VUELTA A CASTILLA Y LEÓN
El alicantino Rubén Plaza (Israel Cycling Academy) aprovechó la jornada reina de la Vuelta a Castilla y León para romper el control de Movistar Team y hacerse con la etapa y la general tras una larga escapada. Carlos Barbero y Eduard Prades le escoltaron
Plaza sentenció con una exhibición.
Es de la misma quinta que Alejandro Valverde, incluso mayor porque Rubén Plaza tiene 38 años desde el 1 de marzo -nació un 29 de febrero y 2018 no es bisiesto- mientras que el Bala los cumplió el 25 de abril. Y como él, parece tocado por la varita de los dioses para que el tiempo no pase por sus piernas. Cierto es que en el caso del ciclista de Ibi en el final de su carrera se ha dedicado más a trabajar para propiciar los triunfos de sus compañeros y habían pasado tres años desde que levantara los brazos por última vez, con aquella galopada en la Vuelta a España de 2015 camino de Cercedilla, día de infausto recuerdo para Tom Dumoulin. Enrolado ahora en las filas del Israel Cycling Academy volvió a poner patas arriba una carrera, la Vuelta a Castilla y León. La misma que ganó hace cinco años, cuando defendía los colores del Movistar Team, imponiéndose también en la última de las tres etapas. Aquella vez terminó en alto, en Cervera de Pisuerga, y batió a Paco Mancebo y a un Carlos Barbero que corría en el Euskadi. Esta vez era Barbero el Movistar y había mutado el azul de su equipo por el multicolor de líder de la prueba tras ganar la jornada inaugural en Salamanca. Lo había mantenido en Palencia, donde se anotó el triunfo -también al sprint- uno de los compañeros de Rubén, el estonio Mihkel Räim. Al burgalés le quedaba por salvar la jornada más difícil, con las ascensiones a Cruz de Hierro, Navalmoral, Aguilones y un segundo paso por Navalmoral a apenas 20 km de la capital abulense, donde finalizaba la etapa y la carrera. No lo consiguió y el culpable de que no mantuviera la primera plaza fue el alicantino, con una espectacular cabalgada que los del
equipo telefónico no lograron echar abajo. Plaza se presentó en la Plaza de Santa Teresa con 46 segundos de adelanto sobre Barbero y Prades, los dos primeros clasificados hasta el terremoto provocado por Rubén. En el podio final se tuvieron que resignar a escoltarle.
BARBERO DA PRIMERO
La 33ª edición de la ronda castellanoleonesa, organizada por el Club Ciclista Cadalsa, contó con la participación de 18 escuadras. Movistar Team, Caja Rural-Seguros RGA, Burgos BH, Euskadi-Murias y Team Euskadi por parte española. Interpro Stradalli y Ukyo de Japón; Delko Marseille de Francia; Israel Cycling Academy de Israel; Efapel, Sporting-Tavira, W52-FC Porto y Liberty Seguros Carglass de Portugal; Medellín y Manzana Postobón de Colombia; Inteja de la República Dominicana; Rally Cycling de Estados Unidos y Lokosphinx de Rusia. La prueba rendía tributo al primer Año Jubilar de Santa Teresa, por lo que las tres etapas discurrían por lugares vinculados a su figura. La primera empezaba en Alba de Tormes -localidad donde falleció Santa Teresapara concluir en Salamanca, que, como las capitales de provincia que albergaban las salidas y llegadas de las otras dos etapas, cuenta con uno de los conventos fundados por la santa. Con el viento de protagonista a lo largo de toda la jornada, no tuvieron que pasar muchos kilómetros para que se consolidase la primera escapada formada por Smukulis y Delio Fernández (Delko), Whitehouse (Stradalli) y Evtushenko (Lokosphinx). Cuando fueron neutralizados el gallego y el británico, los dos que más aguantaron, el viento volvió a hacer de las suyas y provocó un abanico que partió al pelotón, dejando por delante una nutrida avanzadilla de 27 corredores, con mayoría de Movistar Team y Euskadi-Murias, que tampoco prosperaría. El grupo perseguidor, del que tiraban los Manzana Postobón, logró reengancharse a 21 km de meta. La jornada se dilucidó en la capital charra con una volata en la que Carlos Barbero estrenaba su cuenta en 2018 batiendo a dos Euskadi-Murias, Jon Aberasturi y Eduard Prades. La segunda etapa transitaba entre Valladolid y Palencia y tuvo como protagonistas a nueve corredores que probaron fortuna en el kilómetro 32. Silva (Caja Rural-Seguros RGA), Madrazo (Delko Marseille), Williams (Cycling Academy), Buades (Team Euskadi), Jurado (Efapel), Chalapud (Medellín), Duarte (Manzana Postobón) y dos que repetían del primer día: Whitehouse y Delio Fernández, aunque a este último una caída le obligó a abandonar en el km 102. En el primer paso por Palencia la fuga alcanzó su máxima diferencia -3 minutos y 45 segundos- y a partir
de ahí fue disminuyendo gracias al trabajo de Movistar Team en defensa del liderato de Barbero y un Euskadi-Murias empeñado en atrapar ese triunfo que se les escapó por poco el día anterior. En el tramo final los de delante tuvieron que lamentar otra baja, la de Marc Buades, que pagaba el esfuerzo de reintegrarse tras pinchar a 45 de meta y acababa claudicando y reduciendo las posibilidades de que la aventura llegara a buen puerto. Con precisión milimétrica les fueron reduciendo las diferencias hasta terminar alcanzándoles a 9 km de la llegada. Por segundo día el control del Euskadi-Murias se iba a quedar sin premio. Esta vez fue Mihkel Räim, el estonio del Israel Cycling Academy reaparecido una semana antes tras dos meses de baja por una fractura de escafoides, quien dejó con la miel en los labios a los de Odriozola, precediendo en la meta del Paseo de la Julia a Jon Aberasturi y Enrique Sanz. Barbero mantenía el liderato con Aberasturi a un segundo y Sanz a nueve.
ÁVILA DECIDE
Todo podía suceder a falta de la jornada más proclive a provocar diferencias, la
tercera y última con inicio en Segovia y meta en la Plaza de Santa Teresa de la capital abulense tras 165,6 kilómetros de trazado rompepiernas. El momento determinante de esta Vuelta a Castilla y León se iba a producir en la ascensión al primer puerto del día, la Cruz de Hierro, donde saltaban cinco corredores: Lluís Mas (Caja RuralSeguros RGA), Nikolay Mihaylov (Delko), Robin Carpenter (Rally), Txomin Juaristi (Team Euskadi) y el futuro vencedor, Rubén Plaza (Cycling Academy). Por detrás no se produjo una reacción rápida, lo que unido a la colaboración decidida del quinteto hizo que la ventaja se disparara por encima de los tres minutos y medio cuando coronaban por primera vez el puerto de Navalmoral, a 63 km de meta. Es el momento en el que saltaron las alarmas porque a un ciclista de la calidad del alicantino, que tiene acreditadas galopadas victoriosas en Tour y Vuelta, o le atas en corto o te la lía. Movistar Team reaccionaba, pero ya era demasiado tarde. El bueno de Rubén, que silenciosamente ha estado entrenando en Sierra Nevada de cara a su gran objetivo y el de su equipo, el Giro de Italia, destapó sus cartas, desmelenado. Con 45 kilómetros por delante, en plena ascensión a Los Aguilones, cambió el ritmo y se marchó de sus compañeros de aventura. Una crono en solitario que se saldaba poco más de una hora más tarde con la sorprendente gesta de alicantino. El no va más para el conjunto israelí, que sumaba con el de Plaza en Ávila un segundo parcial al conseguido por Räim, y que además suponía el triunfo absoluto en la general. 46 segundos después llegaban Prades -otro segundo para el Murias- y el líder Barbero, quien cedía al ganador del día su privilegiada prenda.