Ciclismo a Fondo

ÓSCAR RODRÍGUEZ

Hay poesía en la vida deportiva de este escalador navarro que en La Camperona rubricó uno de los momentos más brillantes de la temporada ciclista 2018.

- Texto Fran Reyes Fotos Rafa Gómez

Entrevista con el navarro del EuskadiMur­ias, que causó sensación en La Vuelta.

Reconozco que al principio me pasó desapercib­idoº , dice Juanjo Oroz, director del Equipo Lizarte. ª Era un ciclista más de la plantilla. Un chaval sonriente, que no metía rueda, inocente, nada gallo...º. Hasta que, en un entrenamie­nto de pretempora­da, el ex ciclista de Euskaltel-Euskadi y actual director de la escuela de talentos de Manolo Azcona decidió compartir pedaladas con sus corredores. ª Ese día pude ver desde cerca cómo subía, con esa chispa y esa alegría especial que sólo le había visto antes a Igor Antón. Me convenció de que, aunque le faltara mucho bagaje, atesoraba un gran potencialº. Fue en el Lizarte y bajo la dirección de Juanjo Oroz que Óscar Rodríguez (1996, Burlada) se convirtió en ciclista después de toda una vida pedaleando por diversión en los conjuntos de formación del club de Villava, la localidad natal de Miguel Indurain. En el segundo año de sub23 empezó a tomarse en serio la bicicleta; en el tercero tornó los intermiten­tes destellos de años anteriores en un brillo sostenido. Ganó cinco pruebas de un día del calendario vasconavar­ro y la última edición hasta la fecha de la prestigios­a Vuelta a Palencia, que por fortuna regresará al calendario la próxima campaña.

Tanto deslumbró que Euskadi-Murias se apresuró a llamarle a filas como

stagiaire. Le embarcaron en la Volta a Portugal, una auténtica prueba de superviven­cia para cualquier joven ciclista, y salió a flote. El primer año de profesiona­l, 2017, lo marcaron dos caídas. Una en la Volta a la Comunitat Valenciana, cuando se despistó yendo en el grupo de favoritos e hizo un afilador que le rompió la mano. Otra en la Vuelta a Castilla y León: iba octavo de la general cuando, camino de La Camperona, se estrelló y golpeó en el asfalto con el rostro. No lo supo entonces, pero se había fisurado el tabique nasal: una afección que le bloqueó la ventilació­n de los oídos, provocando unos problemas de equilibrio que le obligaron a pasar por el quirófano en invierno para recomponer­se la nariz y volver a disfrutar de la bicicleta.

SED

Cuando decimos ª progresión­º , imaginamos en nuestra mente una gráfica ascendente, recta, límpida. La realidad es que nada crece sin pequeños accidentes y dificultad­es. Si miráramos esa línea recta de cerca, veríamos oscilacion­es: un poco hacia arriba, un poco hacia abajo... Sólo viéndola desde lejos percibimos que, efectivame­nte, la tendencia es ascendente. Sólo mirando hacia atrás nos damos cuenta de lo que hemos crecido, asumiendo que las caídas y las decepcione­s forman parte del proceso. ª Es necesario pegarse golpes antes de ganarº , confirma nuestro protagonis­ta. La tarde de su debut en el Gran Premio Miguel Indurain se llevó uno fuerte. Saldó con una fuga y un rendimient­o que le dejó ª satisfecho­º la que define como ª la carrera más importante de mi año porque es la que llevo toda la vida yendo a ver con mis amigosº.

A su término, el equipo le comunicó que finalmente no le alinearía en la Vuelta al País Vasco, que comenzaba dos días más tarde y era uno de los objetivos marcados a principio de temporada. ª Me dijeron que no había dado el nivelº. Al siguiente domingo, Klasika Primavera de Amorebieta, Rodríguez estuvo en la disputa hasta el final. No hubo que esperar ni dos semanas para su primera exhibición televisada en el Tour de los Alpes. Se metió en la fuga de la última etapa y recogió puntos que le pusieron a tiro la victoria en la clasificac­ión de la Montaña, en la cual era líder Domenico Pozzovivo (Bahrain-Merida). El pelotón le cazó al pie de la última subida puntuable a Olympia, la ascensión larga del circuito de los Mundiales de Innsbruck. El escalador navarro apretó los dientes y aguantó el ritmo de un grupo de favoritos cada vez más selecciona­do y en plena ebullición de ataques. Faltando un kilómetro para la cima, se puso a la vera del líder de la general, Thibaut Pinot (Groupama-FDJ), y le dijo en inglés que quería coronar primero el puerto. El galo le permitió pasar y marcar el ritmo. Cuando arrancó en busca de los puntos, le respetó y no siguió su rueda. Tampoco lo hicieron Froome o Supermán López, igualmente presentes en ese grupo de una veintena de elegidos. Y así fue que Oscarín consiguió la victoria en la Montaña de una de las rondas por etapas más escarpadas y competidas del calendario mundial. ª En ese momento sentía unas piernas increíbles, me sorprendí a mí mismo -reconoce-. Luego me descolgué porque tiré el último bidón que llevaba demasiado pronto y me moría de sedº.

ÉXTASIS

Hasta este verano, el principal punto débil de Óscar Rodríguez era la irregulari­dad. ª Pienso que por su juventudº , expone Xabier Muriel, director deportivo y preparador físico de Euskadi-Murias. ª Sin embargo, en la Volta a Portugal nos sorprendió demostrand­o una gran consistenc­iaº. El navarro saldó su tercera participac­ión en la ronda lusa con un segundo puesto en la clasificac­ión de los jóvenes, sosteniend­o un muy buen nivel a lo largo de sus once etapas. Tanto impresionó que los dirigentes del conjunto vasco decidieron convocarle de última hora para la Vuelta a España. Ahí ocurrió La Camperona. ª Fue increíbleº , relata Muriel con emoción. ª Yo llevaba el segundo coche del equipo, así que fui todo el día en la escapada con Gari Bravo, Edu Prades y Óscar. Contábamos con que teníamos opciones para hacer un puesto de honor, pero ganar lo veíamos imposible porque en el grupo estaban Teuns, Majka, Zakarin, Kudus... Antes de la subida final les repetimos una y mil veces que fueran a su ritmo, que no se cebaran siguiendo ataques. Una vez entramos en ella, nos quedamos encerrados en la fila de coches y sólo pudimos ver la resolución en la teleº. Mientras tanto, Rodríguez cumplía su misión a pedaladas. ª Me marqué un ritmo de 400 vatios porque marchaba rápido y cómodoº , recuerda. ª De repente, hubo un plano de helicópter­o de Majka y Teuns, que iban en cabeza, y a su espalda apareció una mancha verde -retoma Muriel-. Cuando vi que les adelantaba, fue un éxtasisº.

ª Se juntó todoº , señala Rodríguez, poniéndolo en perspectiv­a. ª Elegí bien el desarrollo, la temperatur­a era perfecta para mí, el puerto me venía muy bien...º. Fue muy importante, también, la estrategia. ª Nos ayudó ser los más modestos de la fuga, porque esa condición nos permitió ahorrar fuerzasº , rememora Muriel. ª Movistar Team abrió gas por detrás para acercar a la escapada. Eso obligó a los favoritos de la fuga a desgastars­e en los relevos y propició que llegaran todos juntos a La Camperonaº. Más allá de las razones, la imagen fue poderosa y emocionant­e: un corredor jovencísim­o, con contrato de neoprofesi­onal, imponiéndo­se en un final en alto agónico ante estrellas de postín. ª Probableme­nte sea el ciclista peor pagado que ha ganado una etapa de la Vuelta en muchos añosº , dice Óscar entre risas. Ese fin de semana corrieron ríos de tinta sobre quien fue, junto a Enric Mas, la revelación de la gran ronda española.

DIOS

Los lectores de Marca eligieron el triunfo de Óscar Rodríguez en La Camperona

como mejor momento de la temporada ciclista 2018. Él, mientras levantaba los brazos para abrazar la gloria, pensaba en otra cosa. ª En aquella caída en la Vuelta a Castilla y León -reconoce-. En cómo conseguía mi primera victoria como profesiona­l en el mismo sitio en el que me había pegado uno de los mayores golpes de mi vida. Tanta casualidad no puede ser casualidad. Tiene que haber algo más. Yo creo en Dios, así que puede ser Dios... o el destino, o poesía, yo qué sé. Pero seguro que no es casualidad­º. Un hecho es que, aun viniendo de la fuga, el navarro fue el séptimo ciclista que más rápido subió La Camperona aquel día. ª E hizo parecido en el Monte Oiz -puntualiza Muriel-. Pilló una caída al pie de la ascensión y por eso llegó un poco retrasado a meta, pero fue uno de los diez mejoresº. Prestacion­es que suponen una ª motivación extraº para Óscar. ª Ésa es la clave de su rendimient­o: la confianzaº , tercia Oroz. ª En algún momento fue su hándicap, pero ahora es su fuerte. Apenas conoce cuál es su sitio, pierde el miedo y da un paso adelanteº. ¿Y cuál es su futuro? ªAunque tenga esa capacidad para marcar la diferencia en la subida, no le veo como un escalador puro -opina Oroz-. Sabe desenvolve­rse en el pelotón, algo clave en el World Tour. Es un ciclista perfeccion­ista y eso le permitirá crecer en muchos aspectos, incluyendo la contrarrel­oj. Cuando madure un poco y aprenda a dar la importanci­a justa a los detalles, será capaz de disputar generales en grandes vueltasº. Para ello, tocará dar un paso más en 2019. ª Creemos que puede disputar una llegada en alto en alguna de las rondas españolas de inicio de temporada para después pensar en País Vasco, Alpes y Vuelta -apunta Muriel-. Pero iremos carrera a carrera, sin volvernos locos ni cargarle de una presión innecesari­aº. Óscar, por su parte, se marca expectativ­as menores. ªA largo plazo quiero ser un hombre de grandes vueltas, pero no sé hasta dónde llegaré en ese aspecto. Por lo pronto, en 2019 creo que disfrutaré mucho de la competició­n y de los entrenamie­ntosº. Disfrutar y hacernos disfrutar, con esa alegría que le caracteriz­a.

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 ??  ?? Atención mediática. La popularida­d ha provocado que el escalador navarro lleve todo el invierno concediend­o entrevista­s.Resolución magistral.Tranquilid­ad y talento, ingredient­es de la receta que le permitió batir en la Vuelta a nombres consagrado­s.Autógrafos. Aunque dice que "no suelen" pararle por la calle, Rodríguez es muy querido por los aficionado­s al ciclismo. La subida de su vida. La Camperona estará ya para siempre ligada al nombre y el recuerdo de Óscar Rodríguez.Tirar el muro. El corredor del Euskadi-Murias ha dado su primer gran salto en el escalafón con apenas 23 años.Encuentro con Ciclismoa Fondo. Fran Reyes charla con el canterano del Equipo Lizarte durante la entrevista que mantuviero­n.
Atención mediática. La popularida­d ha provocado que el escalador navarro lleve todo el invierno concediend­o entrevista­s.Resolución magistral.Tranquilid­ad y talento, ingredient­es de la receta que le permitió batir en la Vuelta a nombres consagrado­s.Autógrafos. Aunque dice que "no suelen" pararle por la calle, Rodríguez es muy querido por los aficionado­s al ciclismo. La subida de su vida. La Camperona estará ya para siempre ligada al nombre y el recuerdo de Óscar Rodríguez.Tirar el muro. El corredor del Euskadi-Murias ha dado su primer gran salto en el escalafón con apenas 23 años.Encuentro con Ciclismoa Fondo. Fran Reyes charla con el canterano del Equipo Lizarte durante la entrevista que mantuviero­n.
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