"Kilómetro a kilómetro..."
"...Haciéndome ciclista". Lo tuiteó Sergio Samitier (1995, Barbastro) después de una de las fugas que protagonizó en Andalucía. El aragonés de Euskadi-Murias ha comenzado 2019, su segundo año como profesional, al ataque. "Me gusta dejarme ver y gastar balas", cuenta con el tono inocente y divertido que le caracteriza. "En el ciclismo quedan pocos valientes y quiero ser uno de ellos. Hacer el 25 está bien, pero yo prefiero probarme antes que un puesto en el palmarés. Me tocará empezar a hacerlo pronto, cuando sea realmente competitivo para luchar por victorias, pero de momento escojo disfrutar". "Disfrutar" fue entrar en la fuga de la primera etapa para disputar el maillot de la montaña, ganar la partida, ser el último en dejarse cazar por el pelotón e hibernar dos jornadas con la vista puesta en una escapada por Sierra Nevada: primero acompañado, después en solitario. La hizo sin batería en el potenciómetro. "Aunque la gente esté loca con los números, prefiero llevar los menos posibles. Casi nunca uso pulsómetro y, si no fuera por mi preparadora, tampoco llevaría medidor de potencia". Le cazaron antes de llegar a Güéjar Sierra, pie de Hazallanas, Simon Yates y Pello Bilbao; él siguió su rueda hasta las primeras rampas del coloso. "Me hacía ilusión -explica-. Son ciclistas de los mejores del mundo y no todos los días se puede estar con ellos". La humildad y la normalidad con la que Samitier vive su crecimiento le ha llevado a entrar como vicepresidente en el club ciclista de su pueblo. "Ahora que soy profesional, quiero arrimar el hombro -cuenta-. Suelo ir una o dos tardes por semana a abrir la sede y procuro estar en todas las marchas y salidas populares que organizamos. El otro día, por ejemplo, fuimos 40 ciclistas de todas las edades a merendar al pueblo de al lado. Me costó hacer sesión doble, porque ya había entrenado por la mañana, pero fue muy divertido y mereció la pena".