GP MIGUEL INDURAIN
Jonathan Hivert, un killer anda suelto.
A veces, especialmente cuando no cuentas con un conjunto potente para arroparte, hay que esperar agazapado mientras los equipos más poderosos llevan la iniciativa. No es la primera ni la última vez que Jonathan Hivert demuestra poseer un punch descomunal, algo que le ha valido para ir labrándose un palmarés más que interesante en el que figuran tres rondas por etapas -Estrella de Bessèges 2013, Vuelta a Castilla y León 2017 y Tour de Haut Var 2018-, cinco pruebas de un día -GP La Marsellesa 2010, Amorebieta y ParísTroyes 2011, Tour du Finistère 2018 y GP Indurain 2019- y etapas en vueltas World Tour como Tour de Romandía o París-Niza. La obtenida en Estella en el 21º Gran Premio Miguel Indurain es la 17ª de este veterano que lleva ya 14 campañas de profesional a sus espaldas desde que en 2006 debutara con el Crédit Agricole. Casi la mitad de ellas, las ocho últimas, las ha conseguido en las tres últimas temporadas coincidiendo con su fichaje por el Direct Energie, donde a sus 34 años vive una segunda juventud. Sólo demarró una vez, en las primeras rampas de Ibarra, a poco más de dos kilómetros de la llegada, para dejar de rueda a todos y pasar como un cohete a Pogacar. El esloveno del UAE había atacado un poco antes, pero se quedó clavado en el repecho y fue neutralizado, mientras que el galo no miró atrás y coronó con ventaja suficiente para lanzarse en el descenso y entrar vencedor en solitario en la meta del Paseo de la Inmaculada. Nueve segundos después, Luis León Sánchez (Astana Pro Team) y Sergio Higuita (Fundación Euskadi) esprintaban por la segunda y tercera posición. El premio gordo, el de sucesor de Valverde en el palmarés de la clásica navarra, se marchaba para el país vecino. El de Chambray-lès-Tours sólo gastó una bala entre las muchas que se dispararon a lo largo de los 192,9 kilómetros del recorrido, pero la suya fue la buena.
NEUTRALIZADA Y CORTE BUENO
La jornada comenzó con una fuga integrada por ocho ciclistas: Jetse Bol (Burgos-BH), Loïc Chetout (Cofidis), David González (Caja Rural-Seguros RGA), Diego López (Fundación Euskadi), Alexandr Riabuschenko (UAE Team Emirates), Bernardo Suaza (Manzana Postobón), Sergio Rodríguez y Sergio Samitier (Euskadi-Murias), que aguantaron por delante hasta el encadenamiento Arradia-Guirguillano, donde fueron cayendo uno tras otro en las redes del homenajeado -en el podio Eusebio Unzué recibiría al término de la prueba una placa en reconocimiento a los cuarenta años de historia de las formaciones de Abarca Sports- Movistar Team, que tiraba del grupo. En el descenso de este puerto se produjo una caída con una decena de corredores implicados que provocó que la carrera se tuviera que neutralizar ante la falta de ambulancias a 58 kilómetros de la conclusión. Tras cerca de una hora de impás, la carrera se reanudó ocho kilómetros después, en el inicio de la subida a Lezaun. Fue como tocar a rebato y ya no se pararía hasta el final. El penúltimo ascenso puntuable ofreció numerosos escarceos, incluido uno de Nairo Quintana, que no prosperaron. Hubo que esperar al descenso, a 36 km de meta, para que se formara el corte bueno, de 22 corredores, en el que Astana Pro Team fue el único equipo con tres integrantes: Gorka Izagirre, Omar Fraile y Luis León Sánchez. Con doble representación figuraban Movistar Team (Eduard Prades y Carlos Verona), Euskadi-Murias (Fernando Barceló y Mikel Iturria), Caja Rural-Seguros RGA (Jonathan Lastra y Cristian Rodríguez), Mitchelton-Scott (Mikel Nieve y Tsgabu Grmay), Cofidis (Jesús Herrada y Anthony Perez) y Manzana Postobón (Aldemar Reyes y Yecid Sierra). Y con ellos entraron Rubén Plaza (Israel Cycling Academy), Tadej Pogacar (UAE), Sergio Higuita (Fundación Euskadi), Alexander Vdovin (Lokosphinx), Luis Mendonça (Radio Popular), Joao Rodrigues (W52Porto) y el futuro ganador, Jonathan Hivert (Direct Energie).
PLAZA, POGACAR E HIVERT
En Eraul volvieron a sacudirse estopa. Barceló, Fraile, Herrada, Perez... Hasta que aparecieron Gorka Izagirre y Eduard Prades, que decidieron sacrificarse saltando a por los rebeldes e imprimiendo un fuerte ritmo que acabó con las veleidades. Todavía aguantó el campeón de España saliendo en Muru a las dos potentes tarascadas que lanzó Mikel Nieve. Faltando seis kilómetros el Gran Premio Miguel Indurain se quedó sin su mejor gendarme, de lo que trataron de
aprovecharse tres de los muchos killers que rodaban esperando la oportunidad. Primero lo intentó Rubén Plaza, que aguantó con unos metros hasta que Tadej Pogacar le remachó cuando se iniciaba el descenso hacia Estella. El esloveno del UAE Team Emirates abrió un hueco de ocho segundos y por unos instantes pareció que sorprendería a los favoritos como ya hiciera en el Algarve, pero había un último actor que se había reservado su única frase para el final de la obra, el momento decisivo de las rampas de Ibarra, que a Tadej se le hicieron muy largas mientras que a Jonathan Hivert fue todo lo contrario, tan livianas que le superó como una exhalación. Carlos Verona también ansiaba ganar. En 2018 fue el último en sucumbir al recital de Alejandro Valverde. El madrileño quiso hacer honor al dorsal uno que lucía a la espada y que el triunfo se quedara
en casa ahora que él es del club de la M. Luchó lo indecible en Ibarra, pero ni él ni nadie pudo seguir el ritmo del galo. En los dos kilómetros finales es un huracán que se ha desatado y no para hasta levantar los brazos en la meta. Primera victoria de 2019, séptima que consigue en España. Luis León Sánchez peleó con Sergio Higuita para adjudicarse la segunda plaza. Es lo menos que podía hacer el del Astana para honrar el trabajo a destajo de Gorka Izagirre. Y el pequeño Sergio también honra con su podio un jersey naranja que pronto va a trocar por el llamativo fucsia y azul del Education First. La categoría Continental se le queda chica.