Persiguiendo su sueño
Cumplió 18 años en febrero y lleva la mitad de su vida compitiendo en bici. Miguel Moya, nacido y residente en San Clemente (Cuenca), es uno de tantos chavales que persigue un sueño alimentado desde chiquito: ser ciclista profesional. "Desde pequeño me gustaba la bici, no sabría decirte por qué. Mis padres hablaron con los que llevaban el club ciclista del pueblo -Club Deportivo El Carmen- pero ellos no tenían escuela y me terminaron apuntando en el de Villarrobledo. Empecé a los nueve años. Al principio, en las primeras carreras y entrenamientos, estaba muy nervioso porque no conocía a nadie, pero se me fue pasando con el tiempo y cada vez me sentía más contento con la nueva experiencia. Con el tiempo comencé a ganar carreras y cada vez se me daba mejor", nos cuenta Miguel. Como en Villarrobledo no había equipo de cadetes, al pasar a esta categoría se marchó a la Unión Ciclista Fuenlabrada. "Me hablaron de que podía ser una buena opción y como tenía familia por allí me fui con ellos y estuve los dos años de cadete. La verdad es que pensaba que me iba a costar más el cambio, pero me adapte muy bien y me gustaba mucho más. Competir por carretera es entretenidísimo, los circuitos son muy monótonos y no me gustan. El aumento de distancia no me ha supuesto ningún problema y poco a poco me fui acostumbrando. Pasé de quedar bastante atrás el primer año a terminar ganando una carrera el segundo".