La biomecánica ciclista
Según estudios recientes, más de dos millones de españoles utilizan la bicicleta como medio recreativo o para realizar actividad física. Es una población muy amplia que, en la mayoría de los casos, practica este deporte de una manera autodidacta, ajustando la bici por aproximación y pedaleando acorde a sus capacidades. ¿Puede la biomecánica ayudar a todos ellos o es una disciplina exclusivamente para profesionales? Sí, por supuesto, pero siendo una ciencia que se queda lejana a la mayoría de ellos, en este número explicamos brevemente en qué consiste y en qué puede mejorar su experiencia al pedalear.
¿Qué es la biomecánica ciclista? Es la disciplina que indica qué máquina -bicicleta- y con qué ajustes se adecúa a las características de un ciclista para que su patrón de movimiento sea eficiente. Es decir, consiste en: 1 Analizar las fortalezas y debilidades del ciclista; 2 Acorde a ello decidir qué tamaño, geometría, componentes y distancias debe de tener la bicicleta; 3 Establecer un patrón de movimiento -o técnica de pedaleo- eficiente y no lesivo. ¿Quién debería realizarse un estudio biomecánico? Toda persona que utilice la bicicleta regularmente y para cualquier uso. Si en ciclismo de carretera el deportista hace más de 3.000 kilómetros al año o en mountain bike dedica más de 60 horas anuales a su afición, resulta un elemento imprescindible para disfrutar plenamente del ciclismo. Si un ciclista no sufre ninguna molestia, ¿también debe hacerse un estudio? El ciclismo es un deporte de cadena cinética cerrada, es decir, el movimiento siempre es el mismo. Realizar ese gesto -pedaleo- múltiples veces de un modo incorrecto hará que, en primer lugar, haya una gran pérdida energética y, además, tarde o temprano aparecerá la molestia que puede ser limitante -me obliga a parar o descansar- o de menor intensidad -el ciclista la asume como normal-, pero que indica que la gestión del movimiento no es correcta. Si tengo la bici con las medidas correctas, ¿por qué se produce la lesión? Ocurre por un mal gesto técnico. Y en este sentido un aspecto siempre presente es la realización de un esfuerzo para el cual no se está suficientemente preparado, bien por falta de entrenamiento, bien porque la condición física no es tan buena como se pretende. Y esto le puede pasar al novel y también al ciclista avezado que no mide bien su reto. ¿Con un estudio se arreglan los problemas o limitaciones del ciclista? No. Realizando ajustes en la bicicleta las molestias pueden llegar a mitigarse momentáneamente dando la sensación de que con un simple apriete de tornillos el problema está solucionado. Pero si el deportista no adopta una técnica que le permita hacer un pedaleo armónico, el problema volverá a reproducirse o aparecerá otro. La solución definitiva pasa siempre porque el ciclista sea parte de la solución, siguiendo las instrucciones precisas que se le indican en el proceso. ¿Rinde más el ciclista si se somete a un proceso biomecánico?
Sí. Pero no porque el proceso en sí otorgue más poder, sino porque la energía se transmitirá a los pedales de una manera mucho más eficiente. Numerosos ciclistas se asombran al comprobar que, realizando mediciones con máquinas específicas, una pierna frena a la otra en el ciclo del pedaleo, gastando energía que no se emplea en que la bicicleta avance. ¿Pueden practicar ciclismo de manera regular aquellas personas con problemas
graves como hernias, dismetrías, prótesis, condromalacias, etc? Sí y el ciclismo bien hecho les ayudará además a mejorar su condición. Y para eso estamos los técnicos biomecánicos, para asesorarles y conseguir que sean felices practicando este precioso deporte.