FERNANDO BARCELÓ
Retrato del oscense de Euskadi-Murias.
Sorprendió en la etapa reina de la última Vuelta a Asturias, cuando sólo Nairo Quintana y Raúl Alarcón le superaron. Después de curtirse con las fundaciones Contador y Euskadi, el oscense ha dado el salto a un Euskadi-Murias que mima su talento para convertirlo en la estrella que promete ser.
En medio de la lluvia, la ventisca y el frío, Nairo Quintana cruza la meta del Acebo. Es la etapa reina de la Vuelta a Asturias. Ahí viene él, pequeñito, morenito y achaparrado, que celebra su victoria. A su rueda llega, después de una dura y preciosa pugna, Raúl Alarcón. Líder. Y después, un niñito con cara de infantil y piernas de profesional. Un desconocido para casi todos menos para aquellos que posaron sus miradas e ilusiones en él, cuyo tercer puesto no era más que una constatación de la evidencia. Se trataba de Fernando Barceló. Y ésa sólo era la penúltima de las demostraciones, como cada una de sus actuaciones prometen, que la suya será una carrera larga, y sobre todo próspera. Pero su historia viene de mucho más atrás; su talento es precoz. ª La primera carrera en la que participé, la ganéº. Un destello, en Tarazona, que resultó como una premonición. ª Eran unos 300 metros en una recta que picaba para arriba. Iba de un paso de cebra a un contenedor, ¡no habían puesto ni la línea de meta!º , recuerda. Tenía siete años. ª Y una bici roja pequeña de montaña y competía en promesas. Estuve en esa categoría tres años porque empecé uno antesº. Previamente a esa bicicleta ya había pasado otra por sus piernas, ª de las de paseo como las que lleva la gente por la playa. Iba con ruedines, pero al coger las curvas se doblaron un poco y no tocaban el suelo. Así que aunque me los quitaron ya sabía ir con dos ruedasº.
¿SEGURO QUE QUIERES IR?
Fer había probado el fútbol, el judo, el tenis y, como buen oscense, el esquí, ª pero
elegir el ciclismo fue fácil. Ya se me daba bien de pequeño y fui quitando cosas hasta que quedó sólo la biciº. Lo tuvo claro desde el principio. Hasta el punto de que ª cuando mis padres me levantaban pronto para ir a alguna carrera lejos de casa, lo primero que hacían era preguntarme: `¿Seguro que quieres ir?, ¿te apetece de verdad?'. Siempre decía que sí, ¡pero creo que estaban deseando que contestara que no para quedarnos en casa! `Mira que está muy lejos', me decían -rememora con una sonrisa-. Además, si corría un sábado, hasta el viernes a las doce de la noche estaba jugando al fútbol con los amigos debajo de casaº. El ciclismo era entonces un juego. ª Cuando terminábamos la carrera nos poníamos a jugar a baloncesto, al pillapilla...º. Pero siempre supo que era lo que quería hacer. ªAlgo me debió de dar. Esa libertad de ir a tu ritmo, salir de la ciudad, sentirte libre e intentar superar tus limitacionesº. A la vez que Fernando comenzó a dar pedales su hermano Adrián, que ahora es su fan número uno. Junto a él y a su padre cultivó no sólo el amor por la bicicleta y la competición, sino también por la historia del ciclismo. Porque Barceló nació un día de Reyes de 1996, el que fue el último año como ciclista profesional de Miguel Indurain. ª Es imposible que me acuerde de verle pedalear, pero ya se han asegurado mis
padres y mi hermano de inculcarme la historia del ciclismoº , confirma. ª Aunque no le seguí en directo, he visto sus cinco Tours en vídeos... enteros y varias veces. Luego crecí viendo ganar a Armstrong y después a Contadorº. Al abrigo del campeón pinteño creció como ciclista. Hasta la categoría cadete corrió en el CC Oscense, pero su clase no pasó desapercibida para la Fundación Contador, que lo reclutó para su primer año como juvenil. ª Para mí fue casi como ser profesional. Pasé de un equipo pequeño de Huesca, donde los corredores éramos de la misma zona, a la Fundación Contador con gente de todas partes de España. Te plantas allí el primer día y ya sólo con la firma de los contratos te sientes un profesional. Me acuerdo que llegaban cajas y cajas con material: cascos, zapatillas... Me sentí muy bien tratado y tengo excelentes recuerdos de mi paso por ahíº. Tras dos años de juvenil y otros dos de sub23 decidió cambiar de rumbo y firmar por la Fundación Euskadi, donde se amoldó a la perfección. ª Jorge Azanza me trató muy bien desde el principio. Es un tío duro y exigente, tiene un pronto fuerte pero lo que dice lo cumple. Va de cara y es el primero que te da un abrazo. Ha sido una gran experienciaº. Pero la categoría amateur se le quedó pequeña. Dos carreras entre profesionales fueron suficientes para demostrar que su sitio estaba con los mayores. La selección española le reclamó para la
Vuelta a Asturias, donde se exhibió en el Acebo, tercero tras Quintana y Alarcón. Ha pasado el tiempo y afirma que ª aún no me lo creo, pero tengo que ser sincero y decir que estaba al cien por cien. Más fuerte que entonces no he estado nunca, aunque espero volver a lograrloº. Aquello le enseñó que ª si haces las cosas como debes las buenas sensaciones llegan. Ese día fue increíble y me dio mucha confianza en mí. Me divertí más incluso, porque el resto del año fui sin presión y probaba a atacar cuando me apetecía. Eso es lo que más me ha cambiado, la forma de correrº.
DEL COFIDIS AL EUSKADI-MURIAS
La segunda de las recompensas fue el hueco como stagiaire que el pasado verano le reservó el equipo Cofidis para correr, entre otras citas, la Vuelta a Burgos y le enseñó ª que hay que aprender idiomasº. Para finales de ese mes de agosto, el salto a profesionales que tantas veces temía que no se produjese estaba casi hecho con el Euskadi-Murias de Jon Odriozola, con quien en 2018 ya ha conquistado la montaña del Tour de Haut Var-matin. ª De momento, me estoy encontrando no cómodo pero sí a gustoº , cuenta después de conseguirlo. Ahora, instalado entre la élite, Barceló se conforma ª con dar lo mejor de mí, estar al máximo nivel en el mayor numero de días de competición posible y dejar contento al equipoº , al paso que va terminando sus estudios de INEF. Cree que tiene margen de mejora ª en todo. Conseguir sprintar un poco más, subir más rápido y perder el miedo a las bajadasº. Y le quita importancia a que constantemente lo señalen como la gran promesa en ciernes del ciclismo español. ª Nadie me exige más de lo que yo me pido a mí mismoº.