GIANT DEFY
La Defy fue la primera bici en apostar exclusivamente por los frenos de disco, hace ya cuatro temporadas, y ahora recibe ligeras modificaciones para mantenerse como una de las referencias del segmento gran fondo.
El gigante nipón renueva su bici gran fondo.
Desde Santa Caterina di Valfurva (Italia) Joaquín Calderón Sterling Lorence Cuando tienes una de las bicis que compensar el uso de neumáticos de dominan un segmento, lo mejor es hacer mayor balón y en la horquilla, que pocos cambios en la renovación de los aumenta unos mm su inclinación, lo que modelos, apenas algunos retoques para se traduce en que la Defy es, según las adaptarla a las nuevas tendencias del tallas, unos 3 mm más larga entre ejes mercado. Es lo que ha hecho Giant con que su predecesora. A pesar de que puede su nueva Defy, que mantiene unas líneas equipar cubiertas de hasta 32 mm -28 si muy similares en un cuadro que ha se colocan guardabarros-, la nueva Defy modificado ligeramente reduciendo “no es una bici gravel, sino que continúa en 5 mm la caída del pedalier para siendo una bici gran fondo para los que buscan rendimiento en rutas largas”, en palabras de Nixon Huang, responsable del segmento de carretera de Giant, unas declaraciones que se respaldan por el hecho de que la marca haya elegido esta plataforma para el lanzamiento mundial de su potenciómetro Power Pro. Según Huang, la marca ha seguido tres principios en el desarrollo de la nueva Defy: control total, por lo que siguen apostando exclusivamente por los frenos de disco; versatilidad, una cualidad que aporta la posibilidad de utilizar neumáticos de mayor sección -de serie equipan tubeless- y los soportes para guardabarros; y, sobre todo, una conducción más cómoda para reducir lo máximo posible la fatiga del ciclista, aunque sin perder las sensaciones de una bici de “alto rendimiento”. Para conseguirlo, han extendido el concepto D-Fuse que la marca introdujo primero en su bici de ciclocross TCX y que llegó a la Defy en el modelo de 2015 con tija de sillín con una sección en forma de D que permite una flexión
La protagonista. La parte frontal es la que presenta más cambios en la nueva Defy, con un manillar con sección en forma de D y una tapa para la potencia -la misma solución que vimos en la Propel que probamos el mes pasado- que esconde todos los cables, una mejora estética y también aerodinámica al dejar menos elementos al aire. En la Advanced Pro el manillar es de carbono -Contact SLR- y tiene una sección de 35x19 mm, mientras que en la gama Advanced es de aluminio -Contact SL- y la sección es de 30x17 mm. Según la marca, el nuevo manillar es un 10% más cómodo y un 30% más rígido que los actuales Contact SLR redondos.
Declaración de intenciones.
La Defy es una bici para afrontar con garantías rutas largas, que no es lo mismo que una bici tranquila. Para reforzar este carácter, la marca ha decidido incluir en su tope de gama su nuevo potenciómetro Power Pro, una tecnología que es 100% de su propiedad. Ofrece medición individual de cada pierna, una batería recargable que dura 150 horas o unos 2.500 km, tiene certificación IPX7 contra la humedad, conectividad ANT+ y una precisión de +-2%. Por el momento sólo estará disponible en la Defy y en otros modelos tope de gama y no podrá adquirirse por separado, pero Giant prevé ofrecerlo en el futuro con un precio competitivo -en torno a 800 dólares con bielas Ultegra-.
Con 28 mm basta.
Aunque la nueva Defy tiene espacio suficiente para utilizar neumáticos de hasta 32 mm, el motivo por el que ha introducido ligeras modificaciones en el cuadro y horquilla, la marca asegura que la mejor relación entre comodidad y rendimiento se obtiene con modelos de 28 mm.
La D mágica.
La tija D-Fuse, introducida como novedad en la versión anterior y que se incluye en todas las versiones de la nueva Defy, es la responsable de filtrar las vibraciones en la parte trasera del cuadro, algo que consigue flexando hasta 12 mm sin que percibamos ningún síntoma de balanceo mientras pedaleamos.
Sin complejos.
Aunque la Defy tiene muy marcada su orientación cicloturista, Giant mantiene los grandes volúmenes en el tubo diagonal y en el pedalier PowerCore para maximizar la transmisión de nuestra fuerza. Además, las vainas son asimétricas, ofreciendo mayor rigidez en el lado de la transmisión.
de 12 mm. Ahora esta sección se ha trasladado al nuevo manillar de la Defy, que en la versión Advanced Pro es de carbono y en el segundo escalón de la gama -Advanced- es de aluminio y que puede rotarse +- 5º para elegir una configuración más cómoda o más rígida al modificar la orientación de su forma de D. La probamos a los pies del Gavia, en dos rutas en las que ascendimos el coloso alpino por sus dos vertientes y también pudimos descender otro mítico como el Mortirolo. Nos sorprendió gratamente que en marcha su peso parece menor -probamos la versión tope de gama Advanced Pro 0, que arrojó 7,9 kg sin pedales, pero con portabidones y el soporte integrado del ciclocomputador- y nos volvieron a gustar mucho tanto sus ruedas SLR-1 como su tija, que absorbe sin que sea perceptible su interacción con el pedaleo, aunque necesitamos más kilómetros en nuestras rutas para comprobar la comodidad que Giant anuncia en el manillar. No echamos en falta mayor capacidad de frenada, aunque en algunos tramos alcanzamos los 75 km/h, pero quizá sería más adecuado que equipase de serie discos de 160 mm, en vez de 140, para evitar calentamientos en los descensos, en los que, por otra parte, nos dejó disfrutar con seguridad de una conducción noble. Como novedad, en un paso lógico para reducir costes y quizá porque no tiene sentido un cuadro así en un segmento cicloturista, la marca ha prescindido en la nueva Defy del modelo Advanced SL con tija integrada, aunque es posible que se fabriquen algunos cuadros para los ciclistas del Sunweb en la temporada de clásicas. Así, el tope de gama es la Advanced Pro 0 que veis en las fotos, que llegará a las tiendas con un montaje con Shimano Ultegra Di2 y el nuevo potenciómetro por 5.300 €.