Ciclismo a Fondo

RAÚL ALARCÓN

Tres veces ha estado al borde de la retirada este corredor alicantino, autor de múltiples exhibicion­es y ganador de dos Voltas a Portugal. Un mito del ciclismo que no se ve.

- Texto Fran Reyes Fotos Rafa Gómez

Fran Reyes nos acerca a un ciclista tan desconocid­o como laureado.

Es de ley comenzar el reportaje reseñando que su titular es una joya prestada. Lo publicó el FC Porto para enmarcar una pieza publicada en la revista del club de agosto de 2017. En la foto de apertura figuraba nuestro protagonis­ta: maillot amarillo, brazos abiertos, desplegaba su envergadur­a para celebrar una majestuosa victoria de etapa en el Alto de Senhora de Graça, santuario del ciclismo luso. Acababa de sentenciar su primera Volta a Portugal. Lo primero que impresiona de Raúl Alarcón (1986, Sax) no es el aura de sencillez y nobleza que descubrire­mos durante la entrevista, sino la talla. Parece mentira que esos 1,89 metros de altura, con hombros anchos y muslos macizos, sólo marquen 70 kilos en la báscula. ª Tengo tests de cuando era juvenil en los que pesaba 82º , nos explica sonriendo. ª Empecé a cuidar la alimentaci­ón muy tarde, en 2013. No era consciente de la importanci­a del peso, de cuánto podía conseguir desarrolla­ndo mi fuerza con menos lastre. Eso sí: apenas dejo de entrenar no puedo hacer nada, recupero kilos muy rápidoº. Ver un ciclista de ese tamaño destacar en la montaña desata las especulaci­ones, a veces divertidas y a veces aviesas. ª Son brutales las cuentas que echan en Twitter sobre mi rendimient­oº , comenta divertido el sajeño sobre los abundantes cálculos de expertos que, tirando de altimetría­s, coeficient­es y cronometra­jes tomados desde la televisión, estiman las prestacion­es de los corredores. A Alarcón le atribuyen esfuerzos de 6,5 W/kg durante 21 minutos. ª No sabría decir si las cifras son correctas porque no llevo potencióme­tro ni pulsómetro en competició­n -zanja-. Me agobian muchísimo los números en la pantalla y la cinta en el pecho. Prefiero utilizarlo­s sólo en entrenamie­ntosº.

ROUBAIX

ª Cuando fiché a Raúl Alarcón, era uno de los mejores juveniles de Españaº. Lo explica Joxean Fernández `Matxin', actual mánager de UAE Team Emirates y responsabl­e deportivo del Saunier Duval donde el alicantino se formó como sub23 y debutó en profesiona­les. ª Un ciclista rápido que iba bien en el plano, que aguantaba el par de los mejores cuesta arriba: subía bien sin ser escalador y esprintaba sin ser sprinter. Le daba igual que la carrera fuera llana o montañosa. Raúl era ambicioso y no se amilanaba en ninguna circunstan­ciaº. En 2007, Alarcón recibió la alternativ­a en el entonces denominado UCI ProTour. ª Su evolución natural era convertirs­e en un ciclista rápido, agresivo, competitiv­o incluso en la media montaña. Por eso le llevamos a carreras extranjera­s que se adaptaban a sus caracterís­ticas, su presencia y su punta de velocidadº. Como parte de aquel aprendizaj­e, el Hércules corrió dos veces la ParísRouba­ix. ª Un recuerdo para toda la vidaº , evoca. ª No se pueden describir las sensacione­s que tuve, pero sí te aseguro que no me las ha inspirado ninguna otra carrera. Fue espectacul­ar llegar al velódromo y sentir toda la gente

volcada, animándono­s, aunque hiciera un cuarto de hora del final de la carrera. Nos recibían como auténticos héroesº. La primera vez cruzó la meta junto a Servais Knaven; la segunda, con Niki Terpstra; ambos nombres figuran en el palmarés del Infierno del Norte. ª Siempre me he quedado con la incógnita de qué hubiera pasado si hubiera disputado más ParísRouba­ix, de hasta dónde hubiera llegado, porque me sentía cómodo en el pavésº. Sin embargo, el sueño de la primera categoría apenas duró dos años. ª Dejé de entrar en los planes del equipoº , lamenta. ª No fue una cuestión deportiva -resta Matxin-. Creíamos en él, pero por un lado tuvo problemas personales que mermaron su rendimient­o y por otro tuvimos el affaire de dopaje de Riccò y Piepoli, que conllevó la pérdida del patrocinio de Saunier Duval y nos obligó a reestructu­rar la plantillaº. Pero los caminos del Señor son inescrutab­les: luego vinieron dos años arrasando en amateur, una victoria en Copa de España tras hacer podio en seis de las pruebas, la migración a Portugal, los dos triunfos en la Grandissim­a. ª Su evolución es sorprenden­te, pero también factible -analiza su primer valedor-. Su calidad está fuera de toda duda y, aunque en ningún momento fue un escalador puro, hemos visto muchos ejemplos de grandes rodadores que han dado un paso adelante en montaña después de perder pesoº.

PORTUGAL

Aunque la perspectiv­a nos permita fijar la vista en el feliz presente, lo cierto es que el invierno de 2008 fue muy duro para Raúl Alarcón. ª Lo pasé muy mal -reconoce-. Tenía esperanzas de continuar en profesiona­les, creciendo... y me vi de vuelta en amateur. Sentía que no era mi categoría. Tuve la tentación de dejar el ciclismo. Pero, cuando se lo insinuaba a alguien, todos me decían:

¿cómo lo vas a dejar con 22 años? º. La misma encrucijad­a vivió dos años más tarde, cuando rechazó continuar una campaña más en aficionado­s y apareció Barbot-Efapel para devolverle al pelotón UCI. Y en idéntica tesitura se encontró

de nuevo en invierno de 2014, cuando no llegó a un acuerdo para continuar en Louletano y nadie se animaba a ficharle. ª Colgué la bici y me metí a trabajar con mis primos en un taller de mecánica y lavado de coches que tienen en Alicanteº. Por ese entonces le llamó Nuno Ribeiro, excompañer­o suyo en Efapel, ahora director de W52. ª Le dije cuánto cobraba en el taller y que, por menos de eso, no volvería a la biciº. Tras varios meses de gestiones, apareciero­n los recursos y el contrato se firmó en marzo. ª Decidí fichar a Raúl Alarcón porque le veía potencial para hacer algo grande en el ciclismoº , nos cuenta el técnico. La identifica­ción entre corredor y equipo es máxima. ª Raúl es, por encima de todo, una buena personaº , asevera Ribeiro. ª Como ciclista es muy fuerte y batallador. Le gusta hacer las carreras duras, lo cual se adapta bien a nuestra forma de entender el ciclismoº. Por su parte, Alarcón valora la ª confianzaº que ha sentido desde el principio en W52. A ella ha respondido con trabajo y resultados. Ayudó a ganar las Voltas a Portugal de 2015 -a Gustavo César Veloso- y 2016 -a Rui Vinhas, ª un hermano para míº -;

después anotó en primera persona las de 2017 y 2018. ª W52-Porto me ha ofrecido estabilida­d no solamente económica sino también emocional. Eso es clave porque el rendimient­o de un ciclista depende, en gran parte, de lo psicológic­oº.

TENERIFE

Dentro de la psicología, uno de los procesos más misterioso­s y fascinante­s es el duelo: la reacción de la persona ante la pérdida, particular­mente poderosa en el caso de un ser querido. En vísperas de la temporada 2017 falleció Iván Rocamora, director de Raúl Alarcón en juveniles, ª un amigoº. Su cumpleaños coincidía ese año con la última etapa de la Vuelta a Asturias. ª Mi motivación durante semanas para entrenar como un salvaje fue ganar ese día. Por eso crucé la meta señalando al cieloº. No sólo se llevó la etapa: también la general por delante de todo un Nairo Quintana, a quien había resistido el día anterior subiendo el Acebo. El colombiano venía de ganar seis de las nueve vueltas que había disputado antes, cuatro de ellas World Tour; desde entonces, no ha vuelto a sumar ninguna ronda en su palmarés. El asombroso nivel que Alarcón ofreció en Asturias, refrendado con un segundo puesto la semana siguiente en Vuelta

a Madrid y con otra victoria en el GP Jornal de Noticias luso en el mismo mes de mayo, disparó los rumores. Unos le situaron en Movistar Team. ª Gente de mi confianza habló con el equipo, pero nunca nos sentamos en la mesa, ni hubo oferta, ni nada. Que se publicara en medios me perjudicóº. Otros, en el disparader­o. Comentario­s, hijos del prejuicio, insinuaron que Alarcón elegía su calendario en función de si había control antidopaje o no. ª Hay una mezcla de desprecio y desconocim­iento que hace pensar que en Portugal no estamos controlado­s. Y es falsoº. Alarcón asegura que tiene dos pasaportes biológicos: el propio de las autoridade­s portuguesa­s, desde 2011; y el internacio­nal, gestionado por la UCI, desde mediados de 2013. Volvamos a los hechos. Raúl Alarcón ha comenzado la campaña 2019 con una concentrac­ión en altura en Tenerife, seguidas de una Volta a la Comunitat Valenciana y una Volta al Algarve al ataque. ª Llevo sin competir desde agosto y necesitaba ganar ritmo de competició­nº , cuenta, como disculpánd­ose por su combativid­ad. En el momento de escribir estas líneas, recogía sus primeros puestos de honor en el calendario luso. En agosto vendrá el gran objetivo del año, la Volta a Portugal. ¿Y en el futuro? ª Me queda bastante por hacer en el ciclismoº ¿Un regreso al World Tour? ª Si alguien me hiciera una oferta, me lo plantearía. No me obsesiona. Ahora mismo todo se enfoca a ese ciclismo World Tour, a esa primera división, porque es lo que se ve. Pero existe mucho ciclismo que no se veº. Y en él escribe su epopeya el Hércules de Alicante.

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 ??  ?? Por bandera. Detalle de la bicicleta SwiftCarbo­n que utiliza el equipo W52-Porto, personaliz­ada para nuestro protagonis­ta.
Por bandera. Detalle de la bicicleta SwiftCarbo­n que utiliza el equipo W52-Porto, personaliz­ada para nuestro protagonis­ta.
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el suelo. Alarcón no descarta regresar al World Tour en el futuro, pero disfruta con sus objetivos actuales.
Con los pies en el suelo. Alarcón no descarta regresar al World Tour en el futuro, pero disfruta con sus objetivos actuales.
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¿Y éste quién es? Un asombrado Nairo Quintana no da crédito: Raúl Alarcón aguanta su ritmo durante la subida al Acebo.
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Feliz en el W52-Porto. El alicantino posa junto al autobús de su equipo, el único portugués de categoría Profesiona­l.
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A por la tercera. El de Sax ya ha subido varias veces al podio en 2019, pero sus miras están puestas en verano en la Volta a Portugal.
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Atacante en su tierra. Disputó la última Volta a la Comunitat Valenciana y probó fortuna filtrándos­e en las escapadas.

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