"Se lo debía a Scarponi"
La etapa reina, dedicada al poeta Giacomo Leopardi, tuvo como protagonista absoluto al danés Jakob Fuglsang. Una vuelta entera al circuito final en Recanati, desafío máximo con los dos muros -San Pietro y Porta d’Osimo- de porcentajes terroríficos que convierten la hazaña en un desafío únicamente al alcance de privilegiados. Territorio Scarponi. El danés del Astana quiso rendirle un homenaje. "Se lo debía a Michele. Esta fue su carrera favorita, la ganó diez años atrás y hoy competíamos por sus caminos. La victoria sólo puede ser para él. Era una gran persona y le sigo echando de menos". Cuando el infierno de Porta d’Osimo se cobraba el peaje de esas rampas cercanas al 20% y las piernas dolían de verdad, Fuglsang arrancó a por la gloria. Atrapaba y soltaba a Denz, Pedersen y Gabburo, que no pudieron seguir su delicioso vuelo. Era un águila rindiendo culto a otra, la de Filottrano. En la meta completaba la gesta con la que tanto había soñado. "No tenía nada que perder y por suerte me salió bien. Siempre es muy difícil ganar atacando de lejos. Se necesita suerte y coraje". Además de honrar la memoria de Scarpa, la cabalgada le valió para terminar en el podio de la general.