Fortaleciendo puntos débiles
Con su físico extremadamente delgado y su arte absolutamente escalador, el talón de Aquiles de Romain Bardet no podía ser otro que la contrarreloj. En ella estuvo a punto de escapársele el podio del último Tour de Francia. De hecho, se hundió en el bucle marsellés y Mikel Landa se quedó a sólo un segundo de arrebatárselo. Para paliarlo lleva dos inviernos visitando el túnel de viento, en el cual busca mejorar tanto su postura como su material, y dos temporadas realizando trabajo específico. De momento, su desempeño en la modalidad individual es mediocre; en la colectiva, en cambio, su Ag2r demuestra evoluciones esperanzadoras gracias a la integración de grandes motores como Alexis Gougeard, Silvan Dillier, Oliver Naesen o Tony Gallopin en su tren. En el ensayo del Critérium du Dauphiné, por ejemplo, fue séptimo y sólo cedió 1’30" en 35 kilómetros respecto al poderoso Team Sky: un resultado alentador en vísperas de la CRE de la misma longitud que vivirá el próximo Tour de Francia en su tercera jornada. Para terminar de afianzar estos progresos, el ocho de Ag2r para julio se concentró cuatro días para practicar la CRE en la semana previa a los campeonatos nacionales. No es su único periplo con la vista puesta en la gran ronda gala: justo después del Dauphiné visitó el Alpe d’Huez, donde coincidió con Chris Froome, y tan pronto como en enero se acercó a reconocer el pavés de la novena etapa. "Generará muchos riesgos, pero bienvenidos sean porque en mi opinión el ganador del Tour debe ser el mejor en todos los terrenos", asevera.