Clasicómano con mayúsculas

La Flecha Brabanzona, clásica que sirve de bisagra entre las pruebas de adoquines y las de cotas, registró el espectacular triunfo de Mathieu Van der Poel, que conquistó esta prueba 34 años después de que lo hiciera su padre, Adrie. El joven neerlandés dio una exhibición de poderío ante algunos de los mejores clasicómanos del mundo, como Julian Alaphilippe, Tim Wellens y Michael Matthews, a los que derrotó con suficiencia al sprint, sacando más de una bicicleta de ventaja al francés, con Wellens, ganador en 2018, completando un podio de categoría. Matthews, con las fuerzas en la reserva, intentó progresar muy pegado a las vallas, pero por ahí no había sitio, quedando encerrado y sin opciones. Fue un recital de Van der Poel en varios actos que le consagra, con 24 años, como un clasicómano de primera sólo dos semanas después de levantar los brazos en A través de Flandes. En una prueba sin descanso y con una treintena de cotas, el del Corendon ya se

había dejado ver con un ataque a 54 km de meta. En los últimos veinte se metió en el corte definitivo saltando a la rueda de Alaphilippe en el muro de Hertstraat, junto a Wellens, Matthews y Daryl Impey. Un quinteto de mucho nivel que siete kilómetros después se quedó en cuarteto tras un ataque de Wellens que eliminó al sudafricano del Mitchelton-Scott. Los cuatro llegaron juntos a la recta de meta en Overijse, donde Van der Poel volvió a impresionar en los metros finales por su potencia y determinación.