Casos de éxito

1.300 ciclistas ha formado el World Cycling Centre de la UCI en sus 17 años de existencia. Entre ellos hay multitud de ciclistas de nivel World Tour: la cubana Arlenis Sierra (Astana), la serbia Jelena Eri˜ ( Alé-Cipollini), el colombiano Jarlinson Pantano (Trek-Segafredo), el ecuatoriano Jhonatan Narváez (Team Sky), el marroquí Anass Aït el Abdia (UAE Team Emirates), los eritreos Natnael Berhane (Cofidis) y Daniel Teklehaimanot... y el 'keniano' Chris Froome (Team Sky). El cuatro veces ganador del Tour de Francia estuvo en el centro de Aigle durante la temporada 2007 gracias a la mediación de su director en un pequeño equipo Continental sudafricano, Konica Minolta, que reconoció su potencial físico a pesar de sus horribles deficiencias técnicas. "No necesitaba un descenso para estrellarse -cuenta Michael Théze, su entrenador en el UCI WCC-; le bastaba con una curva". El mecánico galo Alex Roussel abunda: "No podíamos pensar que fuera a llegar tan lejos, la verdad. Sólo destacaba por su determinación". "La verdad es que en mis primeros meses los directores tuvieron que acostumbrarse a escuchar las palabras 'Chris' y 'crash' en la Radio Vuelta", reconoce el propio Froome en su autobiografía, The Climb. "Cometía errores de principiante. Ahora sé que en los descensos se suele utilizar el freno delantero; antes pensaba que si lo usaba saldría volando por encima del manillar y tiraba del trasero. Pero es que los descensos en Kenia eran largos y rectos: nada que ver con los estrechos y revirados de Europa", se disculpa el vencedor de seis grandes vueltas. Froome, no obstante, acabó por aprender y llegó a ganar carreras de cierto prestigio en Italia y Francia durante su año en el Centro. A la vista está que su estancia en Aigle fue sumamente provechosa.