Control total
Aunque los detractores sigan haciendo ruido, la realidad es que la presencia de frenos de disco cada vez está más normalizada: en las marchas sigue creciendo el número de bicis equipadas con ellos e incluso en este último Giro hemos visto un mayor número de corredores con discos, incluidos casi todos los de Trek-Segafredo. En el caso de la Émonda hay que destacar que su incorporación no es ningún trauma al no verse afectado apenas su espectacular peso y, sin embargo, sí obtenemos una ayuda inestimable, como nos ocurrió durante la prueba cuando participamos en la Marcha Peña Cabarga bajo unas condiciones climáticas que rozaron la épica. Sólo por salvar con seguridad jornadas así ya merece la pena el control pleno de la frenada que se logra con los discos y que se suma a la permisividad tan característica de esta Émonda, una bici diferente en el rango de las deportivas por lo fácil que es dominarla sin importar si es un descenso revirado o largas curvas de tomar a alta velocidad.