Mikel Artetxe
Nueve temporadas en el campo profesional, siete en las filas del Euskaltel (1999-2005), una en el Tres Molinos (2006) y otra en el Fuerteventura (2007), contemplan la trayectoria de Mikel Artetxe (24/09/76). "Parece que fue ayer. Todavía hay gente en activo de mi época, aunque la evolución ha sido constante. Yo ni llegué a conocer el cambio electrónico". Se define como "un todoterreno con cierta punta de velocidad, lo que me permitió conseguir algunos triunfos, aunque el ciclismo es mucho más que victorias. Hacen falta corredores que lo den todo por su líder. A la hora de la verdad, es su trabajo oscuro el que hace que estén muy valorados". Colgó la bici con sólo 30 años, aunque asegura que no fue nada traumático. "Me hubiera gustado seguir más tiempo, incluso tuve una oferta pero no lo suficientemente buena, por lo que decidí dejarlo y tampoco me arrepiento. Me puse a preparar unas oposiciones y saqué la plaza de oficial de oficios. Empecé a trabajar en el Ayuntamiento de Ugao-Miraballes y luego en Muxika, donde estuve tres años como oficial de mantenimiento. Ahora soy bombero de la Diputación de Guipúzcoa; llevo ya casi cinco años en el parque de Oñati". Respecto a sus grandes amistades en el pelotón, apunta que "tuve la suerte de estar muchos años en Euskaltel y eso crea grandes lazos, pero los más fuertes los forjé con la gente de la zona, con los que entrenaba a diario: Roberto Laiseka, David Etxebarria, Ramontxu González Arrieta, Txema del Olmo, Gorka Gerrikagoitia... A menudo coincido con ellos en la vida diaria y mantengo esa cercanía. Es como si nos siguiéramos viendo todos los días". Cuando le preguntamos si continúa montando en bici, contesta que "la de competición con la que corría está llena de polvo en casa. Sí que he seguido, aunque ni mucho menos con la misma intensidad. Suelo salir un par de horas los fines de semana, desde primavera hasta otoño. También hago una escapadita al año a los Pirineos y en 2017 estuve de vacaciones en los Dolomitas". No le importa confesar que es su pareja, Alasne, quien en la actualidad monta con más frecuencia. "Hace poco acudimos a una marcha en Arenas de Cabrales, ella la hizo en bici y yo en coche. Mi mayor afición en la actualidad es la caza con perros, sobre todo la caza mayor". Mikel se confiesa un fan total de las clásicas, "incluso he ido a verlas todas in situ al menos una vez: Roubaix, Flandes, Amstel, Flecha, Lieja... y también vamos al Campeonato del Mundo de ciclocross". ¿Y en cuanto a ídolos? "Marino y Gorospe eran nuestros referentes. Luego vino Indurain y después, cuando te haces profesional y corres con ellos, los miras de otra forma, menos idealizados y más compañeros. De los de hoy en día, Pello Bilbao me recuerda mucho a mí, aunque él es más escalador".