La quimera del podio
Este italiano de 35 años lleva nada menos que doce Giros en sus piernas, el que más de los que tomaron la salida en Israel. En 2012, última campaña a las órdenes de Reverberi, rompió la maldición de conseguir un triunfo de etapa y además terminó 8º, su segundo top10 tras el 9º de 2008. Con su fichaje por Ag2r, se propuso un nuevo objetivo: el asalto al podio, algo que todavía no ha alcanzado. 10º en su primera aparición con el conjunto francés, en 2014 se acercó y entró por primera vez en el top5, puesto que acaba de igualar tras el sexto de 2017 cuando la crono final le apartó del cajón. Convertido en flamante líder del Bahrain-Merida en ausencia de un Nibali que buscará su segundo amarillo en el Tour de Francia, llegaba con más ambiciones que nunca después de mostrar un gran estado de forma -2º en Tour des Alps y 5º en Lieja-Bastoña-Lieja- en las semanas previas a la gran ronda italiana. Muy regular a lo largo de las dos primeras semanas, se situó tercero tras la etapa del Zoncolan, plaza que mantuvo una vez completada la que en teoría era la jornada más peligrosa para sus intereses, la contrarreloj de Rovereto. "Estoy muy satisfecho. Salí con la intención de llevar un ritmo lo más alto posible y siempre regulando. Era el día más complicado y lo he salvado. Me mantengo tercero a falta de tres jornadas de montaña muy buenas para mí, sobre todo las de Bardonecchia y Cervinia". Sin embargo, los cálculos no le cuadraron a este licenciado en Economía. Su peor día en el Giro coincidió con el decisivo para la suerte de la general. En el sterrato de Finestre no fue capaz de aguantar el ritmo de Dumoulin cuando intentó seguir a Froome y le costó perder más de ocho minutos al término de la etapa y el descenso al sexto lugar de la clasificación. "Por primera vez en todo el Giro no me he encontrado a gusto y he pagado la ansiedad. En un zafarrancho así si no tienes las mejores piernas te cae una minutada. Lo habría salvado un poco mejor si más gente en mi grupo hubiera colaborado, pero me tocó hacer todo el gasto. Aún debo sentirme afortunado de que no me diera una crisis mayor. Para lo que ha hecho hoy Froome sólo se me ocurre una palabra: increíble". La debacle de Pinot en la penúltima jornada le permitió adelantar una posición en la general y entrar por segunda vez en el top5, un logro que al ciclista de Policoro le deja satisfecho pese al regusto agridulce de haber visto el podio más cerca que nunca. "Exceptuando el día de Bardonecchia he hecho un Giro de Italia muy bueno. Este quinto puesto es merecido y cumple el objetivo que nos habíamos planteado en Bahrain-Merida. He estado con los mejores en una edición que ha tenido el nivel más alto de todas las que he corrido".