Juanjo Lobato acude a su cita

Salvo en 2010, su año como neoprofesional, Juanjo Lobato no ha faltado a su cita con la victoria. Ya son ocho temporadas consecutivas en las que el velocista andaluz ha sumado al menos un triunfo. Lo hizo además en una prueba de prestigio, la Coppa Sabatini, y ante rivales de relumbrón. Lobato es el segundo español que inscribe su nombre en el palmarés de la carrera toscana después de Edu Prades en 2015. Lo consiguió con un certero demarraje en los últimos 500 metros, que picaban hacia arriba, desarbolando a un Giovanni Visconti (Bahrain-Merida) que trataba de controlar pensando en su compañero Sonny Colbrelli, vencedor en la meta de Peccioli en 2014 y 2016. El protagonismo principal en los 202 kilómetros de recorrido fue para Fausto Masnada (Androni Giocattoli Sidermec), Emmanuel Morin (Cofidis), Sebastian Schönberger y Edoardo Zardini (Wilier Triestina), Nikolay Cherkasov (Gazprom-RusVelo) y Eduard Grosu (Nippo-Vini Fantini), un sexteto de fugados que dispuso de una renta de hasta cuatro minutos. Masnada se acabó marchando solitario y fue atrapado a falta de 21 km. Entonces comenzó una sucesión de ataques de los que el más peligroso fue el de Romain Bardet (Ag2r), a quien se le terminarían uniendo Visconti (BahrainMerida), Xandro Meurisse (Wanty-Groupe Gobert) y Sebastián Henao (Team Sky). Dimension Data echó abajo sus esperanzas cuidando de las opciones de un Boasson Hagen que naufragaría en el desenlace, mientras el jovencísimo Vincenzo Albanese (Bardiani CSF), que entró destacado en el kilómetro final, se iba al suelo al tomar una curva. Poco después se produjo el certero latigazo de Juanjo Lobato, quien cruzaba la meta con el significativo gesto de pedir silencio, rompiendo el mal fario que le perseguía en la presente campaña.