Zapatillas DMT KR1
Hace unos años se pusieron de moda en el sector de las zapatillas de correr los modelos con la parte superior construida con un diseño similar al punto, lo que las otorgaban una estética similar a la de los calcetines. Esa tendencia se ha trasladado al calzado específico para bici y ya son varias marcas las que tienen en su catálogo estas opciones, como las KR1 que DMT ha desarrollado de la mano de su embajador de cabecera de los últimos años: el exitoso sprinter del DeceuninckQuickStep, Elia Viviani. El diseño de punto marca tanto la estética -espectacular en nuestra opinión- como el funcionamiento de las KR1, que se ajustan como un guante a nuestros pies. De hecho, en la caja encontramos un calzador para ayudarnos a ponérnoslas y la zona de la lengüeta tiene una pequeña pieza de plástico con una doble función: por un lado sirve para que apoye el último tramo del cable de sujeción; por otro, para ayudarnos a tirar de ella y que el ajuste sea perfecto y sin arrugas. La horma es similar a lo que nos tiene acostumbrado DMT en la parte delantera, ofreciendo una anchura considerable en la zona media del pie, pero el talón es más estrecho que otros modelos para asegurar la retención, lo que consigue con una pieza externa longitudinal que se ensancha progresivamente hasta la suela y, sobre todo, gracias a un interior muy trabajado con acolchados de diferentes espesores y una zona rematada con silicona en la parte media del talón. En marcha, el ajuste se traduce en comodidad total en el empeine y los laterales por la elasticidad del material, que envuelve completamente el pie, y la ausencia de lengüeta; mientras que, en nuestro caso, el único dial BOA ha resultado suficiente para conseguir el apriete deseado gracias a los ocho ojales por los que pasa el cable antes de la pieza superior de plástico enfrentada al dial. Estos ojales, que son los extremos de unas tiras que se prolongan hasta la suela y se cruzan en el empeine, consiguen repartir bien el apriete sin arrugas, aunque los usuarios con pies estrechos quizá echen en falta otro dial inferior. La suela, de carbono y con enervaduras de refuerzo en la parte central, es prácticamente idéntica a la de las D1 que pasaron por aquí hace un año y brinda una notable sensación de rigidez, gracias también a cómo se eleva en los laterales del talón y al marcado puente, que ofrece mucho soporte y consigue que sintamos el pedal muy cerca, aunque puede resultar incómodo para aquellos con los pies planos. Muy cómodas y ventiladas, tanto en la parte superior por el diseño del punto sobre los dedos como en la suela por las perforaciones de la cara interna de la suela en la zona de la cala, las zapatillas DMT KR1 son claras candidatas a ser una de nuestras preferidas para el incipiente verano.