Ciclismo a Fondo

ALBERTO LEANIZBARR­UTIA

Alberto, Leaniz o Sanpete es un hombre de equipo, de duro trabajo, de los de antes. Repasamos con el vizcaíno sus catorce años como corredor profesiona­l y su etapa posterior como técnico.

- Texto Joseba Beloki

Joseba Beloki recupera la figura de uno de los grandes gregarios de los 90.

En el ciclismo de los años 90 era habitual ver una fila amarilla liderando el pelotón de las carreras nacionales. Al frente de la misma solían estar los Herminio Díaz Zabala, Roberto Sierra, Luis María Díaz de Otazu, Rafa Díaz o nuestro protagonis­ta de este número, Alberto Leanizbarr­utia. Nacido hace 55 años en Elorrio, aunque residente en Berriz, que es donde le visitamos y realizamos el reportaje fotográfic­o, antes de esa productiva etapa en el equipo ONCE había defendido los colores del Hueso, Zahor, Teka y CLAS-Cajastur. Desde 1985 hasta 1998 pedaleando en un pelotón con poco en común con el que se encontró una década más tarde como director deportivo. De todo ello nos habló en nuestro encuentro.

FUERA DEL MUNDILLO Joseba Beloki: ¿A qué te dedicas ahora? Alberto Leanizbarr­utia:

Desde que dejé de ser director pasé a trabajar en una empresa de aquí. Estoy contento. Terminé con el ciclismo un poco agobiado y ahora hago otra cosa totalmente diferente.

Hace pocos meses, Mauleón nos decía exactament­e lo mismo. Él también acabó algo saturado del ciclismo.

Son un montón de años los que estás en ello. Unos aguantan más que otros. Llegué a un punto en el que decidí cambiar y creo que acerté.

¿Cuántos años practicand­o ciclismo?

Comencé de chaval con quince años. A los 18 empecé a trabajar, compaginé las dos cosas y con 21 pasé a profesiona­les hasta los 35. Y después de eso, ejercí como director deportivo con varios equipos: Liberty, ONCE, Soplao, Baqué... Ha sido una relación de casi toda una vida, hasta que lo dejé hace cinco años.

¿Lo has echado de menos en esta última fase?

No. El cambio ha sido positivo. Ya al final me estaba dando cuenta de que no me llenaba lo que hacía. Opté por cambiar. Ahora tengo la vida más tranquila y con los fines de semana libres. Entre semana cumplo con mi trabajo y estoy mucho más relajado.

Has pasado por varias fases en el ciclismo, desde corredor hasta director deportivo. ¿Tanto ha cambiado este deporte?

Sí, sí. Estamos hablando de treinta años. Mucho cambio, sí. De cómo funcionaba y cómo se llevaba mi primer equipo, el Hueso, a las formacione­s actuales no tiene nada que ver. El material, el organigram­a... todo ha cambiado una barbaridad. Y en los últimos años más todavía, desde que la UCI ha puesto en marcha un sistema donde se compite en todos los lados del mundo. Llevo años que no sigo el día a día del ciclismo, pero cuando me intereso veo que hoy están corriendo no sé dónde y mañana en la otra punta.

¿Cuáles fueron tus mejores años como ciclista?

Creo que he tenido suerte. Donde he corrido, en equipos profesiona­les, en todos a su manera lo he disfrutado. En los más modestos, Hueso o Zahor, la libertad que tenía me daba tranquilid­ad. Siempre digo que yo en el ciclismo estuve de rebote. Si no hubiese pasado aquella época con el Hueso, segurament­e habría seguido trabajando en la empresa donde estaba. Los primeros años disfrutaba por ser todo nuevo. Luego, ya en Teka, la cosa era distinta, con líderes y una visión de las carreras en la que se trabajaba con otros objetivos. CLAS y ONCE eran bloques fuertes y los enfoques eran muy, muy diferentes al resto. Para mí ha sido un orgullo formar parte de esos equipos.

Si se habla de Leaniz, siempre se menciona la perseveran­cia, el trabajo, etc.

En todos los trabajos, incluso en el actual, es lo que hay. Sea ciclismo, fábrica o lo que sea, es un trabajo.

Lo tienes que intentar hacer al 100%. La perseveran­cia y la entrega, sobre todo en el deporte, es lo único que te va a permitir marchar bien. Hay gente que me dice: Si no hubieras trabajado tanto para

otros... Yo creo que no es así. Cada uno es como es. Lo que les explico es que no todas las carreras estaban bloqueadas para trabajar para mis líderes, también había cierta libertad en otros momentos. En toda mi vida profesiona­l no sé si habré ganado 8 o 9 carreras. Como para sobrevivir sólo con 8 triunfos en 14 años. Me desenvolví­a muy bien trabajando para otros y ese ha sido el secreto de mi longevidad como ciclista profesiona­l.

¿Queda lejos esa filosofía en el ciclismo actual?

Todavía existe gente que piensa así. Quizás sean más ambiciosos, pero seguro que alguno hay. Donde esté la satisfacci­ón de un trabajo bien hecho, que se quite finalizar sexto estando escondido.

Cuando llegué a la ONCE y se hablaba de trabajo en equipo, en muchas de aquellas charlas aparecía tu nombre. Todo dentro del contexto trabajo. Ahora, como está el circo en el World Tour, también se necesita de momentos de gloria a nivel individual.

Ciertament­e, lo que acabas de decir es un problema para la gente a la que le toca entregarse por los compañeros. No sé el enfoque que tendrán los directores, pero deben entender que necesitan gente para trabajar para que luego otros destaquen.

Decías antes que terminaste saturado. ¿Física o psicológic­amente?

Los últimos años como director se me atragantó un poco el tema de los jóvenes. Ponían muy poco empeño. Trataba de marcarles pautas a diario, enseñarles, dárselo todo más fácil y era como pegarte con la cabeza contra una pared (risas) Cierto es que había corredores que luego lo han hecho muy bien. Unos han triunfado y otros no, pero su trabajo era bueno. Al final eso me saturó bastante.

BENDITO PACK ¿Le contaste a los chicos cómo fue tu paso a Hueso? Porque hablas de un rebote.

(Risas) Aquello fue... Estaba trabajando en Carbureiba­r, aquí en Matiena, y corría en el Baqué. Con 18 o 19 años compartía equipo, entre otros, con Juan Tomás Martínez - Volcán de Baracaldo-. Por mediación de Balier, director de Baqué, nos llevaron a Juanto y a mí a una Vuelta a Burgos a prueba con el Hueso de Miguel Moreno. Surgió la posibilida­d de correr allí. Balier presionó a Moreno

para que nos pasase y Moreno quería a Juanto. Al final se quedó en un pack (más risas) Así comenzó todo. Dejé el trabajo y me llamaron medio loco. Cobraba menos como ciclista profesiona­l que en la fábrica, pero era sí o sí. En aquella época no era tan difícil volver a encontrar trabajo, por lo que parecía más fácil jugártela. Si no llega a ser por esa circunstan­cia, no hubiera pasado. Si lo trasladamo­s al momento actual, un corredor como yo no tendría posibilida­d alguna de dar el salto. Hoy, o eres un superclase en juveniles o sub23, o lo tienes más que complicado.

Me llama la atención el dato de que llegaste a competir hasta los 35 años. Muy poca gente alcanzaba entonces esa cifra. Es más, muchos directores sólo renovaban de año en año una vez cumplidos los treinta.

En toda mi vida deportiva sólo firmé una vez por dos años, con el CLAS de Juan Fernández. El resto de contratos, siempre de año en año. Yo tampoco quería firmar más tiempo.

¿Por qué?

No lo sé. Con Juan surgió así, pero nunca metí presión para renovar por más de un año.

¿Falta de ambición?

Pues igual sí, no sé. Yo a mi manera entendía la capacidad que tenía. Si sabes que puedes hacer eso, a menos no vas a ir. Si sale bien, mejoras. Sé que es un punto de vista un poco arriesgado.

¿Tus mejores años fueron los seis últimos (1993-1998) en la ONCE?

Los de CLAS (1991-1992) también. A nivel general como equipo, en la ONCE se ganaban muchas carreras y de las buenas. Con el CLAS casi tuve más satisfacci­ones en lo personal que con el equipo. Hablo en general porque con el bloque también, Rominger vencía muchas veces, etc. Allí tuve una temporada (1991) donde disputé y acabé las tres grandes, gané el Intergiro... Un año bueno para el equipo, pero muy bueno para mí.

Juan Fernández y Manolo Saiz, dos directores completame­nte diferentes.

Totalmente. Productivo­s, pero muy diferentes.

¿Alguna carrera que te marcó?

No. A mí me gustaban todas. Podías ir en mejor o peor forma, pero lo bonito es que no me disgustaba ninguna.

¿Y líderes?

Todos fueron agradecido­s. Con Laurent Jalabert fue con el que más tiempo estuve. Después Zülle, Rominger y en Teka también con Dietzen. He colaborado con unos cuantos líderes, pero todos han sido buena gente. No me he encontrado ninguno raro (risas).

Antes de que se me olvide, tu hijo también compitió.

Él se defendía mejor en la pista. Y en pista pasa lo mismo, o eres un superclase o hay poco que hacer. Ya lo dejó. Ahora trabaja y está contento. Si vamos a la situación actual, no se tiene tanta ilusión por ser ciclista. Se ha perdido ese romanticis­mo y se hacen las cosas pensando más en el negocio. De ser ciclista hoy, no entendería muchas de las cosas que veo cuando sigo este deporte. Antes, disputar ciertas carreras de renombre y prestigio hacía que esa parte de ilusión fuese enorme. Competir hoy en zonas del mundo donde ni siquiera hay público debe resultar complicado. A mí me costaría entenderlo.

Perdona que te corte, Leaniz. El otro día una persona me dijo lo siguiente: "Joseba, si a mí ahora siendo niño me dan la posibilida­d de tener ilusión por ser ciclista diría que no. El ciclismo de hoy en día no me gusta".

Tú imagínate. Hoy en Singapur, mañana en Japón, pasado en Abu Dhabi. ¿Qué cojones hago yo aquí? Quizás el concepto que tengo es erróneo. No lo sé. Las competicio­nes las enfocaba de otra manera. No sabría afrontar una carrera en un lugar sin ninguna cultura ciclista. Es negocio, está claro.

¿Sigues saliendo en bicicleta?

Muy poco, la verdad. Sólo salgo para preparar la marcha de Elorrio en marzo y la de Marino en octubre (se ríe).

¿Y el resto del tiempo?, ¿caza?

Cazar... Más bien marchar con los perros paseando por el monte (risas).

¿Seguís manteniend­o el contacto los integrante­s de la grupeta de esta zona?

Ya menos. Poco a poco se va perdiendo, aunque nos seguimos la pista.

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Fotos Rafa Gómez
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 ??  ?? 1 Toda una vida. Joseba Beloki conversó con Alberto Leanizbarr­utia para dar forma a este reportaje vintage de Ciclismo a Fondo.2 Imagen caracterís­tica.En la Vuelta a España de 1997, Leanizbarr­utia encabeza la fila de la ONCE que protegía al líder de la general, Alex Zülle.3 Unidos por el equipo ONCE.Por apenas tres años no coincidier­on entrevista­dor y entrevista­do en el seno del conjunto amarillo.4 Paseo por el velódromo deMarino. Lejarreta es un mito en Berriz y la pista de la localidad vizcaína lleva su nombre.
1 Toda una vida. Joseba Beloki conversó con Alberto Leanizbarr­utia para dar forma a este reportaje vintage de Ciclismo a Fondo.2 Imagen caracterís­tica.En la Vuelta a España de 1997, Leanizbarr­utia encabeza la fila de la ONCE que protegía al líder de la general, Alex Zülle.3 Unidos por el equipo ONCE.Por apenas tres años no coincidier­on entrevista­dor y entrevista­do en el seno del conjunto amarillo.4 Paseo por el velódromo deMarino. Lejarreta es un mito en Berriz y la pista de la localidad vizcaína lleva su nombre.
 ??  ?? 5 Menuda temporada lade 1991. Aquel año completó las tres grandes con CLAS y se impuso en la clasificac­ión del Intergiro de la ronda italiana.
5 Menuda temporada lade 1991. Aquel año completó las tres grandes con CLAS y se impuso en la clasificac­ión del Intergiro de la ronda italiana.
 ??  ?? 6 Tierra de ciclistas. Berriz, Durango, Abadiño, Elorrio... En su época como corredor había muchísimos profesiona­les.
6 Tierra de ciclistas. Berriz, Durango, Abadiño, Elorrio... En su época como corredor había muchísimos profesiona­les.
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