Ciclismo a Fondo

IBAI AZURMENDI

El extroverti­do navarro, primo del pelotari Oinatz Bengoetxea, hizo sus pinitos en la pelota pero se acabó decantando por el ciclismo. Acaba de firmar su debut en la élite con la Fundación Euskadi, que le ha abierto la puerta a su primer Mundial.

- Texto Ainara Hernando Fotos Luis Ángel Gómez/Photo Gomez Sport

En el pequeño ciclista de la Fundación Euskadi se adivina un gran escalador.

A su primera bicicleta, una Zeus, Ibai Azurmendi (Leitza, 1996) no llegaba. ªA ver, alto no he sido nunca -se excusa-. Mi padre me ponía calas porque no llegaba a meter los pies y si no lo hacía rápido, me caía. Los dos primeros años me tenía que agarrar del sillín, yo me ponía de pie y salía a todo correr porque de lo contrario, me iba al sueloº. Su padre, recuerda, ª se inventó de todo para que no me cayeraº. Pero lo fundamenta­l era que siguiera dándole a los pedales. Es lo que lleva haciendo Ibai, su sonrisa y enorme simpatía, desde siempre. Ibai es de esos que, la primera vez que se habla con él, da la sensación de conocerlo de toda la vida. Bastan unos minutos para que se abra y ya no pare de hablar, sonreír y bromear. Es un pequeño gran ciclista, pero sobre todo, un pequeño gran hombre. Dentro de sí lleva su arma más poderosa, un metro y 64 cm de altura y sus 50 kg de escalador ágil y volador. También la penitencia. ªA la hora de que apueste alguien por ti, ven tu cuerpo y se nota muchísimo. Muy pocos han confiado en mí. Es un hándicap muy grande, me han llegado comentario­s... pero ¿qué vas a hacer?º. La Fundación Euskadi sí confió en él. ª No creo que lo hubiera hecho nadie másº. El equipo y especialme­nte Jorge Azanza, su maestro y padre deportivo. ª Me conoce mejor que yo mismoº. Lleva seis años siendo su preparador, desde su segundo año de juvenil, y en sus últimas tres temporadas en la Fundación Euskadi de amateur también como director. ª Sabe perfectame­nte cuándo estoy bien y cuándo no. Me tranquiliz­a mucho si en un puerto de salida, como me suele suceder, voy mal. Se sacrifica por nosotros hasta el punto de perjudicar­se

a sí mismo si es por dar la cara por los corredores. Está al cien por cien encima nuestro. Qué menos que dar el máximo por él, sólo por respetoº. El máximo, claro, Ibai lo da en la montaña. ª Siempre he sido escalador, ¡con mi cuerpo no opto a otra cosa!". Aunque, ya empieza a bromear, ª todavía tengo expectativ­as de crecer, ¡cuidado conmigo! Que me mido de vez en cuando y aún me queda el último estirónº , ríe.

ª LE ECHO VALORº

Hay veces que crecer no significa ganar metros de altura. También se puede medrar encima de la bicicleta. Y en esa progresión, Ibai lleva mucha altura ganada. ª Este año he notado progresión. En mi primera carrera, Mallorca, iba con miedo y salí con la idea de acabar. El día más duro estuve delante a falta de tres kilómetros con los mejores, no sabía ni qué hacía ahí porque el año anterior sufría mucho y no esperaba hacerme tan bien a la categoríaº. Desde su 1,64 m ª le intento echar valorº , asegura. ª Cuando corro con equipos grandes me vengo arriba, me motivaº. Ciclista valiente, de los que sorprende. ª Me hizo muchísima gracia que en la Vuelta a Aragón me vinieron bastantes ciclistas a preguntarm­e el peso. Todos los del Delko, por ejemplo. Smukulis se estuvo riendo dos minutos seguidos porque me decía que él pesaba más de 80 kilos. ¡Casi me dobla!º. Admite que ª lo bueno que tengo es que, a la mínima que hago algo, tiene mayor repercusió­nº. Desde enero pedalea vestido de naranja, el sueño de cualquier ciclista vasco. Y más en su caso. Ibai vive en Leitza, igual que Mikel Nieve. Creció viéndole pasar

por el pueblo cuando salía a entrenar vestido de Euskaltel-Euskadi. Ahora es él quien suda el color del ciclismo vasco. ª Sé que represento nuestra historia y es un orgullo, algo muy bonitoº. Para llegar hasta ahí, Azurmendi pasó tres años en amateur, ª destacando pero sin ganar apenas, y eso me hacía dudar de que pudiera dar el saltoº. Lo logró por méritos propios. Eso confirma que el camino que tomó de pequeño fue el correcto. Practicaba fútbol, ciclismo y, cómo no, pelota. En su pueblo es el deporte rey. Y más en su casa. ª Mi primo segundo es Oinatz Bengoetxea­º , cuenta. El pelotari, ganador del manomanist­a en dos ocasiones, del cuatro y medio y del campeonato de parejas, le enseñó a jugar en el frontón del pueblo. ª En sus años de gloria entró a la escuela de pelota de Leitza y todas las tardes enseñaba a los niñosº. A pequeños como él a quien, por el vínculo familiar, cogió un especial cariño. ª Me enseñó los valores de la humildad y la paciencia. Me sorprendía verlo, siendo tan conocido, pararse a hablar con todo el mundoº. Así quiso ser Ibai, pero encima de la bici. ª Siempre me llama Pantani, le gustaba mucho como corredor. Cuando elegí el ciclismo y dejé la pelota no le dio pena porque veía que era lo que más me tiraba. Y es que mi madre ya no podía más llevándome a las carreras, a los partidos de pelota y a los de fútbol. Si seguía así, le iba a dar algoº , rememora. Buena parte de la culpa la tiene también su hermano mayor, Andoitz. ª Le vi correr en escuelas y me enamoré de este deporte. Ser profesiona­l es, en cierto modo, hacer realidad también su sueñoº. En casa recibe el apoyo incondicio­nal de la familia, y eso que ª cuando estoy agobiado los estreso mucho. Me desahogo con ellos, me tienen que aguantarº. Aunque revela que ª a mi madre fue a la única que no le hizo mucha gracia que pasase a profesiona­les porque no puede venir tanto a verme a las carreras como hasta el año pasado, que todas eran cerca de casa y no fallaba a una. ¡Si me recalifico le doy una alegría!º , bromea.

CONSEJOS DE LANDA

Pero no. A Ibai hace tiempo que se le quedó pequeña la categoría amateur. Lo suyo es volar entre los pros. Vestido de naranja y con los mejores padrinos posibles. Porque, junto a Jorge Azanza, tiene la suerte de contar cerca también con Mikel Landa, patrón de la Fundación y que está muy pendiente de él. ª Me

ha sorprendid­o lo cercano que es. Hace muchas cosas del equipo en primera persona y viene a entrenar con nosotros. Cuando corro me suele mandar audios o escribirme. Son detalles que te lleganº. Además, cuando han coincidido en carreras, ª Mikel me dice cómo tengo que actuar en cada momento y eso me da una gran tranquilid­ad. En la Vuelta a Andalucía estábamos subiendo un puerto muy duro, yo iba el último y él me dejó un huecoº. Así, con los consejos de Mikel Landa, el abrigo de Jorge Azanza y la cercanía también de Mikel Nieve, Azurmendi se siente muy bien rodeado. ª Soy afortunado por tenerlos, el camino que me ayudan a coger es el correctoº. De Nieve se queda con ª la tranquilid­ad que me da. Siempre me mantiene los pies en el suelo y me dice que no me ponga nerviosoº. Suyos fueron los mejores consejos de cara al Mundial de Innsbruck, donde se ganó una plaza en la selección sub23. ªAntes de viajar a Austria estaba muy nervioso y Mikel Nieve no paraba de decirme que era sólo una carrera más y que recordase el buen año que llevaba a las espaldas. Me ayuda un montónº. Aún le queda mucho por hacer a Ibai. Todo. En constante progresión. ª En 2019 quiero seguir mejorando, tengo mucho margen en la montaña y también en el llano, donde cada vez sufro menos. Lo mejor de este equipo es que no te meten presión, cada carrera es una oportunida­d y siempre han confiado en mí para la parte final. Ahí quiero crecerº. Va a ser cierto que todavía está pendiente de dar el estirón... aunque no sea en centímetro­s de altura.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? 2 Destellos en Burgos. Tanto en el Picón Blanco -foto- como en Neila fue 34º. Finalizó 27º de la general y cuarto mejor joven.
2 Destellos en Burgos. Tanto en el Picón Blanco -foto- como en Neila fue 34º. Finalizó 27º de la general y cuarto mejor joven.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain