MOTIVACIÓN
#400PorVicky y Benigna Parrilla.
Laura García perdió a su hija, Victoria, con cuatro años de edad. Los médicos diagnosticaron a la pequeña un cáncer que no pudo vencer tras dos años de dura lucha. Desde ese momento, Laura se ha convertido en una gregaria solidaria que emplea todo su esfuerzo en concienciar de lo importante que es la investigación para combatir esta enfermedad. Alrededor de ella se ha reunido un potente equipo, que pelea sin descanso para conseguir tratamientos específicos que permitan tener mayor calidad de vida a los pequeños. El pasado mes de diciembre entregamos los primeros premios Gregarious, que se otorgan a personas que trabajan por y para los demás. La Fundación El Sueño de Vicky - elsuenodevicky.com-, con Laura al frente, fue galardonada por todo lo que han conseguido. Así surgió la idea y la oportunidad de crear un reto deportivo en conjunto que siguiera dando visibilidad a la causa. La bici recorrería kilómetros, ciudades, con el mensaje El cáncer se cura con investigación, una manera de que el lema pudiera llegar más lejos que caminando. De esta manera, el Club The League of Gregarious decidió unir los Hospitales Niño Jesús y La Fe en cuatro etapas y un poco más de cuatrocientos kilómetros. Laura añadió el reto de alcanzar 400 nuevos socios para la Fundación y de ahí surgió #400PorVicky. Dos referentes en la oncología infantil y vinculados a la historia de Laura y del ex portero de fútbol, Santi Cañizares. Ambos perdieron a sus hijos a causa del cáncer y luchan
en la misma dirección para que otros puedan vencer la batalla.
COMPROMETIDOS
Deportistas de diferentes disciplinas acudieron a la cita, comprometidos con el objetivo de conseguir el reto. Mario Román -campeón del mundo de moto enduro-, Víctor Sánchez del Amo -futbolista y entrenador-, José Ángel Gómez Marchante -ex ciclista profesional-, amigos de la Fundación y los gregarious nos ajustamos el casco y tomamos la salida el 28 de marzo desde el hospital madrileño. La primera jornada nos llevó hasta Tarancón, la segunda a Alarcón, la tercera a Utiel y la última hasta el hospital valenciano. Tuvimos de todo durante la ruta, al igual que un pelotón profesional en una gran vuelta por etapas: viento, lluvia, frío, calor, fatiga, satisfacción, pero por encima de todo, pasión, amistad, generosidad y compromiso. Un verdadero equipo, compuesto por nuestra líder indiscutible, Laura, escoltada por un elenco de gregarios dispuestos a llevarla hacia la meta, a ésta, porque hay muchas más que cruzar. Paz, David, Óscar, Chema, Agustí, Álvaro, César, David Cobreros, Jonathan, Jorge, Luis, José Manuel, Luis Rodríguez, Manu, Mark, Mario, Gregorio, Víctor, el que escribe y nuestros indispensables, Alexandra, Marchante, Gabi y Alberto, hicimos un trabajo en común que me hizo recordar mi época en la élite. Y es que la profesionalidad y la unión no tienen que ver con velocidad, pero sí con personas. Aunque ya lo sabíamos, este reto sirvió para reforzar la importancia que han de tener todos los miembros de un grupo a la hora de alcanzar un objetivo. Por eso tú también eres importante para conseguir que progresemos en la lucha contra el cáncer; tu ayuda es fundamental. En nuestra llegada a Valencia no teníamos medallas, pero sí abrazos y lágrimas para compartir, dos ingredientes clave a la hora de forjar cimientos sólidos en proyectos relevantes. No conozco uno de mayor importancia que el de investigar para curar, en definitiva, para devolver sonrisas a las familias. Seguiremos pedaleando y soñando por Vicky, por todos.