Nombres propios

Damiano Caruso. Con Nibali y Aru por debajo de lo esperado, el italiano del BMC se convirtió en la gran baza local. "Tanto para mí como para el equipo es un buen resultado que me deja feliz. Kwiatkowski es muy fuerte y sabía que sería difícil desbancarle, pero al menos pude mantener la segunda plaza frente a Thomas".

Chris Froome. El teórico líder del Sky acabó ejerciendo de gregario para Thomas cuando perdió comba en Sassotetto. "No he tenido la más mínima duda cuando le he visto en dificultad. No estoy preocupado, sólo significa que todavía tengo trabajo que hacer. Era la primera subida importante en una gran carrera".

Fernando Gaviria. A seis kilómetros de terminar la penúltima etapa, un afilador con su lanzador Richeze acabó con el colombiano del QuickStep en el hospital con fractura del metacarpiano de la mano izquierda. "Estoy devastado por perderme la Milán-San Remo. Estaba en muy buena forma y esperaba disputar la victoria".

Primoz Roglic. Una caída en la segunda etapa le descartó para la general, pero el esloveno del LottoNLJumbo no tardó en sacarse la espina, ganando a lo grande en Trevi. "En este tipo de finales no soy el más rápido y sabía que debía arrancar desde lejos. La jugada salió perfecta".

Jaime Rosón. El zamorano continúa creciendo y volvió a demostrar, esta vez en una de las grandes citas del World Tour, que no le pesa la responsabilidad. Sensacional toda la semana, remató la faena ganando dos plazas en la crono final para acabar octavo a sólo nueve segundos del maillot blanco de Benoot.