WARREN BARGUIL
Aunque los flashes le hayan iluminado en momentos puntuales, las dos últimas temporadas han sido muy complejas para el líder del equipo Arkéa-Samsic.
Fran Reyes conversó con el francés.
Crecer no es fácil. Por suave que sea el proceso, por buena compañía y consejo que tengamos, por preparados que nos sintamos: los desafíos de hacerse grandes, la exigencia que nos suponen, desestabilizan. Crecer es pedirse un poco más y desearlo lo suficiente; madurar es aceptar nuestras limitaciones. Es falso que nuestras posibilidades sean infinitas. Hay cosas que jamás tendremos porque no nacimos con ellas. Saber cuándo renunciar, identificar nuestro techo para no quedarnos cortos ni rompernos la cabeza golpeándonos contra él, es un arte que se aprende a base de experiencia. ª He crecido mucho estos añosº , dice Warren Barguil (1991, Hennebont). ª Crecerº ha sido darse cuenta de que los sacrificios que requieren el UCI World Tour y la dedicación con la cual Team Sunweb entiende el ciclismo no son para él. Le pedían que realizara dos o tres concentraciones en la altitud de Sierra Nevada cada año, tardes enteras encerrado en las dependencias del CAR. Le pidieron que se mudara a Niza para entrenar con buen tiempo también en invierno. Pero él echaba demasiado de menos su Bretaña natal, su lluvia de invierno y primavera, su familia, sus amigos de toda la vida. ª Sacrificarme sí, pero con alegríaº , resume. Por eso quiso dar un paso atrás firmando por un equipo ProConti, Arkéa-Samsic, que le permite practicar el ciclismo tal y como él lo entiende. ª Ya no me hacen las mismas preguntas que antesº. El entusiasmo que transmitía y despertaba Wawa no ha remitido del todo: sigue siendo una persona expresiva y risueña, juvenil como ese bigotillo que a veces adorna su rostro. Sin embargo, esa alegría ahora está velada por el filtro de la madurez. Sabe que ya no es un niño ni una joven promesa. Siente en sus hombros la presión de liderar un equipo en pleno crecimiento, la energía de los ojos que esperan ansiosos que materialice una imagen de éxito. Así son los flashes: alumbran y queman. Él lo asume con entereza, y contraataca: ª Sólo tengo 27 años. Ahora empieza la mejor época de mi carrera deportivaº.
LA FILOSOFÍA DE LA EXIGENCIA
La ficha se cayó una Nochebuena. ª Mi novia salía de trabajar después de comer y nos era imposible coger el último vuelo para Bretañaº , contó Barguil en el diario galo Le Monde. ª La esperé a la salida del banco en el que trabajaba para atravesar Francia en coche. En diez horas de trayecto nos cruzamos cuatro camiones, poco más. Aquella sensación de soledad me hizo reflexionar y llegar a la conclusión de que necesitaba regresar a casaº. Había sido un año, 2015, de rendimiento bajo par. ª Me pasaba las tardes en el apartamento jugando a la Play Station y comiendo M&M©sº. Un estilo de vida que no funcionaba para él, acostumbrado a que las veladas transcurrieran patinando con su novia y sus amigos por el paseo marítimo de su pueblo, ni para su trayectoria deportiva, que se estancó. No remontó en un 2016 frustrado por aquel atropello del que fueron víctimas en pretemporada los ciclistas del entonces denominado como GiantAlpecin mientras pedaleaban por las carreteras alicantinas. 2017 comenzó mucho mejor, pero se interrumpió abruptamente con una fractura de pelvis en el Tour de Romandía que puso en jaque la campaña.
Total: dos años y medio consecutivos de rendimiento insuficiente después de un debut profesional excelente en el cual el francés sumó dos etapas y un top10 en sendas ediciones de la Vuelta a España. Todo ello dentro de una estructura caracterizada por la presión a la que someten a su plantilla -su eslogan es `Keep Challenging', `Sigue desafiándote'y conocida en el mundillo por su falta de empatía con los corredores. No es casualidad que varios de sus ciclistas más representativos, como Marcel Kittel o John Degenkolb, hayan salido por la puerta de atrás. ª El deporte de alto nivel es asíº , repone Barguil cuando le preguntamos por este tema. ª La filosofía del Team Sunweb es de una exigencia altísima, y eso les ha llevado a ser uno de los mejores equipos del mundo. A veces está bien sentir esa presión; a veces, es demasiada. Pero vamos: no me arrepiento de nada y todavía saludo al mánager del equipo, Iwan Spekenbrink, cuando me lo cruzo por algún hotel durante las carrerasº.
EL APRETÓN DE MANOS
Con Spekenbrink se reunió en vísperas del Tour de Francia 2017 para comunicarle que sentía que su etapa en el conjunto de raíces neerlandesas y licencia alemana, donde se había refugiado durante el inicio de su carrera deportiva para huir de los flashes de esa prensa francesa deseosa de un compatriota ganador del Tour, tocaba a su fin. ª Me quedaba un año más de contrato y le pedí que me liberara. Hablamos, nos dimos un apretón de manos, y me dijo: Si te quieres ir,
tendrás que esperar dos años º. Después de esta revelación, el rendimiento de Barguil en aquella Grande Boucle toma otra dimensión. Se apuntó dos etapas y la general de la montaña en una actuación fenomenal, agresiva, desbordante de clase y potencia, digna del mejor Richard Virenque. Por las tardes forzaba la mano negociando con Spekenbrink y con la estructura bretona conocida por aquel entonces como Fortuneo una salida para la siguiente temporada. Ganó el pulso y el movimiento se anunció a principios de agosto. Un mes más tarde, en plena Vuelta a España, Team Sunweb expulsó a Barguil de su disciplina. En un prolijo comunicado explicó que le habían pedido que se supeditara a Wilco Kelderman, que disputaba su primera general en una ronda de tres semanas, y había desobedecido las órdenes de los directores en la etapa de Cuenca: tras la subida al Alto del Castillo, Barguil se había quedado a rueda del grupo de favoritos en lugar de esperar al jefe de filas que les perseguía. Otra salida más por la puerta de atrás para el historial de Spekenbrink.
EL DESEO DE OLVIDAR
Warren Barguil encontró en su actual equipo, rebautizado ahora como Arkéa para reflejar la identidad corporativa de la mutua a la cual pertenece el banco Fortuneo, un ambiente familiar en el cual acceden a su forma de ver el ciclismo. ªAquí todos los compañeros y técnicos son un poco como yoº , explica sobre
su adaptación al conjunto gestionado por Emmanuel Hubert. ª Me gustaba el ambiente internacional de Sunweb. Allí pude conocer culturas, sentidos del humor y ritmos de vida diferentes al mío, lo cual supuso una experiencia fantástica. Sin embargo, ahora la sede del equipo, los entrenadores y tantas otras cosas están al lado de mi casa. Eso tiene muchas ventajasº. Aun así, su primera temporada con el conjunto bretón no marchó precisamente como la seda. Descontento con las bicicletas Look, fue una de las voces cantantes que pidieron a los jefes del equipo utilizar BH a partir del Tour de Francia según se publicó en la prensa gala. ª No quiero comentar nada sobre el temaº , reacciona cuando le pedimos una aclaración. ª Sólo diré que fue un año muy difícil en lo profesional y en lo personalº. En el aspecto íntimo, le afectó muchísimo el deceso de su abuela materna, la última que le quedaba viva, en mayo. Así se entiende mejor su triste Tour de Francia, un ejercicio de quiero y no puedo. ª Estuve demasiado activo. Debería haberme concentrado en etapas concretas para conseguir mejores resultadosº , analiza. El hecho, reconocido por él mismo, es que su estado de forma era menor al de sus mejores momentos. Se repitió una y otra vez el siguiente esquema: varios Fortuneo entrando en la escapada cada día para escoltar a Barguil, que se veía superado en el tercio final por rivales más fuertes. ª No fue el Tour de Francia que deseaba -admite-. Ahora quiero dejar 2018 atrás y mirar a 2019º. Vivida la oscuridad, que vuelva el brillo y alumbren los flashes.