Ciclismo a Fondo

E3 BINCKBANK CLASSIC

Stybar extendió la racha del Deceuninck.

- Texto Lorenzo Ciprés Fotos Bettini Photo

Apenas un mes ha necesitado Zdenek Stybar para reeditar su primer gran éxito en clásicas belgas. Tras ganar Omloop Het Nieuwsblad a principios de marzo repitió en Harelbeke, escenario familiar para él y donde viene siendo frecuente verle destacar; en 2015 consiguió una segunda plaza tras Geraint Thomas y hace doce meses fue noveno. Su victoria era la quinta clásica consecutiv­a del World Tour para el Deceuninck-QuickStep: Viviani (Cadel Evans Race), Alaphilipp­e (Strade Bianche y Milán-San Remo) y el propio Stybar con su doblete firmaban un demoledor arranque de 2019 del conjunto belga, un año más insensible a la supuesta merma de potencial que deberían suponerle algunas de las bajas en su plantilla. Haciendo de la fuerza colectiva su bandera, los azules volvían a dar una brillante lección de anticipaci­ón y trabajo de grupo durante el E3. “Tenemos un buen equipo, ¿verdad?”, comentaba ironizando al día siguiente su mánager, Patrick Lefevere.

UN DÍA PRIMAVERAL

El conocido por muchos como mini Tour de Flandes arrancaba con caras sonrientes en el pelotón gracias al sol y a una temperatur­a agradabilí­sima para rodar. Ocho corredores integraron

la habitual fuga inicial con la clásica pasividad por detrás durante los primeros kilómetros y mayoría belga en su composició­n: Hirschi -revelación del día para el gran público-, Nommela, Sprengers, Taminiaux, De Winter, Räim, Steels y la agradable presencia de Jaime Castrillo. El jacetano del Movistar debutaba en el ciclo de clásicas primaveral­es belgas por ajustes en el calendario de su equipo y de nuevo fue protagonis­ta gracias a una escapada, algo habitual cuando disputa citas del World Tour. La prueba transcurri­ó sin demasiadas altisonanc­ias hasta el momento en que Bora y Deceuninck-QS decidieron tomar el mando en el pelotón para organizar la caza. Sólo una inoportuna caída de Sep Vanmarcke, que le obligó a abandonar con fuertes golpes en una rodilla y las costillas, rompería la calma de un grupo donde el Taaienberg -antiguo Boonenberg por la querencia del campeón belga a atacar a su pasoefectu­ó la primera selección importante tras las aceleracio­nes de Daniel Oss y el prometedor Jasper Philipsen. Después de multitud de movimiento­s buscando la anticipaci­ón, Bob Jungels puso tierra de por medio en uno de los repechos posteriore­s al Boigneberg y se marchaba destacado hacia delante.

Al luxemburgu­és, vencedor el año pasado en Lieja, parecen haberle sentado de maravilla sus nuevos objetivos de primavera, más centrados en las pruebas de adoquines. “Lo di todo en la escapada pensando en ganar. Creía en mí, pero también sabía que con este trabajo haría que los rivales sufriesen persiguien­do”. En apenas cinco kilómetros dio caza al grupo delantero, reducido a seis unidades y ya sin Jaime Castrillo, descolgado en el Stationsbe­rg.

JUNGELS CONTRA TODOS

Una vez insertado en la cabeza de carrera, Jungels se centró en ir abriendo camino mientras iba descolgand­o uno a uno a sus compañeros de corte. El último en caer después de una notabilísi­ma actuación fue Marc Hirschi, joven suizo del Sunweb que acabaría diciendo basta en el Karnemelkb­eekstraat. Antes lo habían hecho el resto de los componente­s del grupo inicial y también los alemanes Nils Politt y Jasha Sütterlin, llegados desde el pelotón. Por detrás se formó una selección de ilustres contra los que el luxemburgu­és luchó en solitario durante los últimos treinta kilómetros: Keukeleire, Naesen, Sagan, Trentin, Bettiol, Van Aert, Van Avermaet y Zdenek Stybar, que viajaría en carroza real sin necesidad de relevar. Los cuatro últimos se destacaron en la bajada del Tiegemberg y sólo a siete kilómetros de la conclusión, después de un trabajo que pasaría factura colectiva, lograron llegar a la rueda de Jungels. Para Deceuninck-QuickStep era el momento de activar el plan b y jugar con su otra baza, la frescura de Stybar, con vistas a prolongar su exitosa racha. Jungels en dos ocasiones y el checo en una atacaron sucesivame­nte a sus compañeros. Aunque sin éxito, con el rédito de la merma de las fuerzas de unos adversario­s con la frescura justa para el sprint final. “Van Aert y yo sostuvimos el ritmo y muchos otros se aprovechar­on. Estoy satisfecho con mi rendimient­o”, afirmó al terminar Greg Van Avermaet.

EL REMATE

Stybar se impuso a Wout Van Aert en un sprint que lanzó un fatigado Greg Van Avermaet, tercero y nuevamente fuera del cajón más alto del podio en su país: no gana en Bélgica desde la GanteWevel­gem de 2017. Les seguirían Bettiol y Jungels, y un poco más atrás, en el

segundo grupo, Jasha Sütterlin ocupó una novena plaza que se convertía en un hito en la historia del Movistar Team en la prueba. Algo después, insertado en el pelotón principal, Iván García Cortina (Bahrain-Merida) era de nuevo el mejor español con su 22º lugar. “Fue una carrera extraña para mí -apuntaba el checo-. Estoy increíblem­ente feliz. En un primer momento no me sentía bien y me situé en las plazas traseras del grupo, algo que no acostumbro a hacer. Ganar en Harelbeke después del Omloop es increíble y no habría podido hacerlo de no ser por este extraordin­ario equipo y sobre todo por Bob -Jungels-, que fue fundamenta­l”. Tal y como admitió, él mismo ideó ese movimiento que acabó resultando decisivo. “Le dije que si se encontraba fuerte se escapase para meter presión al pelotón y permitir al resto de compañeros ahorrar fuerzas. Desde ese momento sólo debíamos ocuparnos de cubrir ataques de gente importante”. Una vez atrapado Jungels, el checo le invitó a seguir colaborand­o en pos de la victoria. “Cuando cogimos a Bob le pregunté cómo se sentía y le animé a intentarlo una vez más en caso de que le quedase un mínimo de energía. Lo hizo y yo contraataq­ué de seguido con la esperanza de marcharme o al menos debilitar al resto. Sabía que todavía tendría fuerza para sprintar”, recalcó Stybar, quinto ciclista de la historia en ganar Omloop Het Nieuwsblad y E3 Harelbeke en una misma temporada y a quien más de uno recordó esa tradición que otorga al vencedor de esta última la condición de máximo favorito en Flandes. “Todo lo que venga ya será un añadido”. Y no es para menos.

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2 Jacetano al ataque.
Jaime Castrillo no es de los que pasan
desapercib­idos y dio protagonis­mo en la fuga al Movistar Team.
23 2 Jacetano al ataque. Jaime Castrillo no es de los que pasan desapercib­idos y dio protagonis­mo en la fuga al Movistar Team.
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los labios. Como le está pasando toda esta primavera, Wout Van Aert volvió a rozar un gran éxito. 1
1 Con la miel en los labios. Como le está pasando toda esta primavera, Wout Van Aert volvió a rozar un gran éxito. 1
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La persecució­n de un rodador del calibre de Jungels agotó a los rivales de Stybar de cara al sprint.
3 Desgaste decisivo. La persecució­n de un rodador del calibre de Jungels agotó a los rivales de Stybar de cara al sprint.
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4 El aviso de Bettiol. Al futuro ganador del Tour de Flandes, cuarto aquí, le faltó velocidad para subir al podio.
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3 Van Avermaet trató de anticipars­e. Consciente de su inferiorid­ad numérica, el líder del CCC Team buscó la sorpresa. 34

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