Ciclismo a Fondo

OURENSE STRADE TERMAL

Luis Pasamontes nos cuenta la segunda edición de la original marcha gallega.

- Texto Luis Pasamontes Fotos OST

La marcha, que recorre el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, es un plan perfecto para hacer las maletas y salir desde el viernes a disfrutar esta experienci­a. A 70 km de Ourense, a 418 km de Oviedo o 508 km de Madrid te espera una prueba única que en tiempo récord comienza a consolidar­se. Escribe en tu navegador: Lobios. La salida y la meta de la prueba están situadas en el Hotel Balneario de esa misma localidad, un lugar perfecto para el descanso previo y posterior a cualquier reto deportivo.

OPCIONES PARA TODOS

La Ourense Strade Termal proponía este año tres recorridos: Mini Fondo de 70 km, Medio Fondo de 105 km y Gran Fondo de 139 km. Todos con cuatro tramos de tierra perfectame­nte ciclables, una caracterís­tica que convierte en única a esta marcha. Sin embargo, las condicione­s meteorológ­icas, con nevadas copiosas los días previos a la prueba, obligaron a la organizaci­ón a suspender el trazado más largo, por lo que los participan­tes inscritos en la distancia larga pasaron directamen­te a sumarse a los inscritos en la media. Afortunada­mente, el día de la prueba la meteorolog­ía fue un poco más benigna y, gracias al esfuerzo de la organizaci­ón y a la ayuda de las autoridade­s portuguesa­s, tanto los tramos de tierra -en los que se hizo un intenso trabajo de limpieza durante la semana previacomo las carreteras estaban en perfectas condicione­s. La cámara -ayuntamien­tos portuguese­s- de Montealegr­e no dudó en ofrecer todos sus servicios a los participan­tes y a las 7:00, dos horas y media antes de la salida, bomberos y voluntario­s empezaban a trabajar para que los participan­tes pudieran disfrutar. Cuatro camiones comenzaron a limpiar y esparcir sal durante los 25 km de la parte de mayor altitud de la prueba. Con la tranquilid­ad de que el recorrido estaba perfecto, los casi 500 participan­tes arrancaron a pedalear en dirección a Lobios, que se vuelca con una prueba que

consigue atraer turistas en una época de baja ocupación. El recorrido es precioso y comienza a demostrarl­o pronto, cuando en apenas 10 km vislumbram­os el embalse de As Conchas y poco después llegamos al primer tramo de sterrato, que homenajea a Pereiro. Aquí los participan­tes demuestran sus ganas de pedalear en la tierra y el pelotón empieza a estirarse para afrontar la segunda cota puntuable del día, la subida a Couso de Salas, casi 6 km con una pendiente media del 5,4 %. Los dos recorridos se separan poco después de pasar Maus de Salas, en el kilómetro 37, donde se sitúa el primer avituallam­iento.

FRATERNIDA­D

Los cicloturis­tas del recorrido Medio Fondo pusieron rumbo hacia Portugal, frontera que atravesaro­n escoltados por motos de la Guardia Nacional Republican­a (GNR), que acompañaro­n y protegiero­n a los participan­tes durante todo el recorrido por tierras portuguesa­s. El país vecino tiene un encanto especial, con pueblos con firme adoquinado y que por su antigüedad te trasladan a otra época. En el primer pueblo tras la frontera, Tourem, arranca la mayor dificultad del día, el Alto da Mourela,

casi 6 km con una pendiente media del 8%. Las cunetas, llenas de nieve, nos dejan imágenes inolvidabl­es y poco después se alcanza Pitoes das Junias, donde seis invitados de excepción hicieron que el pelotón se detuviera: un grupo de bueyes, que rondarían los 300 kg por cabeza, ocupaba el ancho de las calles por la que transcurrí­a la prueba. El suceso pasó de incidente de carrera a estampa única y difícil de encontrar, una situación que hizo que los participan­tes fueran consciente­s de lo importante que es abrir los ojos y disfrutar de todo lo que la Ourense Strade Termal ofrece. El avituallam­iento se convirtió en una fiesta gastronómi­ca: pan con tomate, caldo caliente, pasteles… que hizo que los ciclistas se detuviesen, sin ninguna prisa, para degustar y vivir la hospitalid­ad del pueblo luso. De vuelta a España, el recorrido empalma de nuevo con el trazado Mini Fondo y se suceden el segundo y tercer tramo de tierra, que brinda unas vistas preciosas del embalse de Encoro de Salas. El recorrido es sin duda uno de los atractivos de esta Ourense Strade Termal, que apuesta por carreteras tranquilas y rincones donde se busca la belleza y el encanto. Un ejemplo de ello es el estrechísi­mo paso

por el pintoresco pueblo de A Cela, donde las casas brotan literalmen­te de las piedras y la caravana tiene que elegir un recorrido alternativ­o. Allí se sitúa el tercer avituallam­iento, un emplazamie­nto único. Cuando todo parece hecho y faltan apenas 10 km para el final, la organizaci­ón tiene la última sorpresa: la subida a la Ermida de San Bartolomeu -800 m con una pendiente media del 7,5%- y el último tramo de tierra, que deja una sonrisa que no se borra en los últimos cinco kilómetros en bajada hasta el Hotel Balneario. Hay que felicitar al artífice de todo, el ex ciclista profesiona­l Serafín Martínez, y a todo su equipo por el cariño y profesiona­lidad que ponen en la prueba. Yo el próximo año no me la pierdo, ¿y tú?

Unos 200 efectivos, entre España y Portugal, trabajan por un fin común. Guardia Civil, Guardia Nacional Republican­a, Bomberos, Protección Civil… ponen todo su esfuerzo en minimizar accidentes. Coches, motos, camiones, ambulancia­s y tres médicos hacen de la seguridad una virtud de esta prueba. ¡Gracias!

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 ??  ?? Cerca del máximo. La prueba atrae a casi 500 ciclistas de toda España (Madrid, Cantabria, Valencia, Andalucía, Asturias…) y también de otros países (Italia o Inglaterra). Como asignatura pendiente, la organizaci­ón quiere mejorar la presencia portuguesa y aumentar la participac­ión femenina. Aunque no descartan crecer, los 500 participan­tes es el número en el que la organizaci­ón quiere detenerse para dar una atención personaliz­ada.
Cerca del máximo. La prueba atrae a casi 500 ciclistas de toda España (Madrid, Cantabria, Valencia, Andalucía, Asturias…) y también de otros países (Italia o Inglaterra). Como asignatura pendiente, la organizaci­ón quiere mejorar la presencia portuguesa y aumentar la participac­ión femenina. Aunque no descartan crecer, los 500 participan­tes es el número en el que la organizaci­ón quiere detenerse para dar una atención personaliz­ada.
 ??  ?? Cosas que pasan. La organizaci­ón destaca que este año hubo casi el doble de pinchazos que en la pasada edición, un contratiem­po que solucionan los mecánicos que acompañan a los ciclistas durante el recorrido y en los puntos habilitado­s al final de cada tramo de tierra.
Cosas que pasan. La organizaci­ón destaca que este año hubo casi el doble de pinchazos que en la pasada edición, un contratiem­po que solucionan los mecánicos que acompañan a los ciclistas durante el recorrido y en los puntos habilitado­s al final de cada tramo de tierra.
 ??  ?? Homenaje. La primera edición se estrenó con Óscar Pereiro, ganador del Tour 2006, como padrino. En esta ocasión recibió un merecido reconocimi­ento Álvaro Pino, vencedor de la Vuelta a España en 1986, que descubrió un monolito en el tramo de tierra de Encoro de Salas. En la imagen, charlando con Gustavo Veloso.
Homenaje. La primera edición se estrenó con Óscar Pereiro, ganador del Tour 2006, como padrino. En esta ocasión recibió un merecido reconocimi­ento Álvaro Pino, vencedor de la Vuelta a España en 1986, que descubrió un monolito en el tramo de tierra de Encoro de Salas. En la imagen, charlando con Gustavo Veloso.
 ??  ?? Todo de casa. Los avituallam­ientos son espectacul­ares. Nadie puede quedarse sin probar el caldo y las diez clases de pasteles diferentes, todo preparado con mimo en las panaderías locales para un momento especial. A la llegada, un buffet con cocido gallego, churrasco…
Todo de casa. Los avituallam­ientos son espectacul­ares. Nadie puede quedarse sin probar el caldo y las diez clases de pasteles diferentes, todo preparado con mimo en las panaderías locales para un momento especial. A la llegada, un buffet con cocido gallego, churrasco…

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