Álvaro Trueba
Le pillamos en plena faena, tras concluir el prólogo de la Volta a Portugal. El cántabro del Sporting-Tavira quiere volar alto en su tercera campaña en el ciclismo luso.
Decir Trueba en ciclismo no es cualquier cosa. ¿Pesa el apellido? Para nada, es un honor y un placer continuar la saga. Mi padre, mi tío y mi abuelo fueron profesionales. Toda la familia tiene raíces ciclistas y también ha empezado mi hermano pequeño.
¿Qué ha cambiado en ti del neo de 2016? Estoy más hecho y tengo mayor experiencia. En tres años ya vas conociendo cómo se corre y se nota bastante.
Tres palabras que te definan como ciclista y otras tres como persona. Las mismas tres valen para las dos: constante, trabajador y buen compañero.
¿Qué es lo que más te llama la atención del ciclismo portugués? La forma de correr y la rivalidad existente entre los equipos de los clubes de fútbol, el Sporting y el Porto.
La canción que nunca falta en tu reproductor de música. La lista es muy amplia porque me gusta variar, pero cualquiera de Melendi.
¿Cuál es tu sueño por cumplir en la vida? Poder avanzar en el mundo de la bicicleta.
Lo primero que harías si te nombrara por un día presidente del Gobierno español es... Olvidarme de los temas secundarios, que tanto les gustan a nuestros políticos, y centrarme en los verdaderamente importantes.
¿A qué le tienes miedo? A no poder hacer lo que me guste. Esa es la clave de la felicidad.
De no ser ciclista... Pues no sé, pero seguro que algo relacionado con el deporte.
Dame un titular contigo de protagonista. Álvaro Trueba gana su primera etapa en una grande... o en la Grandissima.
¿Algo que debamos visitar obligatoriamente en tu pueblo, Polanco? Uff, es demasiado pequeño. Lo que recomendaría es darse una buena vuelta por Cantabria entera. Merece la pena porque hay de todo.
Para acabar confiesa una manía incurable. Tenerlo todo en su sitio y llenar la maleta de cosas por si acaso, aunque no las llegue a usar nunca.