, los ciclistas charlaban relajados. La mayoría del pelotón venía de disputar en la víspera la Vuelta a Murcia, una prueba completamente distinta de la cita andaluza por su recorrido montañoso y cuya dureza había endurecido a su vez las piernas de los valientes que la habían completado. Estaba el pelotón, pues, despuntado y dispuesto a pasear en la medida de lo posible durante los 180 kilómetros por el amarillo interior de la provincia de Almería propuestos por la organización. Sin embargo, también había rostros concentrados. Estaban los aspirantes a la fuga, situados en la primera línea de fuego. Estaban los bloques de los velocistas: Direct Energie, con Thomas Boudat; LottoNL-Jumbo, con Danny Van Poppel; Bora-Hansgrohe, con Matteo
Pelucchi; Mitchelton-Scott, con Caleb Ewan. Y luego estaba Jon Aberasturi, un sprinter puro que ha sido repatriado por Euskadi-Murias después de dos temporadas exiliado en Japón. ª Esta es una de las mejores oportunidades que tenemos los hombres rápidos en Españaº , asevera, y rememora que en su día la corrió con Euskadi y Orbea, y desea tener mejor suerte que en aquellas ocasiones. Lo logró: acabó décimo pese a perder a su lanzador, Enrique Sanz, en la caída que eliminó a varios contendientes de la volata.
LA CONCENTRACIÓN
Medio cuerpo técnico de MitcheltonScott se encontraba congregado a una hora de la meta, apostado en la carretera, esperando el paso del pelotón controlado por sus ciclistas. ¿Por qué ahí? Porque están concentrados en la Hospedería del Desierto, un tranquilísimo hotel en las inmediaciones del circuito de velocidad de Tabernas. Uno de sus ciclistas, Carlos Verona, conocía este establecimiento habitualmente frecuentado por moteros de su época como juvenil en el equipo almeriense Cajamar y lo recomendó. Los técnicos simplemente han salido a la puerta para ver pasar la carrera. Uno de ellos es Kevin Tabotta, jefe de preparadores en Mitchelton-Scott, que nos cuenta la particular concentración por etapas. ª Salimos desde Barcelona y llegamos hasta aquí en nueve jornadas, con dos de descanso intercaladas -sintetiza-. En lugar de ir por la costa fuimos serpenteando por el interior y acumulamos en torno a 1.800 kilómetros. Iban una decena de ciclistas juntos y claro: cuando llegaban las subidas, los Yates volaban y Roger Kluge, con sus 80 kilos, lo pasaba mal. Sin embargo, procurábamos mantener el grupo lo más junto posible y un ritmo sostenido pero asequible para todosº. Dormir cada día en un lugar distinto diferenciaba a esta concentración de los retiros estándar de cualquier equipo ciclista, que consisten en atrincherarse en un hotel de la costa alicantina durante una semana y entrenar por los alrededores. ¿Qué tal la experiencia? ª Mudarse de hotel cada día no fue un problema: al fin y al cabo, es lo que hacemos durante las vueltasº , explica Tabotta. ª Lo mejor fue que, al haber margen para la improvisación y estar
en carretera abierta, había una sensación de aventura en el seno del equipoº. ¿Repetirán? ª Diría que síº. La concentración por etapas fue complementada por los diez días que pasó durante el mes de febrero toda la plantilla, salvo el sudafricano Daryl Impey y el colombiano Esteban Chaves, en la Hospedería del Desierto. Qué mejor lugar que Tabernas, tan tranquila y tan cálida, con un circuito a mano para ensayar el treno y una Clásica de Almería para estrenarlo en Europa. La puesta en escena fue perfecta. Roman Kreuziger y Chris Juul-Jensen tiraron durante más de un centenar de kilómetros para controlar la fuga, una auténtica proeza teniendo en cuenta que ambos habían terminado Murcia entre los veinte primeros. Más adelante les relevó el neozelandés Jack Bauer. Llegada la carrera al circuito final de Roquetas de Mar demarró el treno: Matteo Trentin, Roger Kluge y Luka Mezgec gobernaron la volata con suficiencia. No les inquietó ni la caída de un Sport Vlaanderen en una rotonda a tres kilómetros de meta, que eliminó a Pelucchi (Bora-Hansgrohe) y perjudicó a rivales como Thomas Boudat (Direct Energie) o Carlos Barbero (Movistar Team). Al sprinter Caleb Ewan, el Pocket Rocket que con sólo 1,65 m de altura es uno de los ciclistas más rápidos del mundo, sólo le quedaba rematar como ya hizo en una etapa del Tour Down Under. Cumplió con un par de bicicletas de ventaja sobre el segundo. ª Y mucho ojo, que esta no es la formación titularº , avisa el director de Mitchelton-Scott, Matthew White. ª En las grandes citas tendremos también a Daryl Impey o Mathew Haymanº. Los australianos, con el explosivo y diminuto Ewan a la cabeza, amenazan con sacudir la jerarquía del sprint mundial en MilánSan Remo y Tour de Francia. La Clásica de Almería es sólo el primer paso.