Un regalo para los Alpes
Desde cualquier punto de Innsbruck se atisban montañas sobrecogedoras, vigilantes de una ciudad coqueta, universitaria y sonriente que recibió al Mundial con los brazos abiertos y un circuito precioso. El ciclismo le correspondió con algunas historias inolvidables y le regaló la culminación de la carrera deportiva del mejor ciclista de este siglo.