LA GRAN PRUEBA
Ridley ha sometido a su modelo más aerodinámico a una profunda reducción de volúmenes que le ha sentado muy bien. La nueva Noah Fast mantiene sus cualidades aerodinámicas, pero es más ligera y ágil.
La nueva Ridley Noah Fast Disc baja de peso para ser más que una bici aerodinámica.
La frontera entre las bicis aerodinámicas y las escaladoras sigue siendo muy marcada, aunque en las últimas novedades para la próxima temporada hemos visto algunos detalles en las bicis aero para dulcificar su comportamiento y hacerlas menos agresivas para el perfil del cicloturista más deportivo. Es el caso de la nueva Noah Fast, el último rediseño del modelo de referencia de Ridley -la primera llegó al mercado en 2006-, que anuncia una considerable rebaja de peso de 250 gramos en su versión para discos y unos 200 en frenos a la llanta respecto a la Noah SL. No es que Ridley haya renunciado a sus cualidades aerodinámicas, sino que ha refinado las bases de su concepto FAST, que en sus inicios se llamó Ridley Aero Project, dejando de lado soluciones complejas que vimos en anteriores modelos como los frenos integrados F-Brake o el canal central de la horquilla F-Split Fork, que ahora ha sustituido extendiendo a más partes del cuadro la ranura F-Surface Plus. Así, con la valiosa experiencia de los ciclistas del LottoSoudal, ha desarrollado una bici que sigue teniendo en las etapas llanas y los sprints su terreno natural -Greipel rozó la victoria en su estreno en el Tour y quizá gane con ella antes de que acabe 2018-, pero que ha ampliado su radio de acción. Para comprobarlo, aprovechamos para llevarla al límite en un viaje a la que presume de ser la marcha más dura de Europa, La Purito, en cuatro días en los que acumulamos casi 11.000 metros de desnivel en algo menos de 400 kilómetros. Sin una toma de contacto anterior, nos demostró que en porcentajes inferiores al 8% su comportamiento no dista mucho del de una bici escaladora -y tenemos reciente una prueba de su hermana Helium SLX-, mientras que en las bajadas andorranas hizo gala de un aplomo que nos transmitió mucha seguridad, tanto en las más tendidas con curvas abiertas, como La Rabassa, como en la empinada de La Gallina, donde lógicamente agradecimos los discos. El peso extra sólo se hizo patente en las pendientes más pronunciadas; mientras que posteriormente, en las salidas por nuestra zona de referencia, con pequeñas subidas en torno al 4%, nos dejó claro que su reactividad no está lejos del nivel de bicis más ligeras, combinando agilidad en la parte trasera con una estabilidad notable cuando rodamos a velocidades por encima de 40 km/h. Una apuesta por hacer más amplio un segmento que, sin entrar en su rendimiento en las carreras, nos permite a los mortales poder disfrutar de bicicletas con las máximas prestaciones.