Barthe, fuga, montaña y metas volantes
No se equivoca Jon Odriozola al definir a Cyril Barthe como un ciclista "que tiene talento y una gran progresión". El vascofrancés es una de las principales apuestas de futuro del Euskadi-Murias y poco a poco va brindando los primeros destellos de esa calidad que le llevaron a ser uno de los corredores más codiciados del campo amateur, donde compitió a los mandos de Jorge Azanza en la Fundación Euskadi. En 2018, su primera temporada completa en la élite después de haber dado el salto el pasado verano con el equipo verde, está demostrando que su adaptación al profesionalismo va por el camino adecuado. Barthe formó parte de la fuga del día en la Clásica de San Sebastián junto a sus compañeros Aritz Bagües y Óscar Rodríguez, además de Pablo Torres (Burgos-BH), Lluís Mas (Caja Rural-RGA) y Loïc Chetout (Cofidis). Tres murias en una fuga de seis, el conjunto vasco dio la cara. "Ha sido un día fenomenal. El objetivo era ser protagonistas y lo hemos cumplido -señalaba Barthe-. Al tener tres corredores hemos podido controlar la escapada para llevarnos los premios de las metas volantes y la montaña. Lo he conseguido yo y estoy muy feliz. He notado el apoyo del público, cómo me animaban desde la cuneta, y eso ha sido muy bonito". Señalaba además que "mis compañeros me han ayudado muchísimo para ganar las dos clasificaciones". Cyril fue además el último ciclista de la intentona que resistió en cabeza, hasta el segundo paso por Arkale. "Quería superarlo lo más arriba posible porque sabía que después iba a haber guerra entre los mejores y no tengo el nivel para estar con ellos". Por el camino que va, lo tendrá muy pronto.