Ciclismo a Fondo

MAVI GARCÍA

- Texto Ainara Hernando Fotos Rafa Gómez

La mallorquin­a analiza su primera temporada en Movistar Women's Team.

Ella dice que es una veterana de piel, por la edad, pero una juvenil de mente. A ilusión no le gana nadie. A ser luchadora, menos. Después de curtirse en el duatlón, donde lo ganó casi todo, la corredora del Movistar Team ya es una de nuestras mejores ciclistas. Pero quiere más.

Mavi era en el hogar mallorquín de los García Cañellas la pequeña de la casa. Y encima niña. Y qué. “Mis dos hermanos mayores siempre me apuntaban a las cosas más duras, ¡a lo bestia!”, recuerda ella entre risas. Pronto salió a relucir su carácter peleón. El resto estaba en su genética, un portento natural. Primero le dio por el patinaje y era buena, campeona de Baleares cinco veces, pero con 16 años se cansó de los maratonian­os entrenamie­ntos; quería ser una chica como las demás. Sus genes tardaron pocos años en volver a relucir. Un día de invierno que, por calentar las piernas antes de un partido de tenis con una amiga, se metió en la pista de atletismo y vieron sus aptitudes. Empezó a correr y a ganar. Después el duatlón y luego, ahora, el ciclismo. Mavi es mucho más que una ciclista; es toda una atleta que con paso firme va cumpliendo sus metas. Porque aún le quedan muchas por lograr.

JUVENIL A LOS 34

Ciclismo a Fondo: ¿Cómo marcha la temporada, la primera en el Movistar?

Mavi García: ¡Un poco accidentad­a! Sólo con el nuevo equipo y todo lo que hemos vivido y corrido, he visto una mejora muy grande. En general todo es positivo, pero me da la sensación de que no he podido sacar todo lo que tengo dentro, entre las caídas y la mala suerte. Todavía queda temporada por delante y espero darle la vuelta. A pesar de esas caídas has conseguido el título nacional CRI, la victoria en Noja, fuiste novena en el Zoncolan y undécima en la general del Giro de Italia. Sí, claro que veo el lado positivo, pero cuando eres tan consciente de que puede ser diferente, mejor, da pena. Cierto que después de la caída en Lieja, tener esos resultados es para estar contenta. Y conseguir la primera victoria del equipo fue muy especial. Pero no me conformo porque quiero ver mis resultados reales,

sin ningún contratiem­po externo que me frene.

Con 34 años -los cumplió el 2 de eneroy siendo tu cuarta temporada en el ciclismo, ¿te consideras joven o veterana?

Soy veterana por edad, pero en realidad, una juvenil. El año que más he mejorado desde que corro en bici es sin duda 2018, lo he notado muchísimo. Hasta ahora el número de carreras que había hecho era mínimo. Este cambio al Movistar Team es como un nuevo inicio. No sólo para mí, veo a todas mis compañeras, incluso las que llevan toda la vida corriendo, muy ilusionada­s. Soy de las más mayores, he empezado tarde, pero si sigue habiendo resultados, la ilusión se mantiene. ¡Me considero joven! Cuando estoy con las del equipo creo que soy la más payasa de todas (ríe) No me veo fuera de lugar. Con Eider -Merino- me llevo diez años y no noto la diferencia. Además aprendo de todas y sobre todo de los errores que cometo. He aprendido mucho de colocación y también de cómo leer las carreras e interpreta­r lo que pasa. Hasta hace unos años había visto ciclismo, pero no lo seguía demasiado. Al principio no tenía ni idea de nada. Me decían que no atacaba, que no tiraba, pero es que no sabía qué era lo que debía hacer.

¿Os sentís abanderada­s de algo dentro del equipo? ¿Protagonis­tas de un momento histórico de cambio?

Creo que sí. Hemos llegado en el momento justo y lo pienso de muchos momentos de mi vida. Cuando dentro de bastantes años el ciclismo femenino sea grande, que ojalá sea así, se acordarán del primer equipo español al más alto nivel y ahí hemos estado nosotras como referencia. Eso es muy bonito.

¿Se os acercan niñas soñando ser ciclistas?

Yo alucino, ¡me paran hasta en el Mercadona! Se me hace extraño. En los Campeonato­s de España nos quedamos un día más para practicar la crono por equipos, estuvimos rodando y al pararnos se nos acercó una niña con su padre. Ella me pidió una foto a mí y luego con todas las compañeras. La subí al cuadro de la cabra y se quedó flipando. Antes, en la Setmana Valenciana, se me acercó una niña que me dijo que era duatleta y quería ser como yo. Es algo que te llega.

¿De dónde viene Mavi? ¿Por qué el deporte y por qué el duatlón?

En realidad mi deporte era el patinaje. De chiquitita hacía entrenamie­ntos de cuatro horas o más patinando, fui campeona de Baleares cinco veces. A los 16 años me cansé y estuve ocho sin hacer nada hasta que me salieron

lorcitas (ríe) y comencé a hacer deporte. Con una amiga empezamos a jugar a tenis. Íbamos al polideport­ivo, que tenía pistas de tenis y al lado las de atletismo. Un frío día de invierno decidí ir a la pista a calentar un poco. Unos chicos me vieron correr y me dijeron que lo hacía muy bien. ¡Y no había trotado en mi vida! Me convencier­on para hacer una carrera corta y se me dio muy bien. Así empecé a entrenar, luego me puse a hacer carreras de pista buscando marcas y logré el récord de Baleares. Dos años después mi hermano había cambiado la bici de descenso por la de carretera y en esa época se puso de moda hacer

duatlones conjuntos. Le dije que nos apuntáramo­s, él para la prueba de bici y yo la de correr. Después se pasó a los individual­es y me dejó sola, pero me convenció para que probase uno.

¿Y cómo se te dio encima de la bici?

¡Si es que no tenía ni bicicleta! Me tuvo que dejar la suya y no sabía ni cómo funcionaba­n los cambios (risas) Pero probé a hacer uno y lo gané. Fui al Campeonato de España, entrenaba dos veces por semana en bici, hora y media nada más. Después me lo empecé a tomar más en serio. Seguía corriendo a pie, pero me dijeron que donde hacía la diferencia era en la bicicleta. Así me animaron a probar en un equipo y recibí la llamada de Agurtzane Elorriaga para el Bizkaia-Durango.

¿Ya eras más fuerte en la bicicleta que corriendo a pie?

El duatlón se me daba bien porque era muy completa en ambas cosas. La primera vez que salí en bici lo hice con la de mi hermano. Somos de altura parecida y tenía la misma talla. Y también con sus zapatillas, que eran dos números más grandes. Me fui con una grupeta de aquí que se llaman ‘Mini Max’. Salen como si fuera una carrera y no hay chicas. Si quieres dejarte la vida, vas con ellos. Pero yo tengo dos hermanos mayores y siempre me han llevado a las cosas más duras, ¡a lo bestia! Sufrí muchísimo, pero no me descolgué y alucinaron. Ese primer día llegué a casa y me quedé sentada en la silla de la cocina con el casco puesto durante diez minutos, sin hablar ni beber agua ni hacer nada (ríe). Después me pasé toda la tarde durmiendo. Pero no me habían soltado y a mi hermano le dijeron que era muy buena. Ahora, alguna vez que estoy libre voy con ellos a darme palos. ¡Los tengo dominados!

¿Recuerdas tu primera bici?

Después de esa que me dejó mi hermano le compré un cuadro Cosmos a uno de la grupeta. La montó mi hermano. Me hice con unas ruedas de segunda mano y las pusimos. Tenía 28 años.

EL MIEDO Y UN CAMBIO NECESARIO ¿Te costó el salto al ciclismo de carretera después de curtirte en el duatlón?

Mucho. Estuve a punto de mandarlo todo a freír espárragos. Al principio era un poco inconscien­te. Me defendía como podía y veía que era una locura, pero lo hacía. Después me caí en el Tour de San Luis en 2016, de eso no me acuerdo de nada. Lo pasé muy mal. Tenía la sensación de que cuando iba en el pelotón, me absorbía. Cuando estaba en las salidas sentía como que me llevaban al matadero. Fue un año muy malo; me preguntaba muy a menudo qué pintaba ahí, qué necesidad tenía de pasar por eso si con lo que hacía antes estaba bien.

¿Pasabas miedo en el pelotón?

Muchísimo. Corría siempre en la parte trasera del pelotón. Ahora he aprendido a ir delante. A la que ha competido toda la vida le resulta más fácil, tiene mayor habilidad. No es que yo no la tenga, pero manejarte con 30 años en medio de 200 tías que te meten codos no es fácil. Con la caída de Argentina cogí aún más miedo. Me esforzaba muchísimo, pero siempre me quedaba atrás y pillaba todos los látigos.

¿Por entonces ya eras ciclista a plena dedicación?

No lo he sido hasta este año que he dejado el duatlón y pedí una excedencia donde trabajaba, una empresa de venta de maquinaria de hostelería. Empecé haciendo la contabilid­ad, pero luego me dediqué a todo, incluso a la venta. Llevaba doce años y me sentía quemada. Vi la posibilida­d de pedir la excedencia y lo hice, no sólo por dedicarme al deporte; necesitaba un cambio.

¿Y cómo entrenabas el duatlón cuando trabajabas?

Por las mañanas metía la bicicleta en el coche, iba a trabajar y al mediodía entrenaba dos horas. Me duchaba en casa y regresaba en bici al trabajo. Por las

tardes, al salir me iba al polideport­ivo a correr. No llegaba a casa antes de las 9. No paraba, era una vida de locos. Había días que comía sentada en la tapa del váter tras ducharme antes de volver a trabajar.

¿Cuántas veces has tenido que escuchar que te pregunten qué hacías en el ciclismo o el duatlón siendo mujer?

Igual no me lo dijeron directamen­te, pero sí que pensaron o dijeron a otras personas cuando cogí la excedencia que a dónde iba. Yo veía que las cosas me salían bien y sacaba dinero. Dejé de trabajar y fue como una explosión. De 16ª en un Campeonato de España de ruta pasé a ser tercera. Lo noté mucho.

¿Y en casa cómo lo veían?

Nunca me han dicho nada, siempre me han apoyado. Cuando patinaba mis padres siempre venían a los viajes, pero nunca se han metido más de la cuenta. Ahora mi madre sí que lo pasa mal cuando tengo caídas. Se ha llevado un par de sustos.

¿Quiénes han sido tus referentes?

Del mundo del ciclismo ninguno porque no lo seguía mucho, pero como deportista a Rafa Nadal siempre lo he tenido en un pedestal. He ido a ver varios torneos y me gusta también por cómo gestiona las cosas. Es el deportista perfecto.

¿Has dejado aparcado el duatlón?

Sí. El ciclismo absorbe muchísimo: viajes, concentrac­iones, carreras... Ahora lo estoy disfrutand­o mogollón. Seguro que más adelante necesitaré otras cosas,

como el triatlón de larga distancia. Además me ha quedado pendiente hacer un maratón e intentar el récord de Baleares. Lo probaré seguro, aunque sea en categoría de mayores.

¿Sigues saliendo a correr?

No. A principio de temporada, sí. Quería mantener aunque fuese el trotar para que la musculatur­a no me cambiara mucho, pero es complicado. Ahora que he estado tres semanas seguidas en casa sí he salido, aunque muy suave. Me hace feliz correr, pero si no se puede no pasa nada.

MARGEN DE PROGRESIÓN ¿Qué les dirías a los que piensan que el ciclismo femenino no tiene nivel?

Les enseñaría un par de vídeos o les metería en nuestro pelotón para que vieran la velocidad y la tensión que hay y cómo se mueven los equipos. En el Giro hubo días que en la primera hora sacábamos 45 km/h de media.

¿Tienes margen de progresión?

Ahora me estoy viendo muy bien, si progreso más... ¡no sé! (ríe) Margen físico supongo que tengo porque cuando llevas sólo un par de años haciendo ciclismo vas adquiriend­o capacidade­s que te dejan entrenar mejor y evoluciona­r. Quizá mi margen de progresión es más mental. Las patas las tengo; puedo mejorar en esos aspectos.

¿Qué sueñas ganar?

Voy detrás de una carrera importante en el extranjero. Sobre todo una de montaña, sueño con hacer un Giro muy bonito. No sé qué posición, pero destacar. Mis sueños no suelen ser irreales, si lo sueño es porque están a mi alcance. Pero no me va la vida en ello. Si no lo consigo no es mi único objetivo en la vida, tengo muchas otras cosas en mente. Y así será hasta que deje de disfrutar. Entonces se acabará. Pero ahora estoy disfrutand­o... y mucho.

 ??  ??
 ??  ?? 1
1
 ??  ??
 ??  ?? 33 A los mandos desu vida. Pese a que lo pasó mal en sus primeros tiempos en el pelotón, Mavi García es una mujer que se atreve con todo lo que se proponga.
33 A los mandos desu vida. Pese a que lo pasó mal en sus primeros tiempos en el pelotón, Mavi García es una mujer que se atreve con todo lo que se proponga.
 ??  ?? 1 Centrada enla bicicleta. La campeona de España contrarrel­oj le contó a Ainara Hernando sus sensacione­s en un año crucial, el primero con el maillot de Movistar.
1 Centrada enla bicicleta. La campeona de España contrarrel­oj le contó a Ainara Hernando sus sensacione­s en un año crucial, el primero con el maillot de Movistar.
 ??  ?? 22 Hora de comer. Junto a su pareja, Ángel, se dispone a preparar un plato con el que reponer las fuerzas gastadas entrenando.
22 Hora de comer. Junto a su pareja, Ángel, se dispone a preparar un plato con el que reponer las fuerzas gastadas entrenando.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? 1 Mavi es azul. La mallorquin­a muestra con orgullo la vestimenta de su equipo, Movistar Women’s Team, a Ciclismo a Fondo.2 Un poco de relax.Mavi y Ángel posan en su domicilio durante el reportaje y la sesión fotográfic­a para esta revista.3 Simpatía natural.El carácter competitiv­o de la corredora del Movistar trae de serie una parte "payasa" como se autodefine. 2
1 Mavi es azul. La mallorquin­a muestra con orgullo la vestimenta de su equipo, Movistar Women’s Team, a Ciclismo a Fondo.2 Un poco de relax.Mavi y Ángel posan en su domicilio durante el reportaje y la sesión fotográfic­a para esta revista.3 Simpatía natural.El carácter competitiv­o de la corredora del Movistar trae de serie una parte "payasa" como se autodefine. 2

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain