Media docena de protagonistas
Alaphilippe, de la gloria al suelo. Llegó a la Itzulia con el firme objetivo de ganar una etapa y lo logró en el repecho de Gorraiz que, entre el camino de sterrato y el final explosivo, llevaba su nombre antes de la salida. Con ese triunfo y su buena crono inicial se situó segundo a 5’’ de Schachmann. Entonces se animó a pensar en la posibilidad de ganar la Itzulia, "pero sin presión y viendo las cosas día a día". Las cosas fueron fatal. Al día siguiente, Alaphilippe se iba al suelo en una tremenda caída camino de Estibaliz y no tomó la salida en la cuarta etapa.
Landa fue a más. Quiso más de lo que pudo. El alavés acusó la falta de competición, pero las ganas de hacerlo bien en la carrera de casa, ante su gente, pudieron más y conforme pasaban las etapas apreciamos su crecimiento. Soñó con ganar en Arrate, "y anduve cerca de los mejores, es para estar contentos. Aunque en casa siempre quieres más, mi objetivo es el Giro y poco a poco voy cogiendo la forma".
Cabreo final de Fuglsang. Después de haber ganado la Vuelta a Andalucía con la inestimable ayuda de Ion Izagirre, el danés estaba a disposición del guipuzcoano para auparle hasta el amarillo de la Itzulia, aunque lamentó haber cedido tiempo en la lluviosa jornada de Arrigorriaga. Los roles quedaron claros y Fuglsang se erigió como el gran valedor de Ion en la espectacular última etapa. Destrozó al Bora-Hansgrohe y condujo a Izagirre hasta Eibar, donde, por un desvío erróneo de Buchmann, subió al podio como tercer clasificado. Los jueces atendieron la reclamación de Buchmann y relegaron al del Astana al cuarto puesto, con su consiguiente cabreo. "Lo que ha sucedido es surrealista. No volveré a esta carrera".
Dan Martin y su lucha sin cuartel. Asomó cuando la Itzulia se puso al rojo vivo y, como acostumbra, no decepcionó. En Arrate estuvo con los mejores y un día después no le dio la espalda a la batalla que planteó Astana. Se fue con Ion Izagirre y Fuglsang buscando el triunfo de etapa en Eibar, "tenía muchas ganas de conseguirlo", pero Adam Yates pudo con él. "La ventaja que cogió en el final le sirvió. Estaba seguro que, de haberlo cazado, hubiera ganado". Su magistral acción le catapultó al segundo lugar en el podio final, "aunque con el sabor agridulce de no alzar los brazos. Ese puesto en la general en una carrera como esta indica que he hecho algo importante".
El futuro es de Pogacar. En su tercera carrera World Tour tras el Tour Down Under y la Cadel Evans Great Ocean Race, el esloveno volvió a demostrar lo evidente: con 20 añitos ya es uno de los nombres a seguir de cerca en el pelotón. En la cuarta etapa peleó por el triunfo pese a sufrir una fuerte caída a 6 km del final. Fue quinto en Arrate y repitió puesto en la decisiva etapa de Eibar, que le sirvió para acabar como mejor joven y sexto en la general.
Gari Bravo, orgullo del Euskadi-Murias. Tres de las cinco etapas en línea de la prueba le vieron fugado. Gari portó dos jornadas el maillot de la montaña, pero cuando la Itzulia llegó a Arrate tuvo que claudicar. "Como no tenía nada que perder, en la última etapa salí con actitud positiva", y volvió al ataque. Se llevó el premio al más combativo y también a la escapada más larga. "Estoy contento en lo personal por haber subido al podio. Y como equipo hemos estado fenomenal frente a grandes corredores del World Tour".