Sillín Prologo Nago Evo CPC Nack
Sustituir el sillín, uno de los tres puntos de apoyo del ciclista en la bici junto al manillar y los pedales, suele ser habitual cuando estrenamos montura porque el incluido por el fabricante de serie no se adapta a nuestra fisionomía. Otras veces se cambia para aligerar unos gramos, por estética y -obviamente- por rotura o desgaste. Para acertar con el modelo que cumpla con nuestras exigencias, la firma italiana Prologo pone a nuestra disposición 79 referencias diferentes de sillines para carretera, agrupados en cinco familias. Para no perderse entre tantas opciones, la marca confía en MyOwn, un sistema que según nuestras medidas -anchura de isquiones, relación peso/altura- y flexibilidad de la pelvis al pedalear, calcula cuál es el más adecuado; en nuestro caso, su modelo de curvatura media, un Nago con 134 mm de anchura. A su vez, escogimos la opción con raíles de carbono Nack -reforzados con kevlar y aluminioy CPC, un polímero patentado por Prologo ubicado en los puntos de apoyo del ciclista sobre el sillín, que reduce las vibraciones y, sobre todo, fija nuestra posición sobre él.
CASI COMO UN VELCRO
Antes de instalarlo hay que tener en cuenta que no todas las tijas admiten sillines con raíles de carbono, tanto por sus medidas -en este caso 7 x 9,3 mm- como por el sistema de sujeción. Su construcción antepone la robustez y atención por el detalle sobre la ligereza, aunque con los 215 g que marcó en la báscula no se puede considerar pesado. Durante las primeras pedaladas ya es patente la elevada efectividad del sistema CPC, impidiendo que nos deslicemos sobre la superficie del sillín, eliminando los movimientos atrás-adelante cuando aplicamos fuerza en los pedales. La comodidad, teniendo en cuenta su mullido algo justo enfocado a un uso competitivo, nos pareció alta, evitando dolores y molestias incluso con la espalda en la posición más aerodinámica. Quienes se lo tomen con mayor calma deberán elegir otro modelo de la familia Prologo más acorde con sus objetivos.