Erupción
Un año más tarde que Richard Carapaz llegó al UCI World Tour un segundo ciclista ecuatoriano, Jonathan Narváez, futuro corredor de Team Sky fichado entonces por un QuickStep Floors que ya le había tenido dos años antes en su filial Continental, al cual había llegado reclutado por -quién si no- Joxean Fernández Matxin. Lo hizo con un llamativo maillot azul, amarillo y rojo de campeón nacional que cedió en el mes de julio a Jefferson Cepeda, paisano suyo de El Playón de San Francisco, un municipio a su vez vecino del pueblo natal de Carapaz. Cepeda, que corrió ese día sobre una bicicleta prestada, les pidió a sus compatriotas auxilio para encontrar una oportunidad en Europa. Gracias a la mediación de ambos pudo competir dos meses en el filial amateur de Caja Rural-Seguros RGA, demostrando un poderío físico que no supo transformar en éxitos. Quien sí logró resultados fue el carchense Jonathan Caicedo, corredor del Strongman donde se cortó los dientes Carapaz, quien logró ser segundo en la general de la Vuelta a Asturias justo por detrás de su referente -ambos comparten podio en la imagen superior con el luso Ricardo Mestre-. Este resultado y la victoria en la Vuelta a Colombia le han granjeado un contrato en el Education First-Drapac. Estamos en el temblor que anticipa una erupción de talentos ecuatorianos en el ciclismo europeo. Antes, en 2014, hubo un intento de generar un puente entre el país sudamericano y España: aquel Movistar Team Ecuador cuya base europea fue gestionada por Domenec Carbonell y que acabó ahogado en sus propias tribulaciones y precariedades. La parte latina de aquella estructura continúa operando y compitiendo como equipo Continental en el calendario sudamericano. En él está el veterano Byron Guama, quien en 2009 y 2010 defendió de forma intermitente el maillot del Burgos BH.