Ciclismo a Fondo

OMLOOP HET NIEUWSBLAD

El checo, el más resolutivo del quinteto que luchó por ganar en Ninove, inauguró su cuenta y la del rebautizad­o equipo Deceuninck-QuickStep.

- Desde Ninove (Bélgica) Lorenzo Ciprés Fotos Bettini Photo

Zdenek Stybar, el más listo al final para inaugurar su palmarés en las clásicas.

En el palmarés profesiona­l de Zdenek Stybar brillaban hasta ahora una edición de la Strade Bianche y sendas etapas del Tour y la Vuelta, además de la general del Eneco Tour. Al checo, en la máxima categoría desde la primavera de 2011 y siempre al lado de Patrick Lefevere, le faltaba un triunfo de primer nivel en su tierra deportiva de adopción, que alcanzó por fin en el Omloop Het Nieuwsblad. Habitual de las primeras posiciones en la mayoría de las clásicas de adoquines -podio en Harelbeke y Roubaix en dos ocasiones-, Stybar sacó provecho a una situación propicia de carrera que unió a su buen momento -venía de ganar la etapa reina del Algarve- para imponerse en solitario en Ninove. Con su merecida victoria rompía varios hitos: se llevaba la primera prueba de este tipo para su país, estrenaba a Deceuninck -nuevo patrocinad­or de su equipo- y acababa de paso con una inusual mala racha de la estructura en esta carrera, donde no ganaban desde 2005 con Nick Nuyens. Catorce años habían pasado con numerosas plazas de podio de por medio y alguna situación para el olvido como el correctivo infligido por Ian Stannard a tres de sus integrante­s -entre ellos el gran Tom Boonen- en la antigua meta de Gante.

FUGA DE CUATRO

Repitiendo por segundo año el nuevo trayecto con paso por el tradiciona­l final del Tour de Flandes de las pasadas décadas, el Omloop se lanzó con cuatro corredores como protagonis­tas. Al dúo formado inicialmen­te por Roy Jans (Corendon-Circus) y Tom Wirtgen (Wallonie) se unieron posteriorm­ente Tom Devriendt (Wanty-Gobert) y Alex

Howes (EF), formando un cuarteto que no tardó en abrir camino ante la pasividad del gran grupo. El trabajo de los Deceuninck se reveló insuficien­te tanto para contener la ventaja de los fugados, que se irían hasta trece minutos, como para contrarres­tar la llegada por detrás de las ciclistas. Hombres y mujeres compartían la primera parte de sus carreras con apenas ocho minutos de diferencia entre ambas salidas que se mostraron claramente insuficien­tes y derivaron en una inusual situación; hubo que neutraliza­r la prueba femenina ante la imposibili­dad de improvisar cualquier solución alternativ­a. La principal protagonis­ta del trance, la suiza Nicole Hanselmann (Bigla), que acabó convertida en protagonis­ta mundial de una noticia que alcanzó relevancia a todos los niveles con su caza frustrada al pelotón masculino, lo definió de manera tan gráfica como lacónica: ª Fue tristeº. Algunos kilómetros más adelante, el pelotón se decidió a acelerar la marcha con la llegada de la colaboraci­ón de los CCC y Lotto-Soudal, interesado­s en incrementa­r un ritmo que haría decrecer rápidament­e la ventaja de los cuatro escapados. Superada la mitad de la prueba había bajado ya de los ocho minutos, momento en que la carrera comenzó a subir de temperatur­a con la

entrada en la fase decisiva del recorrido, unida a una sucesión de movimiento­s ofensivos.

IVÁN AL ATAQUE

Al final del encadenado HaaghoekLe­berg se rompió la armonía del pelotón principal gracias a un intento de Kenneth Vanbilsen. 21 corredores se unieron al belga del Cofidis formando una avanzadill­a de contraataq­ue que contó, entre otros, con el propio Stybar, Stannard, Naesen y Jürgen Roelandts,

debutante con los colores del Movistar Team en una carrera de su país que acabaría en 25ã posición. La situación quedó restableci­da gracias al trabajo del CCC hasta la llegada del Molenberg, cuando la carrera explotó definitiva­mente, pero antes pudo verse otro movimiento interesant­e por parte de Iván García Cortina con la compañía de Hugo Houle (Astana). El asturiano del Bahrain-Merida, cada vez más inspirado, tuvo kilómetros después un pequeño percance cuando circulaba en el grupo delantero que le impidió concluir mucho más adelante. ª Me encontré muy bien y conté con mayor libertad que otros años. Yo mismo me pongo presión para estar ahí ayudando a Colbrelliº , declaraba el primer español con su 35ë puesto. Un grupo de diecisiete hombres, con la mayoría de los principale­s favoritos, se constituyó a falta de cuarenta kilómetros. El trabajo de Direct Energie y Sunweb en favor de Terpstra y Matthews, ambos fuera del corte, se mostró insuficien­te para neutraliza­rlo, algo que unido al buen entendimie­nto y mayor empuje en las posiciones cabeceras inclinó la balanza progresiva­mente en favor de los escapados.

VAN AVERMAET CONTRA TODOS

Uno de los hombres más en forma del principio de temporada, Alexey Lutsenko, fue el siguiente en atacar y selecciona­r en la cima del Berendries, conformánd­ose la selección definitiva tras una desafortun­ada caída de Tiesj Benoot. El propio Lutsenko, Stybar, Teuns, Wellens y Van Avermaet se jugarían la carrera después de que Daniel Oss, integrante del grupo en un primer momento, se descolgase en el Kapelmuur. Van Avermaet se había mostrado en varias fases de la prueba como el más fuerte, circunstan­cia que jugaría en su contra en el tramo final. Le tocó responder sucesivame­nte a los ataques de Tim Wellens y Zdenek Stybar, a quien tuvo que dejar marchar a dos kilómetros y medio de Ninove. ªAl primero pude llegar bien, pero con el segundo mi cabeza decía que debía hacerlo y mis piernas se negaron. Fue una pena y me siento frustrado. Tenía la carrera en mis manos, pero perdí por asumir demasiadas responsabi­lidadesº , comentaba contrariad­o en meta el belga del CCC. Tras coger rápidament­e más de un centenar de metros, Stybar generó pronto desconfian­za y falta de acuerdo entre sus perseguido­res. Aprovechan­do el viento favorable, acumuló nueve segundos que le permitiero­n ganar con comodidad por delante de Greg Van Avermaet y Tim Wellens. ª Inicialmen­te pensé esperar al sprint, pero tras el ataque de Wellens sentí que había llegado mi momento y decidí atacar. No creo que haya sido más fuerte ni inteligent­e que Greg, simplement­e he tenido un poco más de suerteº. El Tour de Flandes y la París-Roubaix asoman en el horizonte inmediato del checo, dos objetivos con los que sueña en un año donde las estrechece­s presupuest­arias de su equipo y los movimiento­s del mercado parecen haberle liberado más que nunca para asumir grandes responsabi­lidades.

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 ??  ?? 2 Siempre ambicioso. Iván García Cortina (Bahrain-Merida) erró esta vez el momento de su ataque, pero el conformism­o no va con el asturiano.
2 Siempre ambicioso. Iván García Cortina (Bahrain-Merida) erró esta vez el momento de su ataque, pero el conformism­o no va con el asturiano.
 ??  ?? 1 Lutsenko, desatado. El kazajo del Astana, que venía de arrasar en Omán, lanzó la carrera con Dylan Teuns atento a su aceleració­n.
1 Lutsenko, desatado. El kazajo del Astana, que venía de arrasar en Omán, lanzó la carrera con Dylan Teuns atento a su aceleració­n.
 ??  ?? 3 Con mono de adoquines. Omloop Het Nieuwsblad es la esperadísi­ma primera carrera de la temporada con muros y pavés.
3 Con mono de adoquines. Omloop Het Nieuwsblad es la esperadísi­ma primera carrera de la temporada con muros y pavés.
 ??  ?? 1 Marcaje al naranja. Van Avermaet (CCC Team) se tuvo que conformar con la segunda plaza en el Omloop Het Nieuwsblad, muy vigilado por sus adversario­s.
1 Marcaje al naranja. Van Avermaet (CCC Team) se tuvo que conformar con la segunda plaza en el Omloop Het Nieuwsblad, muy vigilado por sus adversario­s.
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