CRISTIAN RODRÍGUEZ
La próxima temporada se adivina definitoria para la carrera deportiva del almeriense de Caja Rural-Seguros RGA, uno de los vueltómanos más prometedores del pelotón español.
El talento almeriense continúa creciendo en el equipo Caja Rural-Seguros RGA.
Cada comarca tiene su templo ciclista: esa subida escondida, desconocida para el gran público porque rara vez ha sido atacada en una prueba profesional, a la cual acuden los cicloturistas para batirse entre ellos y con su sombra de Strava. En el Poniente almeriense esa subida es La Parra. Comienza en Adra, a la orilla del mar, con un par de repechos separados por un badén vertiginoso que sirve para pasar por debajo de la autovía. A partir de ahí demarra una escalada por una carretera estrecha, serpenteante, de pendiente sostenida. Mar salada a la izquierda y mar de plástico a la derecha hasta culminar a 600 metros de altura en una sucesión de cortijos donde la carretera se convierte en eso que los modernos llaman gravel. Total: poco menos de nueve kilómetros en torno al 6% de pendiente media que son y serán un secreto bien guardado por quienes pedaleamos Almería. Juan Álvarez, director de los equipos infantil, cadete y juvenil del Club Ciclista de El Ejido, suele llevar a sus muchachos a subir La Parra. En más de tres décadas sacrificando sus fines de semana para que la cantera del ciclismo almeriense pueda competir por toda España, Cristian Rodríguez (1995, El Ejido) probablemente sea el más brillante de los que han pasado por sus manos. ª Supe que tenía algo especial el primer día que le llevé a La Parraº , recuerda Juan. ª No me acuerdo exactamente de cómo fue -responde Cristian-, pero me lo puedo imaginar. Los infantiles y los cadetes entrenábamos juntos. Aquel día nos
calentaríamos y yo tendría más piernas que los demásº. Que aquel chaval tenía algo especial lo supo el ciclismo cuando saltó a juveniles. En su debut en la categoría se anotó la prestigiosa Vuelta al Besaya y repitió al año siguiente. En aquellos podios le acompañaron Iván García Cortina, clasicómano en Bahrain-Merida, o Álvaro Cuadros, profesional en Caja Rural-Seguros RGA; también le dieron guerra Enric Mas, segundo clasificado en la pasada Vuelta a España, o Fernando Barceló, espectacular ganador de una etapa en el Tour del Porvenir. Las victorias de Rodríguez captaron la atención de Matxin, que ya visitaba las carreras de categorías inferiores aunque fuera más tarde que tomara el rol de ojeador para pergeñar el QuickStep ganador de las tres últimas temporadas. El técnico vizcaíno le puso en contacto con el exprofesional Michele Bartoli para que encauzara su torrente de vatios. Koldo Fernández de Larrea, representante de Giuseppe Acquadro en España, se convirtió en su agente.
PROFESIONAL
Para cuando llegó al filial amateur de Caja Rural-RGA, Cristian Rodríguez ya era un profesional. ª Siempre ha hecho las cosas muy bien y se ha preparado al milímetroº , ratifica Josemi Fernández, director del conjunto verde que por entonces se encargaba de la sección amateur. Siendo sub23 de segundo año rubricó una exhibición brutal para adjudicarse la Vuelta a León, una de las rondas más competidas del calendario.
ª Era la época en la que mejor me salían las cosasº , evoca el protagonista. ª La etapa clave fue la reina. Un día de selección pura, de muchísimas subidas, y en el puerto más duro nos quedamos tres ciclistas del Equipo Lizarte y yo. Llevaba buenas piernas, así que no me lo pensé y arranquéº. Fueron veinte kilómetros en solitario para llegar a meta con más de minuto y medio de ventaja y certificar la victoria de etapa y general. Rodríguez ya había firmado su pase a profesionales con Wilier-Selle Italia, equipo italiano de segunda división mundial en el cual se embarcó en 2016 junto a Julen Amezqueta para vivir dos años ª difíciles de explicarº. Empecemos por lo positivo: ª Crecí bastante como persona. Aprendí italiano y corrí dos Giros de Italiaº. El primero de ellos lo encaró con sólo cuatro meses como profesional en las piernas: acabó, enfermo y extenuado, pero acabó. En el segundo ofreció un punto más y fue el mejor español de la general durante un fin de semana tras rubricar una excelente ascensión al Blockhaus. En el lado negativo de la balanza, vivió sumido en un ambiente hostil y poco acogedor en el cual Pippo Pozzato era el centro de todo y los demás se apretaban las tuercas entre sí para recoger migajas. ª Si tuviera que volver a un equipo así, no lo haríaº. De Italia regresó a Caja Rural-Seguros RGA ª menos niñoº , en palabras de Fernández. ªAhora tiene menos pájaros en la cabeza. Sigue siendo un gallo, un tío competitivo, pero es mucho más realista. Le han bajado los humos; quizá, demasiadoº. Tanto que en 2018 ofreció una versión disminuida de sí mismo. Una fractura de pelvis en abril puso fin a un inicio de temporada en el cual sólo apareció mediante fugas en la Volta a la Comunitat Valenciana y la Clásica de Almería. ª Me equivoqué orientándome al calendario más exigenteº , diagnostica. Cuando regresó a la competición, firmó una Volta a Portugal correcta y aprovechó la vía libre que le dio el equipo en la Vuelta a España para estar en fugas de mérito y ser 25ë en la general final. La próxima campaña apunta diferente. ª Igual es que yo espero demasiado, pero sé que Cristian tiene dentro más de lo que ha demostradoº , dice esperanzado Josemi. ª Entrenando ofrece un gran nivel, el necesario para disputar victoriasº , afirma. ª Sí, pero no es lo mismo entrenar que competir: la carrera te pone en tu sitioº , contesta el ciclista almeriense. ª El físico lo tiene. Lo que le falta es un punto psicológico. Necesita ganar confianza y mirar menos los vatios para no perder pasiónº , cierra el director. En 2019, por lo pronto, su calendario será más sencillo para buscar resultados que le devuelvan al estado de gracia en el cual le comparaban con Alberto Contador. Alegrías que le suban a la parra.