Bomba de pie Zéfal Husky Z-Switch
Uno de los rituales antes de salir a pedalear consiste en dar la presión correcta a los neumáticos de nuestra bici debido a que, inevitablemente, se deshinchan con el paso del tiempo. Con una bomba de pie -también llamada "de taller"- como la Husky Z-Switch, comercializada por la centenaria marca francesa Zéfal, completaremos la tarea evitando el engorro de utilizar bombas de mano, con las que nos eternizaremos bombeando y que además carecen de un manómetro para comprobar la presión. La Husky está construida empleando aluminio en el cilindro, hierro fundido en la base y madera -teñida de negro- en la empuñadura, culpables de su alta solidez y estética retro. El manómetro, situado unos centímetros sobre la base, resulta de fácil lectura gracias a su fondo blanco y dispone de una aguja roja que podemos dejar indicando la cifra deseada para saber que la hemos alcanzado con apenas un vistazo. La presión máxima que podemos alcanzar -según la marca- es de unos estratosféricos 16 bares -230 PSI-, una cifra que bate récords pero que jamás utilizaremos. Los apoyos laterales de la base son amplios, de acero, plegables e incluyen plástico agujereado para evitar que los pies resbalen; pero la parte central marcará los suelos de madera al no estar protegida. La boquilla Z-Switch va unida a un latiguillo de 1,1 m de longitud y admite los dos sistemas de válvulas con sólo desplazar una pestaña. Es muy cómoda de accionar, pero hubiésemos preferido que fuese de metal en lugar de plástico. El funcionamiento es el esperado, hinchando con suavidad y sin balanceos gracias a una base muy estable, que junto a su construcción sólida y de calidad nos permitirá disfrutar de la bomba durante muchos años.