Directo al amarillo

En el calendario del prodigio colombiano aparecía marcada en rojo la Vuelta a España, pero las circunstancias obligaron a los responsables del Team Sky a pedirle a Egan Bernal que ayudara a sus estrellas británicas a ganar el Tour 2018. "Mi rendimiento en una carrera de tres semanas es una incógnita, pero vengo preparado y muy motivado. Me rodea un gran equipo, lleno de gente sobrada de experiencia. Voy a aprender mucho y no siento que le tenga que temer a nada". Hasta la montaña sólo tuvo un día difícil. Su debut marchaba sobre ruedas, pero en el pavés comprobó que en el Tour de Francia nadie está a salvo de que todo se pueda ir al traste en un instante. Pese a su valiosa experiencia compitiendo en mountain bike, se fue al suelo dos veces. En la segunda chocó contra uno de los coches del BMC y se hizo bastante daño en una mano. "Llegué a pensar que tenía un dedo roto", aunque por fortuna no pasó de un fuerte golpe y la correspondiente inflamación. El día de descanso y una toma de contacto con los Alpes sin excesivo movimiento ayudaron a superar el mal trago. El sensacional trabajo de Castroviejo y Kwiatkowski, junto al primer aldabonazo de Thomas, hicieron innecesario su concurso en la etapa que finalizaba en La Rosière. Alpe d’Huez sería la confirmación de por qué Brailsford le quería en el Tour: nada menos que para ser el último eslabón en la cadena del Sky. El encargado de salvar los muebles en los momentos trascendentales de las jornadas de alta montaña. Qué mejor escenario que el Alpe d’Huez para empezar a dar el do de pecho, secando las tarascadas de Nibali, Quintana y Landa a lo Wout Poels, y manteniendo cerca a Bardet para que Froome y Thomas se encargaran de hacer buena su impresionante labor. "Me he sentido realmente bien y a través de la radio me han llevado toda la subida muy motivado. Es una gran satisfacción comprobar que puedo devolverles con mi esfuerzo lo mucho que estoy aprendiendo a su lado", aseguraba con modestia al concluir la etapa. Lo mejor estaba por llegar. En Pirineos lo bordó y fue clave tanto en la defensa del amarillo de Thomas como a la hora de minimizar la pérdida de tiempo de Froome, quien reconoció en sus redes sociales que le debía el podio al colombiano. "Trabajar con ellos es lo mejor que me ha pasado en este Tour. Sabes que todo lo que hagas es ganancia y cada pedalada la das como si fuese la última. Además, lo haces sin presión". Bernal, 21 años, ha confirmado en su primera aparición en la Grande Boucle las maravillas que se esperaban de él. Sin luchar por el maillot blanco de los jóvenes, quedó a sólo cinco minutos del ganador, Pierre Latour. La opinión unánime es que en breve le veremos peleando por el amarillo.