CERVÉLO S5
Con el lanzamiento a mediados de 2011 de la S5, Cervélo sentó unas bases de diseño que revolucionaron el entonces incipiente segmento de bicicletas aerodinámicas de ruta. Ahora, cuando este tipo de bicis están plenamente consolidadas, apuesta por solucion
Joaquín Calderón os cuenta cómo es su tercera generación.
La marca canadiense se jacta de haber sido pionera en las bicis aerodinámicas de carretera, con modelos como el Soloist o el primer S3 con los que abrió camino en un mercado en el que estaba todo por descubrir. En su tercera generación de la S5 apuesta, como sus principales competidores, sólo por los frenos de disco, mientras que incorpora dos soluciones que rompen con lo establecido: una potencia que se divide en la base en dos piezas separadas y una horquilla cuyo tubo queda totalmente visto para convertirse en un tubo de dirección al uso. Según Phil Spearman, product manager de la marca, el diseño de la potencia
obedece a tres motivos: esconder todos los cables en el interior de las dos piezas, incluso los de los grupos mecánicos -algo que criticamos con dureza en el último rediseño de la R5 porque rompe su estética-; aumentar la rigidez y el reparto de fuerzas en el apoyo del manillar cuando esprintamos de pie y moviendo la bici hacia los lados; y mejorar la aerodinámica, ya que este diseño, según sus pruebas, reduce las turbulencias que genera el viento en las potencias tradicionales. El diseño del tubo de la horquilla, además de mejorar la aerodinámica porque es considerablemente más estrecho, también tiene que ver con
el enrutamiento de los cables, ya que lo hace más sencillo, mientras que en el interior del cuadro queda una especie de tornillo para ajustar la precarga. Según Cervélo, es fundamental que todos los test aerodinámicos se hagan con el ciclista encima. Por eso, su objetivo no ha sido hacer la bici más rápida, sino hacer que el ciclista que pedalea sobre ella tenga la máxima integración para que el conjunto sea lo más rápido posible. En total, la marca asegura que la nueva S5 ahorra más de 5 vatios respecto al modelo anterior, una ganancia que se manifiesta sobre todo en condiciones de viento lateral. El peso del cuadro en talla 56 es inferior al kilo.
AERO¼ PERO REALISTA
El gran reto de Cervélo, según Spearman, ha sido conseguir que la conducción de la S5 se asemeje lo máximo posible a la de la R5, ya que aseguran que no sirve de nada tener la bici más aero o rígida si en marcha es muy nerviosa o incómoda. Para conseguirlo, la geometría se ha modificado reduciendo ligeramente la altura del pedalier y se ha aumentado el espacio en la parte trasera para permitir utilizar neumáticos de hasta 32 mm de anchura efectiva; a la vez, la marca anuncia que se ha aumentado la rigidez en el pedalier en un 25% y en un 13% en la dirección, lo que se traduce en un tacto más directo. Probamos la nueva S5 durante dos jornadas en los alrededores
de Banyoles, mucho más cortas de lo que nos hubiese gustado, pero suficientes para tener un primer contacto. Superada la novedad del manillar, la bici se siente muy rígida en la zona del pedalier, sobre todo en repechos cortos, siempre que la pendiente esté en torno al 4-5%, y, sobre todo, muy cómoda en el triángulo trasero y predecible en la dirección, ofreciéndonos una notable seguridad en varios giros enlazados de un descenso técnico, en especial en un par de curvas que se cerraban repentinamente en las que pudimos rectificar sin problemas. La versión más económica de la nueva S5, con grupo Ultegra mecánico, costará 5.499 €, mientras el tope de gama con Dura-Ace Di2 tiene un PVP de 10.999 €.