Agradable bautismo
Mismo recorrido que la última etapa de los chicos, entre Paterna y Valencia. Mismo circuito por las calles de la capital del Turia. Y mismos premios. La igualdad. Y claro, si de un circuito se trata, nadie como Lotte Kopecky para domarlo. Ella viene de la pista, del madison y el omnium, su especialidad. Campeona del mundo hace dos años y plata y bronce en el Europeo de hace tres, sólo tiene 23 primaveras. Y quiere comerse el mundo. En 2019 ha empezado pronto a brillar en la ruta, en la carrera que abría la temporada europea, brindándole al Lotto-Soudal Ladies el primer triunfo. Kopecky salió con los brazos en alto de un enmarañado y anárquico sprint. La belga, plena de determinación, emergió entre cientos de cascos. "Me sentí bien desde el inicio de la carrera, así que en los últimos cuatro kilómetros les dije a mis compañeras que me mantuvieran en la parte delantera del pelotón y me protegiesen porque podía hacer algo bonito". A Lotte Kopecky la lanzó Thi That Nguyen, que acabó tercera. En el festival del Lotto-Soudal sólo pudo colarse Alice Barnes, del Canyon-SRAM, para ser segunda.
SILVIA, SANDRA Y SHEYLA
Fue el fin de fiesta ideal para un bautismo muy esperado, el de la carrera de féminas que la Volta a la Comunitat Valenciana había puesto en marcha de la mano de Silvia Tirado, directora de carrera y exciclista. Todo un éxito. "Era el momento de apostar por el ciclismo femenino", dice ella. Ya le quita el sueño pensar cómo poder ampliar la cita el próximo año. "Este tipo de carreras son una buena iniciativa. Sé que va a mejorar cada año y llegaremos a tener un ronda como los chicos", decía Sandra Alonso (Bizkaia-Durango) en meta. Ella fue la mejor española, 16ª. "Hemos estado muy bien, atentas, trabajando y ayudándonos todas las compañeras. Ha sido una pasada correr en las calles de Valencia la primera de la temporada y más consiguiendo subir al podio. Es bueno para mí y para todo el equipo". Satisfechas se marcharon también las chicas del Movistar Team, que se colgaron por primera vez un dorsal en 2019. La que más ganas tenía era Sheyla Gutiérrez. Tras el atropello que sufrió el pasado verano que le obligó a terminar la temporada antes de lo previsto para recuperarse completamente, la leona riojana vuelve a rugir vestida de azul. "Tenía muchas dudas sobre cómo me iba a encontrar, pero me he sentido feliz de volver a estar peleando en el pelotón y estrenando compañeras -comenta-. No me despedí el año pasado de la mejor manera, me fui con un sabor de boca muy amargo. ¡Parece mentira, pero era como si se me hubiera olvidado incluso pedalear!", afirma entre risas. En todo este tiempo, Sheyla se ha dado cuenta "de que siempre voy a tener esa garra de competir en la sangre, algo que llevo dentro y que sé hacer". Es consciente de que "todavía no he descubierto si vuelvo a ser la misma de antes, aunque no es un temor que tenga porque sé que estoy trabajando bien y saldrá lo que tenga que salir". De entrada, en Valencia se vio "en mi sitio, lanzando a Roxane Fournier. Era la primera vez que trabajamos juntas para una corredora con la que no había compartido equipo y siempre es difícil. Podemos mejorar mucho, pero lo hicimos bastante bien".