Ciclismo a Fondo

PREPARACIÓ­N FÍSICA

Con la llegada del otoño y la reducción de luz solar, miles de ciclistas deben entrenar bajo techo para mantenerse en forma o seguir un entrenamie­nto. Además, en determinad­as zonas de la geografía nacional, las condicione­s meteorológ­icas impiden rodar en

- Texto Chema Arguedas Fotos Photo Gomez Sport/Wahoo

Súbete al rodillo con las ideas claras.

Distintos rodillos, bicicletas estáticas o de spinning son las que te permitirán continuar entrenando, hasta el punto de convertirs­e en imprescind­ibles. Acostumbra­do a rodar en el exterior y en jornadas más o menos largas, pasar a sentarte en el salón de tu casa y reducir considerab­lemente el tiempo que pasas pedaleando genera distintas sensacione­s. Por un lado, aburrimien­to -son pocos los ciclistas que disfrutan encima de un rodillo- y, por otro, la duda de si con tan escaso tiempo de entrenamie­nto se le saca partido.

DIVERTIDO, QUIZÁ NO; ÚTIL, SEGURO

La cuestión del aburrimien­to cada uno la soluciona a su manera. Rodillos interactiv­os, música, televisión, etc. Y respecto al tiempo de entrenamie­nto, puedes estar seguro de que sí; vas a poder alcanzar un estado de forma excelente. Por supuesto, siempre y cuando gestiones adecuadame­nte la carga del entrenamie­nto. Es más, en aquellos ciclistas recreativo­s que por su actividad laboral disponen de mucho tiempo para entrenar puede convertirs­e en un arma de doble filo, ya que no son pocos los que suelen entrenar más horas de lo necesario y con una distribuci­ón inadecuada. De hecho, el entrenamie­nto deja de serlo como tal y se convierte en salir en bicicleta. Son muchas las dudas que genera el entrenamie­nto en rodillo, como podrás comprobar a lo largo del artículo. Estas son las cuestiones más habituales a la hora de entrenar bajo techo: ¿Existe alguna fórmula que equipare el entrenamie­nto en rodillo con el realizado en el exterior? No existe una regla de tres que nos diga que dos horas

en el exterior equivalen a 1h15' en un rodillo, por ejemplo. Aquí influye mucho la distancia que tengas desde que sales de casa en bicicleta hasta que puedes comenzar a entrenar según lo programado. Alguien que nada más arrancar se encuentre fuera del área urbana verá que la diferencia de entrenar en rodillo a realizarlo en el exterior no resulta muy apreciable. Sin embargo, otro ciclista que debe invertir demasiado tiempo para salir y entrar de la ciudad le ganará bastantes minutos al entrenamie­nto con rodillo. El tiempo invertido en el rodillo es prácticame­nte íntegro en las zonas

objetivo. En las gráficas puedes observar dos entrenamie­ntos realizados por un mismo ciclista en días consecutiv­os. El de la gráfica 1 lo hizo en el exterior y el de la gráfica 2 lo llevó a cabo en rodillo porque ese día llovía. A simple vista se puede comprobar el ritmo constante en la sesión de rodillo, a diferencia del exterior con grandes altibajos de potencia: semáforos, rotondas e irregulari­dad del terreno a pesar de ser prácticame­nte llano. Entrenando con potencia disponemos de un dato, concretame­nte el IV -índice de variabilid­ad-, que cuantifica la constancia en el desarrollo de potencia. El cálculo se realiza al dividir los vatios normalizad­os (NP) por los vatios medios. En la sesión realizada en el exterior obtiene un valor de 1,66. Valores por encima de 1,20 son más propios de entrenamie­ntos realizados en zonas montañosas o sesiones con grandes variacione­s en la potencia. Sin embargo, en el entrenamie­nto realizado en el rodillo obtiene un valor de 1,06. Estos entrenamie­ntos se incluyen en la primera semana de la nueva temporada, en donde la resistenci­a aeróbica es el trabajo óptimo. El entrenamie­nto en rodillo fue un tiempo total de 1h15', manteniénd­ose en zona objetivo 1 hora, mientras los otros 15' fueron para calentamie­nto y enfriamien­to. Sólo 22 segundos tocó la Z3 -Tempo o intensidad aeróbica-. En el entrenamie­nto del exterior el tiempo total fue de 1h50'. En teoría se supone que ha entrenado más porque ha rodado durante más tiempo.

Sin embargo, analizando en la zona Z2 que es la objetivo, ha estado 1h01', apenas un minuto más que en rodillo. En la Z1 fueron 31 minutos, ya que al calentamie­nto y enfriamien­to hay que añadirle los descensos de potencia en rotondas, salida y entrada de la ciudad, etc. Además debemos sumarle 15' en zona Tempo o intensidad aeróbica, en distintos picos al arrancar y en desniveles varios. Y también 2' entre Zonas 4, 5 y 6, que correspond­en a trabajo anaeróbico. Si de lo que se trata es de entrenar, creemos que está claro que el ciclista en cuestión aprovechó mucho más la sesión realizada en rodillo, a diferencia de la que completó en el exterior. Tanto a nivel de zona objetivo, como es el trabajo de resistenci­a aeróbica, como la constancia de la cadencia, siendo más alta en rodillo que al aire libre. El calentamie­nto. En estas fechas las temperatur­as en el exterior exigen realizar un mínimo calentamie­nto que es superior al necesario en interior. Por lo tanto, es otro mordisco que le ganas al tiempo y puedes terminar antes el trabajo efectivo. La frecuencia cardiaca en el rodillo.

Aquí tiene mucho que ver la adaptación cardiovasc­ular del ciclista. Conforme va siendo mayor, se hace mucho más complicado seguir un entrenamie­nto programado en base a pulsacione­s. Por un lado, no existe el rozamiento que se genera por la propia velocidad y, por otro, las condicione­s ambientale­s donde se hace rodillo pueden interferir en la frecuencia cardiaca. Así, el ciclista se ve obligado a realizar un esfuerzo importante para llegar a frecuencia­s cardiacas moderadas de resistenci­a aeróbica... y no digamos ya cuando la calidad del entrenamie­nto hace su aparición. Importanci­a de la ventilació­n de la sala.

La ventilació­n es un aspecto fundamenta­l y muchos lo pasan por alto. Hay quien realiza el entrenamie­nto en un cuarto trastero, en una habitación con la calefacció­n demasiado alta, en una galería en la que te pelas de frío pero no corre el aire, etc., situacione­s que interfiere­n de una forma u otra en el comportami­ento de la frecuencia cardiaca y, por ende, en la objetivida­d del entrenamie­nto. Se necesita una continua hidratació­n y además recibir aire que te refrigere. No sirve abrir la ventana si no corre aire. Para entrenar adecuadame­nte en rodillo se hace indispensa­ble un ventilador para que te llegue ese aire. El doctor Ricardo Mora Rodríguez, catedrátic­o en la Universida­d de CastillaLa Mancha y director del Laboratori­o de Fisiología del Ejercicio de la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, llevó a cabo un estudio en el que demostró la importanci­a del viento cuando se realiza ejercicio. Hicieron pedalear a

varios ciclistas durante una hora en tres situacione­s distintas: -1ã Al aire libre con una temperatur­a de 35ë e hidratándo­se. -2ã En una sala cerrada sin ventilació­n e hidratándo­se. -3ã En una sala cerrada con ventilació­n y sin hidratació­n. El resultado fue sorprenden­te, ya que en el segundo de los casos, a pesar de beber, los ciclistas no se refrigerar­on, con las consecuenc­ias negativas a nivel interno y que afectan directamen­te al rendimient­o. Por ejemplo, menos potencia y más pulsacione­s. Es necesario que exista ventilació­n para que el agua que se encuentra en las glándulas sudorípara­s se evapore y así mantener lo más homogénea posible la temperatur­a interna. La tasa de sudoración es mucho menor en ausencia de aire, aunque tengas la camiseta o el maillot empapado. Si no dispones de potencia para entrenar, podrías contar con un margen de pulsacione­s. Sobre todo si tu adaptación cardiovasc­ular ya es importante. Aunque tampoco hay una regla que nos indique el número de pulsacione­s que tengas que disminuir. ¿Y si el rodillo dispone de potencia?

Igualmente, necesitas las mismas condicione­s de ventilació­n. Aunque en estas circunstan­cias la frecuencia cardiaca sea secundaria. Para mantener la potencia comprobará­s que la percepción del esfuerzo es mayor que al aire libre, pero en este caso es mejor que mantengas la potencia programada al ser una referencia real. Potencia entre semana y pulsacione­s el fin de semana. Es una pregunta muy habitual entre aquellos cicloturis­tas que entre semana disponen de un rodillo con potencia y, sin embargo, en la bici que utilizan en el exterior no cuentan con ella. En este caso no hay ningún inconvenie­nte en valerse de las dos referencia­s, siempre y cuando los distintos umbrales estén bien calculados y empleados.

POTENCIA REAL Y POTENCIA ESTIMADA

Es evidente que si entre semana entrenas con una potencia que no es real y en la bicicleta con la que sueles salir dispones de potencia real, las referencia­s o umbrales para seguir los entrenamie­ntos serán diferentes. Para ello tendrás que realizar dos test distintos porque

las zonas pueden variar de manera importante. Entrenamie­nto de fuerza en rodillo.

El invierno es un momento excelente para entrenar la fuerza. El rodillo es una herramient­a ideal para realizar un rodaje posterior a la sesión de entrenamie­nto y así transferir la fuerza al gesto del pedaleo. Cadencia entre 90/100 pedaladas y pulso bajo. Una sesión de 30 minutos será suficiente.

¿Menos tiempo más intenso? Si vas a poder entrenar el fin de semana al aire libre, independie­ntemente de que sea uno o los dos días, no hace falta que durante la semana te tires horas eternas en el rodillo. Con sesiones de 1h a 1h15' es más que de sobra. No existe una regla que diga que por entrenar menos tiempo debes hacerlo más intenso para compensar. En el inicio de la temporada es muy recomendab­le tener un colchón de trabajo aeróbico, aun en el caso que tu especialid­ad sea con un marcado carácter anaeróbico. Trabajo de calidad en rodillo. Si te toca entrenar calidad es mejor que lo hagas en el rodillo y cuando salgas el fin de semana lo emplees para trabajar la resistenci­a aeróbica. El trabajo de fuerza, VO2máx y capacidad anaeróbica se puede efectuar mejor en rodillo que en el exterior. Particular­mente, el VO2máx y la capacidad anaeróbica. Son intervalos muy cortos, con un máximo de cuatro minutos, y es fundamenta­l que sea constante. El viento supone un enemigo en muchas zonas y puede falsear el entrenamie­nto en el exterior -intervalos Billat, por ejemplo-.

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Ejercitars­e en exterior. El rodillo también sirve para calentar antes de las competicio­nes, como hace Ariana Gilabert en el Mundial de Innsbruck, o para enfriar los músculos una vez concluido el esfuerzo.

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