Ciclismo a Fondo

DAVID LÓPEZ

Ha llegado el momento de decir adiós para un ciclista discreto y trabajador como ninguno. Ese del segundo plano. 16 años de carrera, del Baqué al Sky pasando por Euskaltel y Movistar Team, lo avalan. Su palmarés sólo suma tres victorias propias, pero en s

- Texto Ainara Hernando Fotos Rafa Gómez

Tantos años trabajando en la sombra, el vizcaíno se explaya en su despedida.

Dice David López, esquivo en esto de las entrevista­s, que se siente raro. Después de una vida entera dando pedales, 16 años como ciclista profesiona­l, no sabe cuál será el rumbo de su vida y eso le inquieta un poco. Cuenta que está viviendo momentos de cambio. Vientos que le traen la convicción de que es la hora de empezar un nuevo camino y otros, cuando sopla diferente, que le hacen darle vueltas a la cabeza y acabar casi ahogado en un pozo de incertidum­bre. Son muchos años. Toda una vida. Y no, a David no le gustan mucho las entrevista­s, ª el salir en la televisión o en revistas, la fama, el éxito...", dice al encuentro para la cita. No está acostumbra­do. Lo suyo ha sido siempre la entrega hasta el último aliento por sus jefes y después nada. Cruzar la meta cuando las luces de los focos se están desmontand­o. Ese carácter esquivo nace en realidad de la humildad que cultiva. Pero su dedicación bien merece estas páginas en su adiós. Sentado al calor de un café en el Valle de Trápaga, su casa, y con Fito sonando de fondo, empieza a sincerarse con Ciclismo a Fondo.

ME GUSTAN LOS LUNES

¿Qué va a ser ahora de los lunes? (David tenía por costumbre subir una foto a sus redes sociales durante sus entrenamie­ntos el primer día de la semana con un "me gustan los lunes"). Eso empezó con una coña porque entraba en Facebook y veía que todo el mundo ponía un ª hoy es lunes, qué mierda". Y yo salía en bici y pensaba que estaban

de puta madre. Lo peor para mí hasta ahora eran los domingos, que todo el mundo estaba de fiesta y yo trabajando. Así que los lunes se la devolvía. Empezó así de cachondeo y se ha hecho popular. Era una manera de tocar los huevos a la gente, sin más (ríe). A mí los lunes me dan igual que los jueves, pero como todo el mundo se quejaba, pues yo al revés. Eso también dice del cambio que se avecina. Pero no creo que vaya a tener un trabajo en el que cada día deba madrugar mucho. Aunque aún no sé por dónde voy a tirar. ¿Cómo ha surgido esta retirada?

Al principio, en el equipo me dijeron que contaban conmigo porque había trabajado bien, llevaba muchos años y estaban contentos. Iba a seguir en Sky el tiempo que quisiera. Pero a raíz de la reducción de corredores por equipo tuvieron que recortar plantilla y lo entiendo. Tener 30 ciclistas como este año era absurdo. Ha habido algunos que han disputado 40 carreras. Yo mismo he corrido muy poco, pasé dos meses sin competir a mitad de temporada. Por edad y rendimient­o, que tampoco ha sido mi mejor año, me ha tocado. He buscado otras opciones, pero con mi edad es difícil encontrar. Aunque tuve cosas para continuar, ya he llegado a un punto en el que he estado al máximo nivel y no me apetece. Sé que me retiro habiendo hecho las cosas bien, estando en Sky que es un equipo bueno y corriendo para gente con mucho nivel. Hacer un año más en un equipo que no me apetezca no me motivaría al cien por cien y no me cuidaría ni entrenaría igual. En carrera tampoco lo daría todo y en este deporte tienes que arriesgar y cuidarte mucho. Si no es así, no merece la pena seguir. ¿Te vas con esa espina clavada?

No. Llevo 16 años, empecé muy joven a correr. Estoy contento y satisfecho. Cuando piensas en dejarlo se hace raro, pero creo que no me voy a arrepentir de no haber cogido esas opciones porque también hay vida después de la bici. Estoy tranquilo. ¿Te dan miedo esos altibajos que dices que experiment­as a veces?

No, sé que es algo temporal. Ya me acostumbra­ré. Tampoco ha sido muy dramático. Hay días que pienso que me apetecería seguir corriendo y otros que estoy convencido de que ya he tenido bastante y quiero pasar a otra cosa.

Si no era este año, sería el siguiente o en 2020. Ya lo tengo casi asumido, calculo que habré pasado la mitad del proceso de asimilació­n. Tengo esa incertidum­bre también porque no sé qué va a ser de mi vida, no mañana, sino en marzo o en abril. ¿Qué encuentras si echas la vista atrás?

Muchas cosas. Me siento contento de mi carrera. Creo que he tenido suerte, me ha ido bien y no sufrí ningún problema de salud. He disfrutado de grandes oportunida­des. En general me ha ido bien. No quiero valorar los éxitos y los fracasos porque no soy un líder ni un ganador, pero el balance final es bueno. He acabado cada temporada contento y las he empezado con ganas. Me he sentido útil y valorado en estos dieciséis años. No me hubiera podido ir mejor. He estado en equipos en los que me han valorado más de lo que yo lo he hecho a mí mismo. Siempre corrí el Tour con Caisse d'Epargne, con Movistar la Vuelta y en Sky, dos Tours y uno lo ganamos. A lo mejor a mí me parecía que no andaba tanto. ¿Has pecado de inferiorid­ad contigo mismo?

Puede ser. Ha sido suerte, estar en el momento. Lo mismo que ahora me toca el corte cuando reducen equipos y me quedo fuera, siempre que los había habido me mantuve. Cuando desapareci­ó Café Baqué pude ir a Euskaltel y de ahí un par de carambolas me permitiero­n

fichar por Caisse d'Epargne. Después, Sky buscaba gente para trabajar, yo había sacado puntos y ellos los necesitaba­n. He trabajado a tope, pero debes tener suerte también. Hay otros mejores que yo en el pelotón y no corren en Sky, que se dice que es el mejor equipo del mundo. No me considero uno de los 25 mejores ciclistas del mundo, y sin embargo he estado ahí. ¿Es más bonito ganar o hacer ganar a otros?

Es más bonito hacerlo tú, está claro. Pero la presión que soportan es enorme. No me imagino levantarme cada día durante el Tour y tener que aguantar ese estrés de ganar la carrera. ¡Bua, me muero! Igual te acostumbra­s, pero... Cuando era juvenil disputaba todas e iba a las

carreras sin desayunar. Me moría de los nervios porque sabía que cada día tenía la oportunida­d de ganar. No sé cómo pueden aguantarlo.

VALVERDE Y FROOME

A los dos que has llevado a ganar tres grandes, Valverde y Froome, parece que se les da muy bien aguantarla. Es que los dos son muy peculiares, saben llevar bien la presión. Para Valverde es como un juego y para Froome, la presión no la lleva él sino el equipo, que es quien asume el éxito o el fracaso. Él nunca va a ser el responsabl­e. Lo lleva de otra manera. Además, a Froome le manejan mucho desde la radio. No tiene que tomar decisiones, le entrenan y hacen todo. Es una marioneta en ese sentido. Si algún día falla, le cubrirán. ¿Ha sido más bonito ganar la Vuelta a España con Valverde o el Tour y la Vuelta con Froome? Cada una es diferente. Con Valverde había que cuidar cada detalle porque tocaba estar pendiente de él. Hasta el último día fue muy ajustada y trabajamos mucho, pero éramos un grupo de amigos y nos llevábamos muy bien. Ganar el Tour es una pasada, nunca puedes imaginar algo así. La Vuelta de Froome también fue muy bonita porque el año anterior había hecho segundo por el despiste de Formigal. Ese año se puso enfermo y tuvo el positivo, después el día del Angliru que amaneció y llovía a mares. Parecía que lo teníamos todo en contra y que Froome nunca ganaría una Vuelta, porque siempre la corría y se quedaba a las puertas, que la tenía cruzada. Ganarla fue la hostia. Para él, más que un triunfo fue una liberación. Las tres las he disfrutado mucho, más las Vueltas que el Tour, por la tensión que lo rodea. Te queda la foto pero no disfrutas tanto.

No. No es la vida que me gustaría llevar. Se tienen que cuidar un montón y, por ejemplo, Valverde disfruta mucho con ello y se le ve, pero para Froome es un trabajo. Nunca me han dado envidia. La fama, el éxito... todo eso tampoco. ¿Alguna vez has sentido envidia por esa facilidad que tienen para ganar? ¿Cómo es entrar en los Campos Elíseos formando parte del equipo del ganador del Tour de Francia? Es muy bonito. Cuando entras la primera vez ya lo es, pero si vas defendiend­o el amarillo es único. Aunque también es un alivio, porque llevas tres meses currando para ganar el Tour y cuando empiezas a dar las vueltas en el circuito, uff, respiras. Tienes ganas de que ya se acabe y disfrutarl­o de verdad. Siempre estás en tensión, aunque lleves mucha ventaja. Lo disfruté más la primera vez porque iba más relajado. Cuando estás currando, hasta el último día no puedes perder la concentrac­ión. Al entrar en los Campos Elíseos se ve el final del camino.

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 ??  ?? La hora de los suyos.Con su mujer Vanesa y su pequeña Irene, David dispondrá ahora de más tiempo para disfrutar de su compañía.
La hora de los suyos.Con su mujer Vanesa y su pequeña Irene, David dispondrá ahora de más tiempo para disfrutar de su compañía.
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Pequeño museo.David nos abrió las puertas de su domicilio, donde conserva recuerdos de algunos de los mejores momentos de su carrera deportiva. 3Celebrand­o La Vuelta'17. 4Colaboró activament­e en el triunfo del Sky y Froome, quien rompía al fin su mal fario con la ronda española.
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Debut con Labarca2Ba­qué.El vasco dio el salto en 2003 con esta modesta formación y disputó la Vuelta a España siendo neoprofesi­onal.
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