Temporero a su pesar
Antonio Carrillo Cayuela, 21 años y natural de Lorca (Murcia), es la perfecta representación de esos sufridos ciclistas de temporada que durante el año apenas pueden pedalear y en verano agarran la bicicleta con frenesí. Y también un buen ejemplo para que tomen nota aquellos que por no poder rodar un día -o una semana- ya están lamentándose y llorando en el hombro del compañero de grupeta. "He estudiado Ingeniería Aeroespacial en Valencia y la bici estos años se ha quedado en casa. Me tocaba conformarme con subirme 45 minutos al rodillo una vez a la semana. Sólo podía plantearme salir a la carretera con ella cuando regresaba a Lorca de vacaciones. Espero empezar a trabajar en breve y encontrar una estabilidad que me permita cogerla con mayor asiduidad". Aficionado al ciclismo desde muy pequeño, "con 3 o 4 años ya veía las carreras en la tele junto a mi padre", tardó en pasar de la teoría a la práctica. "Estaba en un equipo de fútbol, deporte que centraba mi atención, hasta que un día jugando al rugby en el instituto me rompí un ligamento de la rodilla. Para la rehabilitación me mandaron bicicleta estática y ya terminada me animé a probar al aire libre en compañía de mi amigo Luis Javier Rosillo, que también empezaba por aquella época", cuenta recordando sus inicios sobre el sillín hace ahora un lustro. Pese a la escasez de rodaje, Antonio y Luisja se atrevieron en 2017 con la Clásica Puertos de Somiedo. "Ninguno de los dos pudimos finalizarla; nos bajamos al pie de La Farrapona, que era el último puerto". La experiencia incompleta no sólo no les desanimó, sino que el verano pasado doblaron la apuesta y se atrevieron con La Purito, nada menos. "En esta ocasión sí logramos acabar, con mucho sufrimiento y en un montón de horas, nueve o así", nada mal para un mes y pico escaso de entrenamiento, con una salida más larga que no pasó de noventa kilómetros. El plan de marchas para 2019 es "sacarnos la espina en la Puertos de Somiedo, volver y cruzar la meta", apunta nuestro protagonista, que ahora prefiere las subidas "pese a lo que se padece. Con las bajadas me sucede a la inversa; he pillado un poco de miedo". Murciano como es, sorprende verle en las redes sociales con la equipación del Saxo Bank en lugar de alguna que haya llevado su paisano, el actual campeón mundial. "Tiene una explicación. Me la compré aprovechando el pedido de un amigo, pero soy de Valverde, quede claro -ríe-. Incluso un primo de mi padre fue compañero suyo en Kelme. También me gusta Sagan y de los españoles me llaman la atención García Cortina y Enric Mas". Acabamos pidiéndole argumentos para convencer a aquellos que no se atreven a pedalear. "La sensación del aire en la cara y la libertad que proporciona la bici es impagable. Compartir las experiencias con amigos, disfrutar los paisajes a los que te acerca, ¡incluso al sufrimiento le vas cogiendo el gustillo!". Palabra de temporero... que quiere dejar de serlo.