VUELTA A ESPAÑA 2019
Con un recorrido equilibrado, ocho llegadas en alto y la crono más larga de las tres grandes, La Vuelta 2019 aúna el gusto de todos con su esencia de subidas cortas y duras y el regreso a los grandes puertos que escriben el ciclismo épico.
Puertos clásicos e inéditos, la CRI más larga de las tres grandes... Pinta bien.
Tiene algo esta Vuelta de especial, de única como acostumbra, y es esa seña de identidad propia, la de una carrera que exhibe una personalidad fuerte y muy marcada. Y lo que tiene de especial en 2019 es que gusta a todos. A los escaladores, que ven con buenos ojos la reducción de esos muros que a muchos se les atragantan y miran alegres a los grandes y largos puertos donde poder gustarse merced a su condición trepadora. A los valientes, que señalan ya en rojo más de una etapa para las fugas y las aventuras. A los del ciclismo épico, con etapas de vértigo. A los del ciclismo moderno, con jornadas cortas y perfectas para explosiones imprevistas. Esta Vuelta viene completita, pero por encima de cualquier cosa, tiene montaña y respira emoción por todos sus poros. La va a condensar en tres puntos calientes: Andorra, Asturias y el centro de la península con un desenlace que promete espectáculo al más puro estilo del ciclismo de antaño, tan demandado. La afición, las grandes audiencias masivas, piden ciclistas retorciéndose en muros y La Vuelta se los dará también
en 2019, aunque en dosis más pequeñas. A cuentagotas. Será en Mas de la Costa, en Los Machucos, en la novedad de Ares del Maestrat o en Bilbao, con el descubrimiento del Monte Arraiz.
5 PUERTOS EN 96 KM
La afición quiere etapas cortas de montaña y emocionantes. Pues La Vuelta'19 volverá a regalar una etapa de 96 kilómetros en continuo sube-baja por Andorra, rememorando la reciente del triunfo de Enric Mas. Esta vez se subirán los puertos de Ordino, La Gallina, Comella, Engolasters y Cortals d'Encamp, en un guiño a la etapa que en 2015 ganó Mikel Landa, con el añadido de un tramo llano de sterrato cortesía de Purito. Por ese guiño y ante ese recuerdo, la gente pedía más montaña, más larga. De la que llama a la épica y escribe jornadas de leyenda. Pues La Vuelta también se lo concede. Porque si hay dos protagonistas llamadas a regalar espectáculo el próximo verano son Asturias y el Sistema Central. El paraíso
natural asturiano adentrará a la ronda en lugares hasta ahora desconocidos
o dejados de lado ante la magnitud del coloso Angliru o la belleza sin igual de los Lagos de Covadonga. La Vuelta, en un ejercicio de valentía y, otra vez, innovación, ha buscado caminos alternativos y se ha topado con uno de los más sonados, el Acebo, y otro novedoso: la Cubilla. Pero si algo llama la atención en el trazado son las ascensiones previas a las llegadas. Los puertos situados lejos de la meta que llaman a los ataques de coraje. Al ciclismo de antaño, a una Vuelta a los orígenes. La etapa con desenlace en el Acebo es el mejor ejemplo. 159 kilómetros con el ascenso de salida al mismo Acebo, el Connio, el espectacular y durísimo Pozo de las Mujeres Muertas y de nuevo el Acebo. Y al día siguiente, el final inédito de la Cubilla -28 kilómetros de ascensión-, con la Cobertoria, Marabio, Cabruñana y Mallecina en las piernas.
GUADARRAMA Y GREDOS
Allí se llegará con la segunda de las contrarreloj ya en las piernas -la primera, por equipos, dará la salida desde las Salinas de Torrevieja, en otro arranque vistoso con 18 kilómetros completamente planos-. La 10ã etapa está reservada a la lucha contra las manecillas del reloj sobre los 36 kilómetros entre Jurançon y Pau, en la segunda incursión al extranjero, tras la de Andorra, que tendrá La Vuelta. Y por si Asturias fuese poco, el fin de fiesta esperará en las sierras de Guadarrama y Gredos. El tiempo de las rampas y los repechos imposibles se habrá acabado. El ciclismo de verdad dictará sentencia en dos jornadas que se presumen brillantes. La primera, con los ascensos a Navacerrada, dos veces Morcuera y Cotos recordando la etapa en la que Aru le asestó el golpe de gracia a Tom Dumoulin en 2015. Y al día siguiente, la traca final con cinco ascensiones: Pedro Bernardo, Serranillos, Gredos, Peña Negra y la Plataforma de Gredos. El broche requerido para una Vuelta espectacular. Pura emoción.