Los horarios

No, no voy a hablar de Tebas, ni del partido de los lunes, ni de fútbol. Nuestro descalzaperros particular ha sido la insólita coincidencia horaria, en algunas jornadas con un margen inferior a los cinco minutos, de los finales de etapa en las recientes ediciones de París-Niza y Tirreno-Adriático. Parece mentira que en un deporte que se dice profesional se devalúe el producto de una manera tan estúpida. El espectador que quería disfrutar del duelo entre Roglic y Yates, con el añadido del tremendo Fuglsang y el impagable Lutsenko como animadores, se veía obligado a renunciar a seguir las andanzas de los Bernal, Quintana, Kwiatkowski, Luis León y compañía. Y viceversa. Digo yo que se podría mediar entre ASO y RCS Sport, organizadores de ambas citas, para evitar una coincidencia que no beneficia a nadie. Andalucía y Algarve han compartido fechas esta misma temporada con la habilidad suficiente para no volver locos a los sufridos aficionados al ciclismo. Que cunda el ejemplo.