Madrid (Puerta del Sol)-La Cerdaña
Maletas, repuestos, bicis listas y arrancamos. Así empezaban mis vacaciones, un tanto diferentes a las de otros años. Una aventura que comenzó al día siguiente de aterrizar del Tour de Turquía. Todavía cansados de la última competición, mi amigo Antonio Alcalde -esquiador profesional- y yo emprendimos este viaje de siete días y casi doscientos kilómetros diarios con lacasaacuestas.
La mayoría de los ciclistas tenemos unas semanas de desconexión cuando se acerca el final del año, momento en el que nos permitimos abandonar el mundo de la bicicleta por un tiempo y aprovechamos para hacer cosas que durante el año se nos antojan complicadas.
Mis vacaciones de 2018 se han salido un poco de lo común. ¿Terminas la temporada y al día siguiente te vas de vacaciones con la bicicleta? Eso me preguntaba mucha gente, que no daba crédito. Así fue, el viaje que hicimos se convirtió en una experiencia increíble.
Continuamente nos íbamos reuniendo con amigos y sumando
gente al trayecto, tanto que el último día nos llegamos a juntar hasta quince personas. Cada día visitábamos una ciudad nueva. La comida siempre era rápida y con el culote puesto, pero para las cenas escogíamos los sitios más emblemáticos de cada población en la que parábamos.
Teníamos una ruta prevista para llegar a tiempo a cada ciudad. Pero siempre hay percances; el segundo día debíamos hacer noche en Valencia y fue imposible. Estaba oscureciendo y nos quedaban treinta kilómetros cuando pinché las dos ruedas. Nuestra salvación fue un hostal de carretera, donde pudimos alojarnos esa noche. Una experiencia distinta, en la que sientes el ciclismo de otra manera y no sólo vinculado al hecho de entrenar y trabajar sobre ella.
Lo común entre los de mi gremio es descansar entre quince y veinte días. Tiempo para recargar las pilas, valorar el año que acaba de terminar y planificar la siguiente temporada. En definitiva, el trabajo que solemos hacer los ciclistas en invierno se lleva a cabo un poco en la sombra. Son meses en los que estamos, dentro de lo que cabe, desconectados. No hay competiciones, pero trabajamos muy duro para preparar la próxima campaña.
Espero que mi descanso haya servido como fuente de información para transmitiros una nueva visión sobre el mundo del ciclismo más allá de la competición. Me parece necesario compartir que el trabajo y el ocio pueden ser grandes aliados.