"He hecho honor a mi nombre"
Hacía más de cuatro años que Winner Anacona no levantaba los brazos; se le había olvidado. Desde pequeño tuvo como destino ser un ganador. Así lo vieron los primeros técnicos que le echaron el ojo y se lo llevaron muy jovencito a Italia para hacerlo ciclista. Cuando ganó en Valdelinares la etapa de la Vuelta 2014, Eusebio Unzué lo quiso en su equipo. Pero no para que siguiese la senda marcada por el destino y por un error de escritura en el momento que su padre registró su nombre. Eusebio quería que fuera el mejor gregario de Nairo Quintana, su amigo y casi vecino en Tunja, donde ambos nacieron. En poco tiempo lo consiguió. Anacona se convirtió en el hombre más leal de Nairo Quintana. Su gregario y también su íntimo. Alguien en quien confiar fuera y dentro de la carretera. Sin embargo, eso hizo que aparcase sus ambiciones. Y por fin, tantas carreras tirando del carro después, Anacona, que entró en la treintena en agosto, encontró el más que merecido premio a su entrega. Ha vuelto a ser un ganador. Un Winner. "He hecho honor a mi nombre", declaró rebosante de felicidad, con ese rostro lleno de brackets que luce y el pelo recién cortado para la ocasión. Antes de viajar a Argentina aprovechó para pasar por la peluquería. Algo ya se olía, de que iba a salir en unas cuantas fotos. "Sabía que estaba a un buen nivel, pero no me esperaba esto". 'Esto' fue un ataque bestial a 14 kilómetros para la meta del Colorado, de esos del a dónde va. Y resulta que fue a por la victoria. Nadie pudo cogerle. "Nairo me dijo que atacara porque me veía con buenas piernas". El líder entregado a su hombre fiel. Un regalo del que Anacona se acordará para dejarse hasta la bilis por él el mes de julio en los puertos del Tour. Hasta el triunfo de Anacona, quienes mandaban eran dos. El primero, Fernando Gaviria (UAE Team Emirates) con su show de superioridad en los sprints. Dos victorias de etapa que además no quiso celebrar por "respeto a mis antiguos compañeros, especialmente a Richeze que corre en casa". Y el segundo, Julian Alaphilippe, que empezó la temporada como la acabó y como él sabe hacer: ganando. Se apuntó la jornada con final en el repecho de Punta Negra y, un día después, la crono en la que abrió diferencias en la general. Pero no pudo con un brillante Movistar Team. Los hombres dirigidos por Jaimerena lanzaron de lejos a Anacona y después, con el colombiano manteniendo las diferencias, Richard Carapaz le cubrió las espaldas ante el ataque de Sevilla, mientras Nairo Quintana controlaba el pelotón. Sensacionales los telefónicos también un día después, "el más duro de la carrera", confesó Anacona, cuando apareció la lluvia camino del Autódromo Villicum y se dejó unos segundos con Julian Alaphilippe. Intrascendentes. El colombiano no tuvo problemas en la última etapa para llevarse el triunfo a casa. Y volver a ser Winner.